MIS COSAS DE JACA

Estas páginas van destinadas a todas aquellas personas que quieren a su ciudad, como me sucede a mí con la mía, Jaca. Hablaré, pues, de “mis cosas” esperando que alguna de ellas pueda ser también la tuya o, sencillamente, compartas mi afición por “colarme” entre el pequeño hueco que separa la memoria de la historia, lo general de lo particular o lo material de lo inmaterial. Estas “cosas de Jaca” están construidas a base de anécdotas , fotos de ayer y hoy, recuerdos y vivencias mías y de mis paisanos y de alguna que otra curiosidad, que me atrevo a reflexionar en voz alta. No es mi propósito, pues, ocuparme de los grandes temas de los que ya han tratado ilustres autores, es más bien lo contrario: quiero hacer referencia a rincones ocultos, héroes anónimos, huellas olvidadas, sendas por las que ya no se pasa, lugares que fueron un día centro de atención y hoy han sido relegados a la indiferencia, al olvido o al abandono; a unos escenarios donde se sigue representando la misma obra pero con otros actores.

domingo, 16 de febrero de 2020

LOS MÁRTIRES DE TIERMAS. LA GUERRA DE LOS DOS PEDROS, S. XIV


                                       

                                   
  Vista del río Aragón a su paso por Tiermas hacia 1915. (Foto, F. de las Heras)
 


Aquellos hechos acontecieron en Tiermas: lugar cuyo ancestral nombre nos transporta a las antiguas "thermae"  romanas, próximo a la calzada de "Caesaraugusta-Benearno"; a un hospital situado en el Camino de Santiago; al año 1201 en el que el rey de Aragón Pedro II firmó su fundación; a unos baños reales protegidos por Pedro IV; y a un balneario que, durante las primeras décadas del siglo XX, gracias al reconocido prestigio de sus aguas para mitigar afecciones, rivalizaba con el otro prestigioso balneario del Alto Aragón: Panticosa. 
  Se trata de un poblado fuertemente guarnecido, situado justo en la línea fronteriza entre el reino aragonés y el navarro que, enclavado sobre una prominente colina elevada sobre el río Aragón, dominaba de forma majestuosa la Canal de Berdún.

Portal de Leire. Dibujo año 1915/ Foto 2015

 El hecho en cuestión sucedió en el Reino de Aragón, a mediados del siglo XIV, cuando Pedro IV "el Ceremonioso" de Aragón se enfrentó a los reyes Pedro I "el Cruel" de Castilla y Carlos II "el Malo" de Navarra.

Carlos II de Navarra (B.N.F.)
Eran tiempos de guerra. Aquel día los habitantes de Tiermas consintieron el sacrificio de ocho de sus hombres antes que rendir su fortaleza, componiendo con su actitud y entereza de carácter uno de esos cantos épicos escritos con la sangre de un puñado de valientes montañeses.

 Tras leer el documento que refiere los hechos aludidos no he podido evitar acordarme de los héroes del puerto francés de Calais que, de forma tan rompedora y espectacular inmortalizara el gran escultor Auguste Rodin. "Los Burgueses de Calais", obra en la que con gran rigor documental Rodin esculpió a seis voluntarios dispuestos a entregar sus vidas para salvar las de sus ciudadanos, en el año 1347.













Jean D´Aire. Uno de los seis burgueses esculpido por Rodin.
En las manos lleva las llaves de la ciudad para
entregárselas al rey de Inglaterra en señal de vasallaje. 


 En esta ocasión, al igual que lo ocurrido en Tiermas, pues ambas tuvieron como telón de fondo la Guerra de los Cien Años, los habitantes de la ciudad de Calais, extenuados y hambrientos, estuvieron al borde de perder sus vidas debido al cerco al que se habían visto sometidos por las tropas del rey Eduardo III de inglaterra. Pero si bien en el caso de los seis "burgueses de Calais", el paso dado al frente provocó en sus enemigos el reconocimiento de su valor y el consiguiente perdón, a los Ocho de Tiermas el destino les había preparado un final muy distinto. En este caso, los ocho mártires de Tiermas, que previamente habían sido entregados como garantía de paz al rey navarro, fueron vilmente asesinados ante los ojos aterrorizados de sus paisanos que contemplaron la escena desde las almenas de la muralla. (1)

 El documento regio que narra los hechos aludidos, en su preámbulo escrito en latín ( nº CXXX colec. Bofarull correspondiente al fol. 65 Reg. 1900 del Archivo de la C. de Aragón) contiene el juramento solemne que firmó en Zaragoza el rey D. Juan I el 4 de agosto de 1391, donde dice:

"Nos Jhoannes Dei gratia... Nos Juan, por la gracia de Dios rey de Aragón. Dirigiendo el pensamiento a nuestro lugar y castillo de Tiermas, que construido con especial fortaleza para servir de barrera inexpugnable desde tiempos antiguos entre el reino de Aragón y el de Navarra, fue hace poco víctima de un trágico suceso: pues sitiado de improviso y combatido ruda mente, contra los pactos jurados y mutuas seguridades que existían entre el rey Pedro nuestro padre, de feliz recuerdo, y los reyes Pedro de Castilla y Carlos de Navarra, llegó a tal extremo el hambre de los sitiados, nuestros fieles súbditos y hombres buenos de Tiermas, que con anuencia de nuestro padre tuvisteis que dar a dicho rey de Navarra ocho hombres de los vuestros como rehenes, y consentisteis en que los pérfidos sitiadores les quitasen la vida y presenciasteis todos su martirio antes que rendir vuestro pueblo y castillo a dicho rey, por servicio de nuestro señor padre, patentizando con este proceder vuestra lealtad e ingénita nobleza, que de antiguo lleváis en vuestros pechos..." 


Pedro IV, Museo Arte Cataluña


 A pesar de ser un documento regio, la fecha concreta de este hecho no la conocemos con exactitud, pero sí sabemos que aquellas alianzas juradas y pactos de seguridad  establecidas entre Pedro IV y Calos II, firmadas en la capilla de la fortaleza de Uncastillo, el 25 de agosto de 1363 y en la iglesia de Sos, el 2 de marzo del 1364, las rompió  el rey de Navarra
 en septiembre de 1366. Un día en que el rey de Navarra se confederó con los príncipes de Gales y Pedro I de Castilla. Momento en el que Compañías de ingleses con mucha gente de Navarra, en un número de 15000 hombres de guerra, muy bien armados, fueron a combatir Jaca por dos veces "y no pudiendo salir con su intento, robaron y quemaron algunos lugares de la Canal de Iaca, y talaron toda la comarca..." (Zurita, 1610. T. II.346). 



Efectivamente, en esos momentos la ciudad de Jaca parecía inexpugnable, pues estaba
 bien protegida por sus murallas y defendida por el capitán García de Latrás y por Pedro Jiménez de Pomar, jefe de la sobrejuntería (2) de Jaca y Huesca, "capitán de Mucho crédito y experiencia" (Moret, Anales, Lib. XXX, Cap. VIII), que seguía protegiendo la frontera navarro-aragonesa al frente de sus "compañias de a caballo, ballesteros y peones procedentes de Aysa, Aragüés, Echo, Canfranc, Vilanova ( Villanúa) y Borao" (Zurita, 1610. T.IX.43).

 De manera que es muy probable que aquellas tropas navarras e inglesas, frustradas por no haber podido someter la ciudad de Jaca, en esa ocasión o en anteriores, fueran las que cometieran aquel sangriento episodio ocurrido en Tiermas. Un hecho que el rey D. Juan I distinguió concediéndo a Tiermas unos fueros más ventajosos de los que ya disfrutaban, los fueros de la ciudad de Ejea, pero mejorados; comprometiéndose a no enajenar de la Corona real, ni pignorar jamás el lugar de Tiermas, en reconocimiento a los servicios prestados a su padre, el rey D. Pedro IV, durante las guerras que sostuvo con Pedro de Castilla y Carlos de Navarra. Al tiempo que les encarga que todo militar o infanzón del pueblo tenga siempre en sus casas "un hombre valiente, armado con escudo, lanza y casco de hierro" y les autoriza a resistir aun con las armas toda disposición real en contra de esos privilegios.


Vista  tomada desde el pueblo de Tiermas. En el valle, todavía sin inundar por el embalse de Yesa, se puede apreciar el puente sobre el río Aragón y el caserío que rodeaba el balneario (amplia casa de color blanco) antes del 1960, año en el que quedó inundado. (Foto, Asociación Pro Defensa de Tiermas) 
 

 
(1)  Era habitual tener rehenes como garantía de paz; en los juramentos pactados en Sos y Uncastillo  "se dieron rehenes de ambas partes". Pero en este caso, no se puede descartar que lo hicieran durante el mismo asedio como condición para levantarlo. 

(2) "Sobrejunteros". Eran funcionarios miltares puestos por el rey, semejantes en rango y jurisdicción, a los "Merinos" y "Bailes", en sus respectivos oficios de administración y hacienda. Estaban al mando de una especie de milicias municipales llamadas "Juntas" organizadas para defender el Reino.



 





11 comentarios:

  1. Maricarmen Rodrigalvarez:Muy interesante y didáctico.Me ha gustado mucho

    ResponderEliminar
  2. Maricarmen Rodrigalvarez Muy interesante y didáctico. Me ha gustado mucho.

    ResponderEliminar
  3. Muchas gracias, quería decir vecinica

    ResponderEliminar
  4. Pilar Herran Pacheco. Muy interesante, gracias

    ResponderEliminar
  5. Rebeca Ruiz. Vaya historia...Muy interesante.

    ResponderEliminar
  6. Lástima que esos privilegios no os hubieran tenido en cuenta en los años 60 cuando anegaron el balneario, pueblo y sus labrantíos

    ResponderEliminar
  7. La historia una y otra vez nos demuestra el poder de destrucción de los poderosos ; antes eran diferentes reinos y señores y ahora son políticos que destruyen todo lo que ha echo el anterior Gobierno

    ResponderEliminar