MIS COSAS DE JACA

Estas páginas van destinadas a todas aquellas personas que quieren a su ciudad, como me sucede a mí con la mía, Jaca. Hablaré, pues, de “mis cosas” esperando que alguna de ellas pueda ser también la tuya o, sencillamente, compartas mi afición por “colarme” entre el pequeño hueco que separa la memoria de la historia, lo general de lo particular o lo material de lo inmaterial. Estas “cosas de Jaca” están construidas a base de anécdotas , fotos de ayer y hoy, recuerdos y vivencias mías y de mis paisanos y de alguna que otra curiosidad, que me atrevo a reflexionar en voz alta. No es mi propósito, pues, ocuparme de los grandes temas de los que ya han tratado ilustres autores, es más bien lo contrario: quiero hacer referencia a rincones ocultos, héroes anónimos, huellas olvidadas, sendas por las que ya no se pasa, lugares que fueron un día centro de atención y hoy han sido relegados a la indiferencia, al olvido o al abandono; a unos escenarios donde se sigue representando la misma obra pero con otros actores.

martes, 31 de enero de 2023

100 AÑOS DE “PALOTEAO” O “PALOTIAU” EN JACA






Primera aparición de los danzantes del Paloteao en la procesión de Santa Orosia, en la plaza de la Catedral, el 25 de Junio de 1922 (Foto, Francisco de las Heras)


Aquel 25 de junio de de 1922 no iban a ser “Os baylados” de castañuelas de Santa Orosia los que, como era costumbre, durante el recorrido de la procesión, sin perderle la cara a la urna de la Santa, la acompañaran con sus bailes. Se rompía así la tradición de honrar a esta virgen con un dance de carácter cívico-religioso que probablemente hundía sus raíces en el medievo y que, como mínimo, se venía haciendo desde 1623. En su lugar, previamente instruidos por un danzante de Yebra, contratado por el Ayuntamiento en cuestión de un mes, aparecieron en la procesión sustituyendo a “Os baylados” unos danzantes con palos en las manos. Se trataba de la versión jaquesa de los tradicionales danzantes de Yebra de Basa que, desde tiempos inmemoriales, venían acompañando a la peana con la “cabeza-relicario” de la Santa desde Yebra hasta el Santuario del monte de Santa Orosia. Como era de esperar, la súbita desaparición de “Os baylados” y la presencia del Paloteao no se produjo sin cierta polémica e incomodidad. Aunque a los nuevos danzantes no les faltaba el tradicional clavel en la boca, se había cambiado el sonido de las castañuelas por el de unos palos secos de “buxo” (boj), fresno o “senera” que, golpeados con energía de forma rítmica, sonaban acompañados del salterio y de la flauta. Se había mantenido la misma formación, ocho componentes, los vistosos mantoncillos anudados encima de la cadera que envolvían el pecho y la espalda, también las medias, las ligas, las alpargatas… Sin embargo, había desaparecido la tradicional imagen de “Os baylados” que, salvo por los adornos, vestían de un inmaculado color blanco como muestra de pureza y respeto a la Santa. En su lugar los danzantes del Paloteao incorporaron el popular calzón y chaleco negro de pana. Pero, ¿a qué se debió ese repentino cambio? Las razones no están muy claras, aunque sí se conocen opiniones a favor y en contra de la sustitución de “Os baylados” por los nuevos danzantes. Algunas de estas razones, en su mayoría salidas del poder civil, tachaban aquellos bailes de ridículos, de poco vistosos, de poco acordes con la solemnidad de la fiesta, de pasados de moda… A este respecto, un artículo del periódico local La Unión de junio de 1922 decía : “Desde este año y rompiendo una tradición venerada, la danza histórica ha sido sustituida por un paloteado, que a decir verdad, nos es visto con perfecto agrado...”




Sin embrago, opiniones cercanas a la iglesia argumentaban lo contrario. En este sentido resulta clarividente el artículoTRADICIÓN DESAPARECIDA” publicado en El Pirineo Aragonés, firmado por Xavier, el 24 de junio de 1922, donde defiende el alto valor simbólico de “Os baylados”, a la vez que ve ajeno a nuestra tradición “el juego de palos”, en clara referencia al Paloteao:

Nuestros clásicos BAILADORES, aquellos danzantes que durante siglos y siglos, al igual que los SEISES de Sevilla (1) que religiosamente se conservan, constituyeron una de las características que rememorando añejas tradiciones del catolicismo conservaba esta ciudad de Jaca en sus fiestas titulares, han desaparecido este año para dar paso al juego de PALOS, que por no venir encarnado en nuestras costumbres lo consideramos desprovisto de ese concepto altamente sugestivo que lleva aneja toda veneración a tradiciones cuyo origen se pierde en el suceder de los siglos. La supresión de los BAILADORES y su sustitución por los PALOS es una innovación que responde a análogas razones a las que correspondería el ver sucedida la indumentaria característica de los porteadores de las Cruces en nuestras fiestas de San ta Orosia por otra compuesta de sotana y roquete o sobrepelliz; todos veríamos en esto un atentado a nuestras costumbres y tradiciones, y lo mismo decimos respecto a la supresión de Bailadores y sustitución por los juegos de palos”. Es error craso el pretender ver en los suprimidos bailadores nada absolutamente atentatorio a los fines simbólicos que ellos representaban dentro del culto católico en nuestras grandes festividades...”.

  1922. Los componentes del Palotiau  100 años después de su aparición. Fieles a las citas continúan con los compromisos adquiridos.  En este caso entrando en la catedral por la Lonja Mayor.

A las tradicionales apariciones que venían haciendo “Os baylados” en la procesión de la entrada del Pastor que se conmemora la tarde del Domingo de la Santísima Trinidad, en la del Corpus delante del Santísimo Sacramento, en la de San Juan el día el 24 de junio para recibir a los Romeros del Campo de Jaca y en la de mañana del Día de Santa Orosia, los danzantes del Paloteao han añadido su actuación en el día de San Isidro, en algunos homenajes y en los Festivales de Jaca.Hoy, tras 100 años de presencia en las principales festividades de Jaca, el Paloteao aparece incorporado con total naturalidad en las procesiones, mostrándose como una de las tradiciones genuinamente jaquesas. No sabemos con exactitud cuántos tipos de bailes (“mudanzas”) desarrollaron aquellos primeros danzantes en junio de 1922, pero seguro que desde entonces hasta a hoy ha ido evolucionando tanto la música como el desarrollo de los dances y el número de “mudanzas”, que en la actualidad se eleva a 20. De su continuidad y personalidad se han ido ocupando la Hermandad de SantaOrosia, el Consistorio, el Grupo folclórico Alto Aragón y los propios componentes de Paloteao que, orgullosos, han ido sembrado la semilla de los futuros danzantes en sus propios hijos, quienes también participan con su grupo infantil de danzantes. Una muestra más de la consolidación de esta tradición tuvo lugar  en 1964 cuando el entonces concejal de festejos Armando Abadía, con la intención de que sirviera como “cantera” para los danzantes de Santa Orosia, creó un Paloteao infantil formado por 22 chavales de entre 11 y 13 años que, debidamente adiestrados por Santiago Rabal y José Callau, salieron los Primeros Viernes de Mayo de los años 60.

 

 

 En la imagen, frente al desaparecido chalet de Araujo,  entre otros: Ernesto Ara, Carlos Mª Lapeña, y Jorge Ochando 
 

 Somos muchos los que hemos danzado al son de esos palos, como muchas son las generaciones que con orgullo lo han venido haciendo por las calles de Jaca durante los 100 últimos años. Así pues, mi más cordial enhorabuena por este centenario a todos aquellos que salieron y salen en el Paloteao. Así mismo extiendo mi felicitación al Grupo Folclórico Alto Aragón por haber recuperado con esmero y gran fidelidad la vestimenta y los bailes de “Os baylados” que, desde 1979, junto con el Paloteao, lucen en los días más significados de nuestra Ciudad.



(1) LOS SEISES DE SEVILLA. Nombre con el que se conoce en Sevilla a los seis niños que bailan y cantan con castañuelas (hoy son diez) ataviados con un llamativo traje con detalles dorados, mallas, pantalones abombados, chaquetilla y sombrero de plumas. Salen en la procesión del Corpus, en la a la festividad de la Inmaculada y en el Triduo del Carnaval; y lo vienen haciendo de forma ininterrumpida desde el siglo XV.






lunes, 2 de enero de 2023

LA CHIMENEA DE LA TEJERÍA DE JACA

EN EL CENTENARIO DE LA CONSTRUCCIÓN DE LA CHIMENEA DE LA TEJERÍA 

2023. Fotografía V. Mairal

Hoy, cuando pasaba por el barrio de las 20 viviendas de la antigua Tejería, construidas en 1946, y por su chimenea rodeada de modernas construcciones, he reparado en ella. Cual Columna de Trajano, aislada y descontextualizada, allí sigue, orgullosa, desafiando el paso del tiempo y lanzando hacia el mismo cielo azul, que los vio nacer, sus ladrillos perfectamente ensamblados. Me he acercado y, mientras veía jugar a unos niños justo en el parque que se encuentra su lado, me he hecho algunas preguntas: ¿Dónde fue a parar aquella Jaca pujante y emprendedora? ¿Qué hubiera sido de ella de no haberse visto engullida por una decidida apuesta por el turismo? ¿Quién sabe qué sería Jaca si esa inercia emprendedora hubiera continuado? O, sencillamente, ¿se hubiera podido compaginar la industria con el entorno y con el valor patrimonial consustancial a la que fuera primera capital del Reino de Aragón? Acertada o no, la decisión cambió por completo el destino de la ciudad.Y es que, terminado el primer cuarto del pasado siglo, Jaca parecía vivir un momento de progreso con una pujante industria y sus correspondientes puestos de trabajo. Por aquel entonces la ciudad contaba con:  una fábrica de gaseosas; una serradora de mármol del país; dos fábricas de aserrar maderas, que producían un vagón diario; tres fábricas exportadoras de chocolate, que producían unas 5000 libras al día; una fábrica de pastas para sopa; otra de sandalias de cuero; otra de abarcas; dos fábricas de cemento, con una producción diaria de cinco vagones; otra de caramelos y bombones; varios talleres mecánicos, de herrería, de carpintería, de hojalatería, de reparación de automóviles; talleres gráficos (aparecían dos periódicos semanales, La Unión y El Pirineo Aragonés ); fábricas de cales, de harinas, de artículos de viaje… a esto se añadiría, en 1921, Industrias del Alto Aragón o la “Tejería” como se conocía popularmente. Tal como se solía trabajar en esos momentos en la ciudad, aprovechando los gremios existentes y el talento local, el primer horno de la “Tejería” se construyó completamente en Jaca, copiando otro horno similar que se encontraba en Olazagutia, al tiempo que se equipaba con los medios mecánicos más avanzados del momento. Su producción iba destinada a empresas de construcción y al público en general, tanto de Jaca como de la Comarca. Entre la variedad de los productos que fabricaba destacaban las grandes cantidades de tejas de canal hechas a máquina, las tejas lisas de gancho, especiales para nieve en sustitución de la pizarra, los ladrillos huecos y los ladrillos macizos de todos los tamaños. Una producción que en 1925 sacaba a la venta 5000 ladrillos por día y daba empleo a unos 30 trabajadores. 

Desde la estación de ferrocarril

Fue en este esperanzador contexto en el que se construyó la chimenea de la Tejería que formaba parte de la fábrica “Cerámica de Industrias del Alto Aragón”. Una Sociedad Anónima iniciada con un capital de 600.000 pesetas, que contaba con un Consejo de Administración formado por 6 miembros y estaba presidida por Juan Lacasa Sánchez-Cruzat.

La chimenea en cuestión fue diseñada por el jaqués Adolfo Palacios Galindo. Para ello, el mayor accionista de la Sociedad, Juan Lacasa viajó a la vecina Francia acompañado de Adolfo Palacios, con la intención de copiar una que les interesaba. Una vez allí, Adolfo tomó las notas necesarias sobre un papel, y a ojo, sin ningún plano, construyó otra similar en Jaca para la Tejería. También se dio el caso de que al terminar de realizarla nadie se atrevía a subir a colocar el pararrayos y tuvo que subir el propio Adolfo a hacerlo. En su interior está recubierta con baldosas de cerámica refractaria sujetadas con un sistema de ganchos de alambre que él mismo inventó y que, posteriormente, también se emplearía para colocar las pizarras del tejado de la Estación Internacional de Canfranc.

 2005. Trabajadores reparando la chimenea. Obsérvese que todavía no se han colocado los zunchos metálicos que se ven en la actualidad. Foto, Traver, cedida por José Ventura


El resultado fue una hermosa chimenea troncocónica hecha de ladrillo visto, coronada por unos anillos entre los que sobresalen pequeñas protuberancias. Su base es de un radio superior a 1,80 m y su altura de 35 m. Entre el quinto y sexto zuncho todavía se conserva la decoración original con el nombre de la industria y el año en que se construyó: CERÁMICA DE INDUSTRIAS DEL ALTO ARAGÓN 1923. Una chimenea que milagrosamente se ha conservado como recuerdo de aquel notorio patrimonio arquitectónico industrial jaqués, coetáneo de la factoría Bedat (de la que tan solo queda una fachada y una puerta), del antiguo Matadero y de la desaparecida Serrería Valero. Los zunchos metálicos de refuerzo que se observan en el exterior son parte de una oportuna y firme reforma que realizó la empresa Traver, entre junio y julio de 2005, en la que además se llevaron a cabo otras mejoras: el cierre de las fisuras con resinas sintéticas, la reparación del pararrayos y la aplicación de un compuesto hidrófobo, para impermeabilizarla y protegerla contra el hielo y las sales minerales.