MIS COSAS DE JACA

Estas páginas van destinadas a todas aquellas personas que quieren a su ciudad, como me sucede a mí con la mía, Jaca. Hablaré, pues, de “mis cosas” esperando que alguna de ellas pueda ser también la tuya o, sencillamente, compartas mi afición por “colarme” entre el pequeño hueco que separa la memoria de la historia, lo general de lo particular o lo material de lo inmaterial. Estas “cosas de Jaca” están construidas a base de anécdotas , fotos de ayer y hoy, recuerdos y vivencias mías y de mis paisanos y de alguna que otra curiosidad, que me atrevo a reflexionar en voz alta. No es mi propósito, pues, ocuparme de los grandes temas de los que ya han tratado ilustres autores, es más bien lo contrario: quiero hacer referencia a rincones ocultos, héroes anónimos, huellas olvidadas, sendas por las que ya no se pasa, lugares que fueron un día centro de atención y hoy han sido relegados a la indiferencia, al olvido o al abandono; a unos escenarios donde se sigue representando la misma obra pero con otros actores.

lunes, 1 de mayo de 2023

SAN JUAN DE LA PEÑA I.SÍMBOLO DE ARAGONESISMO Y ESPAÑOLISMO



SAN JUAN DE LA PEÑA I. SÍMBOLO DE ARAGONESISMO Y ESPAÑOLISMO





Vincular la esencia de ser aragonés con el Monasterio de San Juan de la Peña ha sido y es una constante en la historia de Aragón. La primera capital del reino, Jaca, había surgido tan cerca que, desde su origen, este quedó unido inseparablemente al Monasterio, principal abadía y panteón donde descansan los restos de sus tres primeros reyes: Ramiro I, Sancho Ramírez y Pedro I, junto con sus esposas. Un lugar siempre presente en la memoria de los aragoneses, pues ya el poeta e historiador Leonardo de Argensola nos recordó en el s. XVII : “Allí se conservan las verdades originales de Aragón desde que sus naturales eligieron rey”.

Pero es a finales del siglo XIX cuando, de la mano del movimiento Regeneracionista aragonés, aparece con fuerza un afán de renacimiento que entiende necesario apoyar, difundir y restaurar la riqueza monumental y turística de aquellos sitios emblemáticos del territorio aragonés. En este contexto surge una petición de la Real Academia de la Historia (el 23 de abril de 1889) para que se declare al Santuario y Panteón Regio de San Juan de la Peña Monumento Nacional, con un sesgo de carácter aragonesista al referirse a él como “la cuna de la independencia aragonesa”. 
En las dos primeras décadas del siglo XX se aceleraron las voces que alertaban del abandono en que se encontraban los dos Monasterios. Eran días de cruzada en favor del Cenobio pinatense en los que parecían no tener sitio las tradicionales intransigencias entre derechas e izquierdas. Días en los que una ola mezcla de orgullo y melancolía inundaba las páginas de los periódicos. En ellas aparecían evocaciones que fundían de forma inseparable un reino, Aragón, y un monasterio, San Juan de la Peña, pues se referían a este como: la “Covadonga aragonesa”, el “Escorial de Aragón”, la “Cuna de la monarquía aragonesa”, la “Cuna de la Independencia de Aragón”, el “Germen de las virtudes cívicas de Aragón”…

Elegantes y llenas de firmeza reivindicativa de lo aragonés fueron las palabras que dirigió Juan Moneva y Puyol, secretario del Ateneo de Zaragoza, al rey Alfonso XIII, en su visita al Monasterio en 1903, al referirse al “Casal de Aragón”: 
De todos los lugares de vuestros Reynos sólo uno es comparable á este: Covadonga, Covadonga la rica, Covadonga la bella, ¡qué contraste Señor, aquí… ruinas! … ruinas tan solo… Señor... nada pedimos al Tesoro común. Sostenga cada pueblo sus propias cargas como quiere el nuestro sostener las suyas, pero dígnese Vuestro Real Poder confiar en manos de Aragón este sagrado depósito, y descanse V. M. en que Aragón sabrá cuidarlo… (LM, 5 de julio de 1903). 


Las  instantáneas nos muestran distintos momentos del viaje  de Alfonso XIII a S. J. de la Peña. Fotos publicadas en Nuevo Mundo y ABC en 1903. Y parte del discurso que Juan Moneva y Puyol, de espaldas, le dirige a su majestad. 

Además, el privilegiado trato oficial que se le concedió a Covadonga, con motivo de la celebración del XII Centenario de la batalla de Covadonga en 1918, y la escasa sensibilidad del gobierno español ante el abandono de San Juan de la Peña motivó una cascada de reivindicaciones aragonesistas entre intelectuales, eclesiásticos y políticos aragoneses como Florencio Jardiel deán de la Catedral de Zaragoza, Dámaso Sangorrín deán de la Catedral de Jaca, Ricardo del Arco Garay secretario de la Comisión Provincial de Monumentos y miembro de las reales academias de Historia y de Bellas Artes, el obispo de Jaca y senador por la provincia Manuel de Castro Alonso y el periodista aragonés Mariano de Cavia quien, el 12 septiembre de 1918, dirigido al rey Alfonso XIII, firmaba en el diario El Sol un célebre artículo titulado “Las dos Covadongas, la favorecida y la olvidada”, en los siguientes términos:
El Monasterio de San Juan de la Peña es "la otra Covadonga", ahí está la enorme gruta en cuya roca viva, cuna de la monarquía más liberal que surgió de entre las sombras feudales, labraron los primeros Reyes aragoneses el testimonio perdurable de su fe y de su denuedo; ahí está "la otra Covadonga” tan cuna de la nacionalidad como Covadonga, y por suprema añadidura, cuna real y positiva del derecho público en España. 

Manuel de Castro Alonso en el salón de la Casa Consistorial de Jaca

Otra de las voces tempranas cuya intervención mereció las felicitaciones de todos los diputados, senadores e ilustres escritores aragoneses fue la de Manuel de Castro Alonso. En efecto, se puede calificar de histórico el discurso pronunciado por el prelado de Jaca y senador, en febrero de 1919 cuando, con fotografías de San Juan de la Peña en sus manos, en la Alta Camara Nacional, dio un discurso que respiraba aragonesismo por los cuatro costados, con el que se dirigió al ministro de Instrucciones públicas y Bellas Artes, señor Salvatella, pidiendo con vehemencia la restauración para “el Covadonga de 
Aragón”:
¡Hay en mi Diócesis un santuario un monumento, una piedra miliaria de la Reconquista que es San Juan de la Peña, el Covadonga de Aragón, completamente olvidado! Y ese santuario es la cuna de la Reconquista de Aragón; allí está el el panteón de de los Reyes de Sobrarbe y Aragón… y toda la historia de las libertades de aragonesas… monumento parejo al de Covadonga, que es completamente distinto, por su riqueza artística, de todos los de España. (LU, 20 de febrero de 1919). 
Tras la aparición en 1925 del Sindicato de Iniciativa y Propaganda de Aragón y su revista Aragón, con la mirada puesta en el espejo catalán y en las celebraciones de su “Diada”, el presidente del SIPA, Eduardo Cativiela, mandó una carta en 1926 al señor Cerezuela, alcalde de Zaragoza, en la que le pedía protección oficial para celebrar el Día de Aragón “en las piedras venerables y profanas de San Juan de la Peña, recinto donde se fraguó el primer albor de la Reconquista patria”. Celebración que, a pesar del escaso apoyo social e institucional, el SIPA junto a un reducido y “selecto” grupo de regionalistas aragoneses llevaron a cabo en la austera iglesia zaragozana de los Panetes, haciéndola coincidir en los años siguientes con la festividad de San Jorge como Patrón de Aragón.

EL DÍA DE ARAGONA DURANTE LA II REPÚBLICA

Había llegado un tiempo nuevo: el del reinado del automóvil. En medio de un trajín incesante y de improvisados puestos de bebidas, a la hora del mediodía, la multitud se dispersó por los pinares de la Pradera para dar cuenta de sus respectivos almuerzos. Antes de regresar, al anochecer, les esperaba un baile popular hasta la puesta del sol. Fondo: José M.ª Arenas. JM_ARENAS_00182. FDPH. 
La ocasión propicia para celebrar el “Día de Aragón” la iba a proporcionar la tan ansiada inauguración de los ocho kilómetros de carretera, de gran significado espiritual para los aragoneses, que por Bernués llegaría al Monasterio Nuevo, tras un esfuerzo de 13 años de esperas y trabajos. Ahora, con el gobierno provisional republicano de Alcalá Zamora recientemente constituido, El SIPA, a propuesta de R. del Arco, acordó solemnizar la inauguración de esta carretera al histórico cenobio:
 “Se impone el “DÍA DE ARAGÓN”, la próxima inauguración de la carretera de San Juan de la Peña está señalando el momento oportuno para celebrarlo por primera vez, dejando personalismos y cantonalismos…confiamos que autoridades y corporaciones sabrán cumplir su deber de aragoneses, que es el primero de todos” (Revista Aragón n.º 67, abril de 1931). 


 Foto: Fondo de Hnos Viñuales ( FDPH). En los días de Aragón celebrados entre 1931 y 1935, tras la misa en el monasterio nuevo, cientos de personas descienden por la empinada cuesta hacia el monasterio viejo. Allí, en el acto más solemne, paladines del regionalismo aragonés, como Domingo Miral e Isidoro Comas (1931), Ricardo del Arco (1933), Eduardo Ibarra (1934) y Santiago Guallar (1935), arengaron con sus discursos reivindicativos a una multitud que, en sobrecogedor silencio, se agolpaba entre la roca y el claustro. 




Foto, Ildefonso San Agustín, 12 de julio de 1931. Fueron cientos los oscenses que, con motivo de la inauguración de la carretera, pisaban por primera vez los Monasterios. Entre ellos, en el lado oeste del claustro, bajo el capitel de “El encuentro de Jesús con María Magdalena”, de pie y con traje blanco, se encontraba el artista y pedagogo Ramón Acín. Poco después, el orfeón oscense y la orquesta de Huesca, dirigida por José María Lacasa, harían sonar notas wagnerianas de Parsifal, Lohengrin y Thanhaüser. Fondo: Ildefonso San Agustín. I_SAN_AGUSTÍN_00860. FDPH.

Y así, el 12 de julio de 1931 se celebró la inauguración de la carretera con la asistencia de unas 2000 personas. El acto y la elaboración del programa de actividades los llevaron a cabo Turismo del Alto Aragón de Huesca y los Sindicatos de Iniciativa de Jaca y de Aragón. Todo un éxito del que Fausto Abad, director del periódico jaqués La Unión se hacía eco: 
A las tres de madrugada comenzaron los autobuses de Jaca a transportar viajeros sin interrupción hasta las once… De Huesca vinieron el señor alcalde, señor Carderera; jefe de obras públicas, señor Gómez Velasco; ingenieros señores Méndez, autor del proyecto de la carretera; Jiménez del Hierro, Armingol, Cuevas; presidente de la Cámara de Comercio, señor Gascón de Gotor; presidente de la Comisión provincial de Monumentos, señor Castejón, y otros muchos. De Zaragoza, los miembros del Sindicato, representante del Ateneo, señor García-Arista; catedrático señor Rocasolano, Prensa y otras representaciones. Fue muy notada la ausencia de las tres Diputaciones provinciales aragonesas que habían sido invitadas al acto... Varios miles de almas se congregaron en la planicie pinatense; baste decir que el número de automóviles ascendió a 180, de ellos, treinta autobuses… La emoción subió de punto con las notas wagnerianas de Parsifal… fue algo insuperable que a muchos arrancó lágrimas. En resumen: una fiesta inolvidable, sin precedente en Aragón, de alta espiritualidad, a la cual se asoció el pueblo con el mayor entusiasmo; un acto de resurgimiento y de aragonesismo noble, apolítico y serio. (La Unión. Julio de 1931) 
A los jacetanos y oscenses se habían unido zaragozanos que habían organizado autobuses, a 16 pesetas ida y vuelta, con salida de la plaza de Sas, a las 5 de la mañana y con regreso las 9 de la noche. En La Voz de Aragón, el 14 de julio, Fernando Castán Palomar describía así parte del trayecto y estancia: La fila de automóviles serpentea despaciosa por la nueva carretera. Es una fila sin etiqueta de cortejo oficial... van coches lujosos y coches modestos, autobuses ventrudos y carritos de vendedores giróvagos, camiones traqueteantes… un clamor de aplausos y vítores llega desde la planicie cuando se despliega la bandera blanca con la cruz coloreada en la Cuna de las libertades… Veo gran número de hombres representativos de Aragón. Pero veo también que faltan muchos. Un muchacho, encaramado a un mástil, preguntó: ¿Dónde están los diputados que nos pedían los votos?… De algunos coches salen voces de ¡Viva Aragón! … 




 Foto, Francisco de las Heras, 1933. Celebración del III Día de Aragón. Autobuses y coches llegan a la Pradera, en la que el jefe del Distrito Forestal de Huesca había señalado con piquetes y rótulos de madera el lugar donde podían estacionar. Los viajeros bajan dispuestos a participar en los actos programados. Luego les espera el reposo bajo la sombra de los tilos, pinos y abetos seculares sobre los que tremolan banderolas tricolores.
En el acto inaugural de la carretera se acordó celebrar el “Día de Aragón” todos los años el segundo domingo de julio. Y, en efecto, al año siguiente, este año sí, a los habituales a la cita, se unieron representantes de la tres Diputaciones y de los Ayuntamientos de Zaragoza, Huesca y Jaca para celebrar, el día 10 de julio de 1932, el II Día de Aragón. De nuevo, misa, banquete, discursos, cantos, suelta de palomas mensajeras y bailes populares a cargo de la banda de Jaca dirigida por el señor Lacasta dieron alegría y suntuosidad a los venerables lugares en los que destacó la numerosa presencia de los Centros aragoneses de Barcelona y Tarrasa. Como iniciativa, el SIPA creó un sello para que, a modo de un simbólico ladrillo, contribuyera a la restauración San Juan de la Peña, deseando que fuera honor de todo aragonés usarlo en sus cartas hasta el III Día de Aragón.
Las fiesta- celebración se volvió a repetir, con más de 3000 almas, el 23 de julio de 1933 en la celebración del III Día de Aragón. Siendo nota destacada la presencia de los danzantes de Huesca y Yebra, famosos cantadores de jotas, y chesas luciendo su traje tradicional.Pero, el punto álgido de estas celebraciones tuvo lugar el día 8 de julio de 1934, fecha de la celebración del IV Día de Aragón al que asistieron más de 5000 personas. Broches distinguidos de esta edición fueron el estreno del himno de Argón del maestro Araiz, y la presencia del Ministro de Hacienda Manuel Marraco .



Foto, Ricardo Compairé, 1933. En aquel III Día de Aragón, sin una bandera oficial, se desplegaron las de damasco blanco con la Cruz de San Jorge. Se vieron chesas y chesos ataviados con sus trajes típicos e hicieron demostraciones los danzantes de Huesca y Yebra de Basa. Frente al Monasterio Nuevo, actuaron las famosas cantadoras y campeonas indiscutibles de jota aragonesa Camila Gracía (tras el guitarrista) y Gregoria Ciprés (a su derecha) junto con Juliana Seral; también bailó la pareja campeona formada por Santos Fernández e Isabel Zapata. R COMPAIRÉ_02997. FDPH.

Los tiempos turbulentos por los que discurría la política nacional parecieron afectar a la celebración del V Día de Aragón, el día 7 de julio de 1935. De las 17 invitaciones a entidades o corporaciones oficiales, sólo 2 aceptaron: la Diputación de Zaragoza y el Ayuntamiento de Jaca. Entre la menguada asistencia, los más numerosos fueron los habitantes de Jaca, de Zaragoza y de pueblos cercanos. 

EL DÍA DE ARAGÓN DURANTE EL FRANQUISMO

La Guerra Civil cortó en seco estas celebraciones Aragonesistas. Sin embargo, ello no fue obstáculo para que en plena guerra, en los años 1937 y 1938, el Bando Nacional organizara campamentos juveniles en la pradera del Monasterio Alto. Con ello se trataba de familiarizar a esos jóvenes con la vida castrense. Además, el 4 de julio de 1937, 130 “Flechas y Pelayos” de Huesca y Jaca, aunque en “intimidad cordial, sin algazara y sin ruido de multitud romera”( LU, 8 de julio de 1937) conmemoraron el Día de Aragón. Celebración, en la que, fiel a la cita, no faltó Ricardo del Arco quien en el Monasterio Viejo disertó ante esos jóvenes, “mitad monjes, mitad soldados”, sobre la historia y el significado del Monasterio. 





 Foto cedida por Margarita Langa, 1938. Colocación en San Juan de la Peña de la primera piedra del campamento de Flechas y Pelayos organizado por la Falange de Jaca, a iniciativa del padre Escolapio Buenaventura Mínguez. Tras bendecir el sillar el capellán Saturnino Ferrer, Ricardo del Arco exhorta a los jóvenes a ser dignos cruzados de la Reconquista. Luego, mientras la banda de cornetas interpretaba el “Cara al sol”, con unción de rito, el Jefe local de Jaca hizo descender la piedra sobre la que echaron tierra todas las autoridades.

La querencia por el simbolismo que representaba la historia del Monasterio Viejo de San Juan de Lapeña también la asumió la Delegada  Nacional de la Sección Femenina de Falange, Pilar Primo de Rivera ( hija del dictador y hermana del fundador de Falange) , quien, en octubre de 1945, elegía el claustro medieval para celebrar el acto de clausura del I Congreso Provincial de la Sección  Femenina, que coincidía con el XI Consejo  Nacional de la Sección Femenina de FET y de las JONS, ambos celebrados en Huesca en esos días.





 Foto Fidel Oltra, 1945. Como colofón a la visita de los monasterios, las 51 delegadas y secretarias provisionales de la Sección Femenina de FET y de las JONS, tras lectura, oración y depósito de corona de flores ante la cruz delos caídos levantada al efecto, con su Delegada Nacional Pilar Primo de Rivera  a la cabeza ( tapada en la foto general por un capitel ) brazo en alto, se cantó  el Cara al sol en el claustro del monasterio viejo. Luego, Pilar Primo de Rivera pronunció la última lección ante las camaradas del Consejo, perfectamente uniformadas.

 Los multitudinario Días de Aragón republicanos tuvieron una tímida continuación durante el régimen del General Franco. El 10 de julio de 1949 se pudo apreciar su “renacimiento”, con autoridades de primer rango, en el doble acto que se realizó en el Monasterio con la apertura de la inauguración del XIX Curso de Verano para extranjeros y con el VI Día de Aragón, cuando se inicia una campaña para que el santo Santo Grial vuelva al histórico Cenobio. 


1959.  En la ceremonia de traslado del Santo Grial a San Juan de Lapeña (1959), Franco tras ser investido con las insignias de la cofradía de la Hermandad del santo Grial por el arzobispo de Valencia, inicia la procesión entre el monasterio alto y el bajo. El palio, otras veces reservado al generalísimo, cubre el Santo Grial, que encabeza la comitiva.  Foto de José Mª Lacasa, FDH. 


En la siguiente década, en 1958 y 1959, propiciados por el Patronato y la Hermandad de Caballeros de San Juan de la Peña brotaron de nuevo los ecos de los “Días de Aragón” del pasado, inmersos ahora en otra cruzada, en la de hacer posible la vuelta del Cáliz de la Cena a San Juan de la Peña; hecho que tuvo lugar momentáneamente en junio de 1959 con la presencia de las autoridades, el Generalísimo Franco y su esposa. Multitudinario acto al que asistieron 4000 personas entre autoridades y vecinos de las comarcas y de provincias limítrofes, que volvieron a poblar la explanada con unos 300 vehículos.  



                                              BIBLIOGRAFÍA 


ARCO GARAY, Ricardo del. El real Monasterio de San Juan de la Peña.  Edición F. de las Heras. Jaca, 1919.

ARCO GARAY, Ricardo del. Fotografías de Historia y arte 1914-1924. Ed. Diputación de Huesca. Zaragoza, 2009.

LACASA LACASA, Juan. Crónica de San Juan de la Peña 1835-1992. Ed. Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Zaragoza, Aragón y Rioja. Zaragoza, 1992.

LAPEÑA PAÚL, Ana Isabel. San Juan de la Peña (coordinadora). Suma de estudios. Mira editores, S.A. Huesca, 2000.

SAN AGUSTÍN, Ildefonso. Huesca en los años 20. Retratos de una ciudad. Ed. Diputación de Huesca. Huesca 2006.

VV. AA. De las Heras. Una mirada al Pirineo (1910-1945). Ed. Pirineum. Jaca, 2000.

VIÑUALES COBOS, Eduardo. Espacios Naturales Protegidos. Monumento Natural de San Juan de la Peña. Ed. Diputación General de Aragón. Zaragoza, 2003. 



                            PERIÓDICOS

AYH: Ayer y Hoy 

DH: Diario de Huesca

EN: El Noticiero (Zaragoza)

EPA: El Pirineo Aragonés

LM: La Montaña

LU: La Unión

LVA: La Voz de Aragón









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