MIS COSAS DE JACA

Estas páginas van destinadas a todas aquellas personas que quieren a su ciudad, como me sucede a mí con la mía, Jaca. Hablaré, pues, de “mis cosas” esperando que alguna de ellas pueda ser también la tuya o, sencillamente, compartas mi afición por “colarme” entre el pequeño hueco que separa la memoria de la historia, lo general de lo particular o lo material de lo inmaterial. Estas “cosas de Jaca” están construidas a base de anécdotas , fotos de ayer y hoy, recuerdos y vivencias mías y de mis paisanos y de alguna que otra curiosidad, que me atrevo a reflexionar en voz alta. No es mi propósito, pues, ocuparme de los grandes temas de los que ya han tratado ilustres autores, es más bien lo contrario: quiero hacer referencia a rincones ocultos, héroes anónimos, huellas olvidadas, sendas por las que ya no se pasa, lugares que fueron un día centro de atención y hoy han sido relegados a la indiferencia, al olvido o al abandono; a unos escenarios donde se sigue representando la misma obra pero con otros actores.

lunes, 4 de noviembre de 2019

LA CHIMENEA GÓTICA DE LOS XIMÉNEZ DE ARAGÜÉS DE JACA









Pocos son los libros que hablan de la historia de Jaca en los que no aparece un espacio con una solitaria fotografía en blanco y negro de la magnífica “Chimenea de Jaca”, que embellecía la Casa-Palacio de los que fueron “Merinos de la ciudad de Jaca y sus Montañas” durante unos 160 años, entre los siglos XV y XVI, los Ximénez de Aragüés.
          La visión de esta perseverante imagen, acompañada de los escasos detalles que de ella se comentan, ha llevado al autor a interesarse por el tema y a intentar desentrañar algo más sobre su origen, ubicación, autor, valor artístico… así como a averiguar el camino que recorrió hasta llegar al Palacio de Pedralbes de Barcelona, donde se encuentra en la actualidad.
          José Antonio Labordeta escribe: “Dicen que hay tierras al este / donde se trabaja y pagan…”. Hoy, a estos versos de la canción “Aragón” se les podría dar otro sentido y reconducirlos, pues no será por falta de trabajo y esfuerzo de los aragoneses; y me temo que ni pagando, veamos volver los bienes patrimoniales que por desidia emprendieron ese viaje hacia el este.

 
                              1.  PRESENTACIÓN
         
 En la siguiente imagen se pueden observar con bastante precisión los laboriosos detalles artísticos de la chimenea que F. J. Parcerisa  dibujó cuando llegó a Jaca, hacia 1840.



Litografía de F. J. Parcerisa, hacia 1840

          Detalles que, con una elegante prosa romántica, describió así José María Quadrado en las páginas que escribió sobre Jaca y sus alrededores en el Volumen I, dedicado a Aragón, de Recuerdos y Bellezas de España

              … menos afortunada la grandiosa casa, que poseyó últimamente un caballero del apellido de Hago, ha visto desaparecer toda su exterior belleza y acomodar su interior á los usos de una tienda de comercio.
              Pocos años hace que aun sostenían su gótico patio cuatro labradas columnas, que se distinguía el sitio para colocar las picas, que se erguía la torre; hoy los restos de la antigua escalera, algunas molduras en las puertas y una suntuosísima chimenea en el piso bajo atestiguan únicamente su magnificencia. 
              Difícilmente habrá sobrevivido en regios alcázares un tipo más espléndido de accesorio tan interesante en las costumbres feudales como la chimenea; dos grifos sostienen su hermoso dosel de piedra trabajado con la misma prolijidad que si debiera cobijar una sagrada efigie. Los calados góticos que bordean su parte posterior, y las cinco pirámides que se cimbrean sobre sus cuatro ángulos obtusos y una en el centro, no pertenecen tal vez al estilo más puro, ni son del mejor trabajo los dos leones que sostienen los escudos de armas divisados, el uno con las barras de Aragón, y el otro con una banda diagonal y una estrella á cada lado: mas no por esto el conjunto resulta menos hermoso é imponente. 
               En su vasto hogar, cuántas veces en las noches de invierno habrá chisporroteado el robusto tronco, y cuánto de cacerías y lides habrá oído referir á los barones, y cuánto de amor á las damas, y cuántos repetir belicosos romances ó suspirantes "lais" de la vecina Provenza... 

Fotografía de J. Soler y Santaló (1907/1908, AFCEC)
 
                              2.   LA CASA-PALACIO


          En 1918,  Ricardo del Arco  todavía relata y describe algunos detalles de la casa y de las transformaciones que había sufrido el edificio, así como de la chimenea y de su desaparición posterior. 
 en la histórica ciudad de Jaca quedan pocas casas antiguas por causa del embellecimiento(?) de la población. En mi primera visita a Jaca conocí la de Ximénez de Aragüés, que Quadrado llama de Hago. Era muy ostentosa, con gran escalera de piedra (en el frente de ella el blasón de la casa) y en espacioso y hermosos salón con artesonado muy prolijo, y en la cabecera una afiligranada chimenea de piedra(propia del Siglo XV, como toda la casa), precioso ejemplar, de lo mejor del arte gótico, que, según mis noticias, se halla hoy en Sitges. En recientes visitas yo no he apreciado en tal casa ningún vestigio de antigüedad por causa de una  afectada renovación. Así irán desapareciendo muchos de estos memorables restos de arquitectura doméstica señorial, como otros á fuerza de incuria y abandono de sus propietarios, que ni alcanzan ni aprecian el valor de tales viviendas, ni su significación, que pueden competir con ventaja, desde luego, con las insulsas construcciones que las rodean o las sustituyen (Arco Garay, págs. 206- 207, 1918). 

Entrada al nº 20, Calle Mayor de Jaca
 
          Así pues, esta es la casa donde se encontraba la chimenea en Jaca, que Quadrado llama de los Hago, y que R. del Arco atribuye de manera más certera a sus anteriores dueños, los Ximénez de Aragüés, ya que estos fueron los que mandaron construir o reconstruir el Palacio y en su interior instalar la chimenea. 
          Por los detalles que nos han dejado tanto Quadrado como posteriormente del Arco: "Una torre, cuatro columnas bien labradas, sitio para las picas, restos de antigua escalera, molduras en las puertas, blasón en el centro de la puerta, chimenea, salón artesonado", y por las evocaciones que por tradición oral han llegado de los habitantes de la ciudad, la Casa-Palacio de los Ximénez de Aragüés pertenecería al tipo de casas solariegas propias de los siglos XV y XVI en el Alto Aragón, como las de Graus, Benabarre, Abizanda, Roda, etc. y que parecen seguir un patrón de tipo fortificado o protegido: un edificio de planta rectangular, con un patio central por donde se accedía al primer piso, con una gran torre cuadrada que emergía desde la parte superior del patio, donde estaban las estancias para las caballerizas y carruajes de tiro.
          La entrada principal, donde se encontraba la puerta adornada por el escudo de armas, daba a la calle Mayor, y en la parte posterior existía un “huerto-jardín” con corrales y almacén para cereales que traspasaba el actual Callejón del Viento. En este espacio de la parte posterior de la casa, por otra parte muy frecuente en el antiguo casco urbano de la ciudad, todavía se pueden contemplar restos de la antigua Casa-Palacio. Se trata de varios pilares de traza gótica que reutilizados soportan la galería de la actual vivienda.
          Así, la existencia en los siglos XV y XVI de ricas familias de comerciantes y mercaderes, unida al tradicional peso del clero, hacía frecuente en Jaca la presencia de artistas de relevancia, que llegaban para realizar sus trabajos tanto en la Catedral  como en otras iglesias y conventos. Razón esta que nos lleva a pensar que esos mismos maestros y canteros levantaron la Casa-Palacio de los Ximénez de Aragüés. Una construcción civil, sin duda espectacular y que, a pesar de encontrarse los restos en los últimos estadios de su existencia, todavía cautivaron a Quadrado, Parcerisa y del Arco en el siglo XIX.
          Una obra en la que se sabe con certeza que participó el guipuzcoano Juan Landerri, pues tenemos constancia de que en enero de 1553 se encontraba en Jaca y que capituló, con los Jurados de la ciudad, la realización de obras para el Monasterio que se debía edificar en la ciudad,  destinado a albergar a las monjas benedictinas de Santa Cruz de la Serós. 
          Y un año después, el 29 de enero de 1554, Juan Landerri recibió un encargo de Jerónimo Ximénez de Aragüés,  Merino de Jaca y sus Montañas, para construir la escalera para su Casa-Palacio: 
             el honrado mastre Juan Landerri hará una escalera en casa del merino Jerónimo Ximénez de Aragüés.
             Será de 4 ramos y rellanos, con sus antipechos hasta dentro el corredor a sus costas. Es pactado y concertado que dicho mastre Juan sea tubido rancar la piedra en la pedrera de Atarés o donde el senyor mas conbenyente le parecera.
             El merino es tubido de dar todo aparejo de piedras y calcina y arena al pie de obra, y fustas para andamios y todas las dichas cosas necesarias que a los susodichos andamios convendrá. Al principiar la obra le ha de dar mil sueldos: 500 en trigo y vino, los otros en dineros. No le dará más hasta que esté asentada y acabada... (Texto inédito de Luis Orús).

          Parece ser que este maestro, Joan Landerri, residió bastantes años en la ciudad, pues veinte años después, en 1573, aparece su nombre y apellido cuando recibió del mercader Martín Sarasa y de su esposa Juana de Aranda, ya fallecidos, por manos de su hermana Orosia de Aranda, 27700 sueldos de un total de 48000 que obtuvo al terminar la capilla de la  Santísima Trinidad de la Catedral de Jaca. Y en el mismo año y en el mismo acto se hizo entrega al imaginero guipuzcoano Juan de Ancheta  de la cantidad de 221 libras por la obra de su impresionante retablo.  
          Vemos así que la Casa-Palacio donde se encontraba la chimenea hasta que desapareció fue habitada por una rama del linaje de los Ximénez de Aragüés que bajaron de Aragüés del Puerto para establecerse en Jaca y son continuas las referencias que de este apellido encontramos en Jaca desde el siglo XV. A ellos se debe, como hemos comentado, la obra que, en la segunda mitad de dicho siglo, mandaron construir o reconstruir, sobre un solar ya existente en la carrera Mayor y en un lugar cercano al espacio que ocupa en la actualidad la Casa Consistorial, la que debió ser una brillante muestra de arquitectura civil gótica.
          Y allí vivieron una larga saga de personalidades cuyo desempeño estuvo ligado a labores de mando y jurisprudencia de la ciudad: los Merinos de Jaca y sus Montañas que, en una ciudad de realengo como era Jaca, encarnaban la representación del rey, con atribuciones legislativas, administrativas y judiciales, al tiempo que garantizaban la aplicación de las leyes forales. 
           Las primeras referencias en Jaca de los Ximénez de Aragüés aparecen hacia 1437 y hacen mención a un tal Pedro Ximénez de Aragüés quien fue jurado en 1445. Y el último varón de la misma familia que vivió en Jaca, y del que tenemos noticia se remonta al siglo XVII, en concreto a 1606, fecha  en la que muere el que casualmente también  se llamaba Pedro, Pedro Ximénez de Aragüés, dejando  heredera universal a su hija Francisca, quien terminará vendiendo todas las propiedades de la familia.
          De modo que, durante unos 160 años, los portadores del apellido Ximénez de Aragüés tuvieron en Jaca un marcado protagonismo, pues el nombramiento del Merino de la ciudad  fue recayendo de forma hereditaria en esta familia. Al primer Pedro, Jurado, le sucedieron:
          Miguel, Doctor en leyes (1445); Miguel "Menor", Justicia de Jaca (1483), Prior de Veinticuatro (1497) y Merino de la ciudad y sus Montañas (1486-1515); León, Merino (1525); Pedro, también Merino y procurador, asistente a cortes de Monzón (1528); Jerónimo, Merino al menos  entre 1554 y 1558, aparece mediando en pleitos e interviniendo en insaculaciones hasta 1584; su hermano Joan, Canciller del rey en Aragón, Prior y Deán en la Seo de Tarragona.
          Para terminar con el anteriormente citado, y último varón, Pedro, Merino representante en Cortes por el brazo de infanzones de la ciudad de Jaca, quien vende la Torre, luego Torre del Reloj, para el servicio de la ciudad en 1599.

          Con posterioridad, en 1624, algunas que fueron casas principales, entre las que se encontraba la Casa-Palacio de los Ximénez de Aragüés, aparecen a nombre del mercader, infanzón y ciudadano Francisco Domec Bonet, quien, junto con sus descendientes y herederos, mantuvieron la propiedad hasta 1659, si bien antes, en 1645, habían desmantelado la escalera de la Casa-Palacio para utilizar parte de sus piedras como cantera para la capilla que el obispo Vicencio Domec había mandado realizar en la Catedral de Jaca: 
            ...piedras de unas casas del Bornao y la de la escala de la casa de Bernardino Domec  para la realización de un carnario, dos sepulcros, la sacristía con su puerta, una ventana y paredes de manpostería (Texto inédito de Luis Orús).

          A partir de esta fecha,1659, la Casa-Palacio comenzará a llamarse de los Hago, por haber sido comprada por 23000 sueldos, junto a otras pertenencias, por Miguel de Hago (casado con la jaquesa María Nolivos) y por su hijo Lucas Pablo de Hago Nolivos, infanzón, procedente de la casa de infanzones de Canfranc.


Posesiones de los Hago junto al río Gas (6-Itinerario topográfico Zaragoza-Canfranc, 1851, BVMD)

          De esta forma, la Casa-Palacio siguió siendo habitada por personas que desempeñaban cargos de relevancia en la ciudad. Así, Lucas Hago Nolibos fue infanzón, justicia, juez, y diputado del "reyno" (1679); Lucas Hago Bonet, justicia de la ciudad (1704); Joseph Hago Miranda, diputado en Sala de Millones por lo tocante a  la Corona de Aragón (1724 y 1734); Joseph Hago Portugués, caballero del hábito de Santiago y secretario de S.M. en villa y corte de Madrid; Antonio de Hago Portugués, regidor perpetuo por S.M., administrador de los bienes y rentas del condado de Larrosa (1789); su hermano Joaquín, canónigo;  su otro hermano, fray Alberto, reverendo presidente maestro del convento de los Carmelitas descalzados; Antonio de Hago, regidor (1807). Y, por último, Joaquín Hago Pérez que murió soltero en 1821 y fue hijo único. 
          Este último Hago, en su testamento, dejó dicho que, tras el disfrute de sus familiares y allegados, su casa principal, en la calle Mayor, 
             ...será vendida en pública subasta para sufragio de su alma y de las de sus padres teniendo preferencia su tío Orencio Pérez y  sus hijos en el precio que se remate" (Texto inédito de Luis Orús).


          Según lo anteriormente expuesto, cuando José María Quadrado visitó Jaca, hacia 1840, habían transcurrido 19 años desde que la Casa y la Chimenea habían dejado de pertenecer a la familia de los Hago, que como hemos visto la había tenido en propiedad alrededor de 162 años. Esto explica que Quadrado les atribuyera su autoría, refiriéndose a ella como la Chimenea de los Hago. Error que con posterioridad han repetido algunos otros autores al dar referencias de la Chimenea.
          Es el mismo Quadrado quien nos advierte que la casa de los Hago ha perdido su aspecto palaciego, que quedan restos de lo que fue y que el exterior sufrió bastantes transformaciones, afirmando que  la planta baja "está ocupada por locales dedicados al comercio".  



  

  Calle Mayor de Jaca hacia 1880. A la izda. y tras la  Casa Consistorial, enmarcada en amarillo, la reformada fachada del antiguo Palacio (sin las transformaciones añadidas en 1929). Grabado de J. Serra (Monserrat de Bondía, pág. 582)

 
          También sabemos que el portal de la casa número 18 (hoy 20) de la calle Mayor comenzó a cambiar su aspecto, al menos  externamente, en el último tercio del siglo XIX, al transformarse en un nuevo edificio también con locales comerciales en la planta baja y que ya todos la conocían como “Casa Baltasarillo”. 


Calle Mayor de una  Jaca amurallada, con la puerta de San Francisco al fondo, a principios del siglo XX. En el interior del recuadro negro, la antigua casa de los Hago, ahora llamada  "Casa Baltasarillo" (fotografía de F. De las Heras).
 
          En 1821 ya vivía allí Juan Tomás García-Godoi Betés, casado con Mª Antonia Lagarda Mombiela, "comerciante".
          El hecho de que Juan Tomás García-Godoi fuera hijo de Baltasar García-Godoi, "Ministro de Rentas" y con propiedades conocidas en "Bajo Asieso" desde 1780, condujo a que la Casa-Palacio de la calle Mayor, a finales del siglo XIX, también fuera nombrada por los jaqueses como "Casa Baltasarillo". Nombre con el que en la actualidad todavía se conocen las huertas que, con sus  respectivas casas, ocupan sendas veredas de los ríos Aragón y Gas, así como la casa de la calle San Nicolás donde residen sus descendientes.


Huerta "Baltasarillo". Junto al río Aragón, debajo de Asieso. Fue propiedad de Julián García Aibar y hoy de su hija, Petra García Ara 


  Huerta "Baltasarillo" junto al río Gas. Anterior Casa de Hago. Fue propiedad de Julián García Aibar. En ella nació una de sus hijas, Petra García Ara quien, todavía hoy, con 92 años, está al cuidado de la casa.
          
 Con posterioridad, uno de sus hijos, Julián García-Godoi Lagarda, heredará la Casa-Palacio y, fallecido este, pasa a su hermano Francisco García-Godoi Lagarda, licenciado en farmacia por la Universidad Central. Este, tras ejercer de boticario en Hecho, establece su farmacia en los bajos de la casa en 1881, pidiendo que se le admita en la contratación con los otros tres boticarios de la ciudad para suministrar medicamentos al hospital de Jaca, asunto este que se  aprobó por unanimidad, el 19 de julio de 1882. Además, en 1907 adquiere la farmacia que Francisco Allué había abierto en la plaza de la Catedral en 1900.



         

Francisco García-Godoi Lagarda (1833/1913) (fotografía Mª Cristina Barón García)


Tomás, Francisco y Julián García-Godoi Aibar          (Fotografía Mª Cristina Barón García)
 

 


 La profesión de farmacéutico la continuaron dos de sus hijos Tomás y Francisco García-Godoi Aibar. Su otro hijo, Julián, se ocupó de las explotaciones agrarias.
          Tomás permitió que en los locales de su farmacia de la calle Mayor nº 18 se instalara gratuitamente, en mayo de 1909, el primer Laboratorio  Municipal de la ciudad:
           ... dotado de microscopio y otros utensilios y pericial químico, con la finalidad de prevenir problemas higiénicos, especialmente  los relacionados con la potabilidad del agua y la inspección de alimentos (La Unión, 13/5/1909).



Mostrador de la farmacia actual
          Fallecidos Francisco García Lagarda, en 1913, y su hijo Tomás García Aibar, en 1915, quedó como propietario de la Casa su hermano Francisco García Aibar.
          La farmacia tras pasar por varios dueños ha permanecido abierta de forma ininterrumpida; en la actualidad es propiedad de la Lda. Mª Carmen Borau.

       
                                       3. LA  CHIMENEA

          A pesar de los cambios de dueño y de las transformaciones que fue sufriendo la original Casa-Palacio, la chimenea se mantuvo en el mismo lugar; no es de extrañar que la chimenea impresionara al verla, pues a su singular y original atractivo se unían sus atrevidas proporciones. Se trataba de una obra:             … trabajada en piedra caliza de 3,55 m de alto por 3,05 de ancho, una profundidad de 1,80 m y un hueco para leña de 1,45 x 1,55 m  (Naval A.).          
  La chimenea en cuestión pertenece, por su forma y disposición, a las que posteriormente se conocerán como de "gusto francés", por estar pegadas a la pared, muy distintas de las "chamineras" tradicionales, troncocónicas, más populares, instaladas en la cocina; en torno al calor de sus tizones giraba la vida de la casa.            
 Muy distinta, la chimenea de los Ximénez de Aragüés parece ser una clara transposición del arte gótico religioso, adaptado a las necesidades de la arquitectura civil; en concreto, de los sepulcros y retablos existentes en las iglesias donde parece haberse inspirado su autor.  
        En efecto, la composición de la obra está concebida como una simbiosis entre un "dosel-baldaquino", en la parte inferior, y elementos propios de retablos de la época, en la  parte superior.        
  Así, la parte inferior en vez de albergar una estatua, asiento o litera, está ocupada por un "hogar", enmarcado a ambos lados por dos finas pilastras que descansan sobre unas amplias basas geometrizadas en las que sobresalen dos espléndidos grifos, que parecen haber cambiado su función habitual de gárgolas por el de pequeños capiteles; elogiando, de paso, la nobleza, la fuerza y el valor de los propietarios de la Casa-Palacio.     
       Los laterales los ocupan molduras y finos baquetones que terminan en basas labradas alternativamente a distinta altura, con lo que se consigue dar más profundidad y anchura.

Toma parcial de la garganta ocupada por un elaborado "friso" (litografía de F.J. Parcerisa)

Como elemento de transición entre la parte inferior y la superior se encuentra la garganta de la chimenea ocupada por un fabuloso "friso" finamente decorado, en el que el autor nos ha dejado su habilidad y sello personal.


Foto parcial de la garganta de la chimenea  ocupada por un elaborado "friso"  (Julio Soler i Santaló)
  Un "friso" que, dividido en cuatro bandas horizontales, recorre la parte central y las laterales del hogar de la chimenea con un ritmo y simetría maestros: la inferior está recorrida por 21 rosetas circulares, 13 al frente y 4 en cada uno de los lados; la segunda banda la recorren 21 arcuaciones ojivales y sobresalen tres detalles decorativos que acentúan caracteres propios del gótico tardío: la anécdota y el naturalismo. Un duendecillo, justo en el centro, encima de séptima rosa de las trece que ocupan el frente, y dos grandes caracoles en cada una de las esquinas que parecen deslizarse por la tercera banda, ocupada por un trenzado de tres cordones; la cuarta banda enmarca las anteriores a modo de cornisa, de la que sobresalen merlones dentados, que imitan la forma de rematar algunos edificios civiles como la Lonja de Palma de Mallorca, o, sencillamente, que recuerdan al arte mudéjar.

Campana de  la chimenea (detalle, Julio Soler i Santaló)


Escudo del abad D. Alonso de Aragón sujetado por dos leones. Ubicado en el sotabanco del retablo y realizado por Gil de Morlanes el Viejo (1506-1511) para el Castillo-monasterio de Montearagón, hoy en el museo de Huesca.


          Sobre el elegante "friso" reposa la "campana" de la chimenea.  En ella aparecen los elementos claves que nos indican quiénes fueron los dueños que mandaron realizarla. Son dos casetones inspirados en las predelas y sotabancos que, de forma habitual, configuraban el ornamento de los retablos aragoneses: como el realizado por el escultor catalán Pere Johan para la Seo de Zaragoza entre 1434-1445, o el del Juicio Final del Castillo-monasterio de Montearagón, obra ya datada entre 1506 y 1511, de Gil de Morlanes el Viejo; y que el escultor que realizó la chimenea ha cambiado de su lugar habitual, para  colocarlos en la parte más visible y centrada como si de un cuerpo de retablo se tratara.

A la izquierda, en blanco y negro, los leones mostrando el escudo de armas de los Ximénez de Aragüés, principal motivo decorativo de la chimenea. A la derecha, en color, el sello de la familia (reconstruido en parte) con los mismos motivos, sobre un pergamino 

 
Así, en estos casetones, entre pilastras, bajo sendos arcos conopiales y sostenidos por dos leones rampantes, aparece el blasón del linaje de los Ximénez de Aragüés, quienes mandaron construir el palacio gótico y la chimenea.       
    Los  leones muestran los elementos que son propios del linaje de los Ximénez de Aragüés de Jaca: el de la izquierda muestra unas bandas paralelas inclinadas, con dos estrellas de cinco puntas en los huecos exteriores, y el de la derecha aparece con las cuatro barras de Aragón, motivo este de trascendencia no desdeñable, pues nos habla tanto del permiso real para incorporarlas a su escudo de armas como de los méritos contraídos por los Ximénez de Aragüés para poder exhibirlas.

Sello y firma de Joan Ximénez de Aragüés, 5 de marzo de 1563, AMJ (fotografía de Luis Orús) 
        
   La anchura de la campana parece decrecer a medida que se acerca a la pared, gracias a los cuatro ángulos obtusos  que facilitan el tiro de la chimenea.

Detalle de la parte superior de la chimenea (Julio Soler i Santaló)
 
           
El resto de la chimenea está ocupado por una laboriosa decoración a base de una intrincada tracería curvilínea, hojarasca, calados y elementos combinatorios de arquerías propias del gótico flamígero, que acentúan la verticalidad y la altura de todo el conjunto. Lo rematan cinco pináculos: uno, el más elevado, que, a modo de "calle central" de un retablo, surge desde el centro, y los otros cuatro que emergen desde cada una de las esquinas.             En definitiva, se trata de un elemento eminentemente funcional, diseñado y ejecutado con esmero. Pero que al mismo tiempo exhibe la relevancia de  los Ximénez de Aragüés, su posición social y los valores positivos que el propietario quiere hacer evidentes: tanto la nobleza y proximidad al rey, representada en el escudo de armas, como la fuerza y el valor, en los grifos.


                               4. SOBRE EL AUTOR
         
 La ubicación de Jaca, cercana a Francia y al reino de Navarra así como la proximidad del Camino de Santiago facilitó el asentamiento de artistas franceses y de otros lugares de Europa, que se  establecieron en aquellos lugares que como Jaca ofrecían una posibilidad de trabajo; motivo este por el que en la Ciudad no fue extraña ni la aparición en una temprana fecha de las renovaciones artísticas, ni la factura de obras maestras y originales como la que nos ocupa.        
   Aunque del autor nada sabemos, y sin descartar que fuese un maestro de la zona, se puede especular con que hubiera venido de fuera y estuviera haciendo alguna otra obra  en San Juan de La Peña, en el convento extinguido de San Francisco o en alguna capilla gótica anterior a las existentes en la Catedral del siglo XVI.         
  Sí me parecen evidentes los conocimientos que el autor tiene de otras obras del gótico civil y religioso, y de artistas llegados del oriental levantino que, a partir del XIV, van a dejar su impronta por los estados que conformaban la Corona de Aragón. El estilo que observamos en la chimenea, propio de del gótico tardío o flamígero, nos podría llevar a relacionarla con algún maestro que estuviera trabajando en alguna de las capillas que en el siglo XV les brindaban Jaca y su entorno: la capilla de San Victorián, construida por el abad Juan  Marqués, entre 1426 y 1433; y las capillas del lado izquierdo, o del evangelio, de la Catedral: la de la Santa Cruz y la de Santa Orosia, en las que todavía quedan huellas  de las realizadas en el siglo XV. La primera sirve de acceso al Museo Diocesano y la segunda, a su izquierda,  es de homóloga factura, pero solo queda un pilar de la original, ya que fue destruida cuando se hizo la actual capilla de Santa Orosia.      
     Sin embargo, y dado que la relevancia de los Ximénez de Aragüés en Jaca comienza a ser notoria de 1450 en adelante, las fechas nos conducen a buscar a algún maestro que trabajara con posterioridad. En este sentido no se puede descartar que el autor de la chimenea fuese alguno de los maestros que venían trabajando en la Catedral como  
              Micer Joan de Segura, habitante de Jaca, cantero, maestro de iglesias, quien, en 1515, acusa recibo de los sozdeán, canónigos y capítulo de la Seo de 400 sueldos, a cuenta de los seze mil trescientos sueldos que se le deben pagar por razón de la obra de las capillas y cruzeros (Texto inédito de Luis Orús).        
  Así, el hecho de que Joan de Segura fuera habitante de Jaca le confiere una alta probabilidad de que fuese a él a quien le encargaran los poderosos hombres de la ciudad trabajos para embellecer sus casas.


 Balcón de la casa que en el siglo XV pertenecía a  doña Dolça de Santa Fe, en la plaza  de  la Catedral


   
 En este sentido, es notoria la similitud entre el león  rampante del escudo de armas que aparece en la Chimenea y el que se encuentra en la casa que en el siglo XV pertenecía a doña Dolça de Santa Fe, en la plaza de la Catedral. Una casa decorada con un precioso balcón en el que sobresale un amplio ventanal decorado con el mismo estilo que la chimenea: el gótico flamígero, y que, según Juan Francisco Aznárez           
  parece que fue trabajado por los artistas Juan de Segura y Martín Larola, los cuales, a la vez que Moreto, levantaban las capillas y bóvedas de la Catedral... 
Detalles del anterior balcón gótico de la casa de Doña Dolça de Santa Fe, de la Plaza de la Catedral de Jaca (fotografía de L. Orús)

       En ambos casos el autor decora el blasón y los grifos con los mismos animales: el león y el ave. Y en ambos casos giran la cabeza hacia el espectador mostrando una cara humanizada con amplia sonrisa , grandes ojos melena y garras muy semejantes; rasgos que se acercan más al simbolismo románico que al naturalismo dell gó tico tardio. Razones estas que nos conducen a sospechar que el autor de la chimenea pudiera ser  Juan de Segura. De la la misma manera que no podemos descartar que Juan de Segura también fuese el que realizara la capilla que se encontraba en el desaparecido monasterio de San Francisco de Jaca, propiedad de la familia de los Ximénez de Aragüés y donde sabemos se dio sepultura a Pedro el último varón del linaje.
"En 1606 ya enfermo, hace testamento el merino Pedro Ximénez de Aragüés, quien moriría en el mismo año, dejando dispuesto que se le enterrara en su capilla del monasterio de san Francisco" ( Texto inédito de de Luís Orrús). 

 5. LA CHIMENEA EN EL EXILIO

En cualquier caso, la chimenea, que había pasado sus días en esa Casa-Palacio de la calle Mayor desde finales del siglo XV o principios del siglo XVI, hasta principios del siglo XX, siempre tuvo la estima de los jaqueses, sabedores de que se trataba de una pieza importante del legado artístico de la ciudad. Pero nada hacía presagiar el itinerante recorrido al que se le iba a someter.
Los inicios del siglo XX todavía eran tiempos en los que la valoración del patrimonio brillaba por su ausencia. Tiempos en los que los que el tráfico y la venta de obras de arte quedaba impune ante las administraciones públicas al no existir ninguna ley que limitara el expolio, traslado y robo de obras de arte. Lo cual no significaba que las mentes sensibles no se percataran del valor de objetos y obras singulares como es el caso de la chimenea gótica, pues, llegado el momento, la chimenea era una muestra de orgullo para los jaqueses, y visita obligada para aquellas personas ilustres que visitaban la ciudad. Así sucedió en 1893 cuando el obispo de Bayona visitó la casa donde se encontraba la chimenea, por aquel entonces propiedad de Francisco García Lagarda.

"El pasado miércoles, acompañado de distinguidos sacerdotes llegó a la ciudad el venerable obispo de Bayona siendo cumplidamente recibido por todo el clero u autoridades en el palacio de nuestro querido prelado... el jueves visitó la urna de los sagrados restos de nuestra patrona admirando las notabilidades artísticas de nuestra catedral... el seminario...el colegio de PP. Escolapios, casa consistorial y la antigua chimenea de nuestro convecino farmaceútico D. Francisco García Lagarda, famosa obra gótica del siglo XIV, justamente celebrada por todos los inteligentes en arte..." (Diario de Huesca de 30/05/1893, pag.7)

O cuando el rey Alfonso XIII en su visita a Jaca, en septiembre de 1903, "Tras dirigirse a pie a la Ciudadela, donde el el Ilmo. Sr. obispo celebró una misa de campaña que ha resultado de gran solemnidad. El monarca, despues de revisar las diferentes dependencias de la Ciudadela, pasó á contemplar la célebre chimenea gótica de la casa de nuestro amigo el farmaceútico D. Francisco García..." (El Pirineo Aragonés 6/IX/1903)  

También podemos constatar que la chimenea todavía se encontraba en la ciudad en 1912. Así , al menos, lo atestigua el hecho de que el 10 de septiembre de ese año en una visita relámpago que hicieron a la ciudad los Príncipes de Baviera (la infanta Paz de Borbón y su esposo el Príncipe), acompañados por el alcalde Pérez Samitier y otras autoridades, tras visitar la catedral, el Ayuntamiento, el paseo de Alfonso XIII, el Teatro y el Templete de Santa Orosia, entraron en la casa del señor García Aibar (hijo de F. García Lagarda) quien con sumo gusto les mostró su chimenea.

 De la misma manera, fue incluida en el Portfolio fotógráfico de España, realizado por Ceferino Rocafort en 1906, quien comenta: " Como detalles dignos de admiración y estudio no debe olvidarse la hermosa chimenea gótica del que fue palacio de la noble familia Ximénez de Aragüés". Y su fotografía aparece junto a las del Ayuntamiento, la Ciudadela, la Catedral y el Torreón de la Moneda.
 De la posterior salida de Jaca de la Chimenea, de las condiciones en que se hizo la operación, del destino y del nuevo propietario, muy poco se dijo en su momento en la ciudad. Pero una nota, "justificadora" y ambigua, sí nos aclara la fecha en la que la chimenea partió de Jaca: junio de 1914.
"En diferentes ocasiones había sido solicitada por cultivadores y amantes del arte la venta de la admirada alcobilla gótica perteneciente al siglo XVI, que en su casa de esta ciudad conserban nuestros buenos amigos los Sres. García Aibar, y recientemente se han decidido á ceder dicha artística joya á un amigo nuestro, gran perito en toda clase de obras arqueológicas, sólo por la garantía de esta no saldrá de España, por ser destinada á figurar dignamente en un suntuoso Museo de arte selecto, que se está ordenando en una importante y rica población de Barcelona, donde mejor que en Jaca podrán contemplarla y hacerla objeto de sus investigaciones científicas cuantos sientan aficiones por el arte antiguo" (El Pirineo Aragonés, 13 de junio de 1914) 
              
   A tenor de la noticia aparecida en El Pirineo Aragonés, el redactor parece no tener los datos suficientes o no considera necesario dar más detalles de la operación, pero la nota en cuestión, además de quitarle importancia al asunto, resulta poco aclaratoria y menos creíble.
          Parece ser que había habido algún conato o intento de venta de esa la chimenea, que no se movió de su sitio mientras vivió D. Francisco García Lagarda, fallecido en 1913. Resulta también algo desconcertante que la noticia no hace alusión a la monumental chimenea, nombrándola con el diminutivo "Alcobilla gótica", si bien es cierto que luego la califica de "joya"
          ¿Realmente fue una "cesión", una especie de regalo desprendido a unos forasteros?  ¿Qué hace un perito, por definición persona cualificada para tasar valores en dicha operación... tasar un regalo? Si nos atenemos al destino que luego tuvo la chimenea, más cierto parece que se tratara de una operación económica, nada despreciable para la época, para poder compensar y justificar la salida de Jaca de una pieza que se sabía singular y que, como hemos visto, era visita obligada  para aquellas personas a las que se les suponía un interés por los monumentos de los que podía presumir la ciudad.
           Y la noticia sí que habla de algo que, a la postre, resultó cierto y que posiblemente iba en el contrato de la presumible venta de la chimenea: "la garantía de que esta no saldrá de España"; pues bien, fuera por esta razón o por  otras, la chimenea ciertamente no salió del país.




Francisco García Aibar, farmacéutico y alcalde (fotocedida por Pedro Juanín)



          La operación que terminó con la chimenea en manos de coleccionistas catalanes e incorporada al patrimonio del multimillonario estadounidense Charles Deering, se realizó un año y medio después de la muerte de Francisco García Lagarda y en vida de sus hijos los hermanos García Aibar, si bien uno de ellos, Tomás, que tenía la farmacia en la Casa, ya se encontraba gravemente enfermo y falleció el 27 de agosto de 1915. Y otro de los tres hermanos, Francisco, subdelegado de farmacia del partido de Jaca en 1913, alcalde entre 1926-1929 y 1937-43, y residente en la Casa, fue quien reconstruyó el nuevo edificio según el gusto burgués que se estaba esparciendo por otras zonas de la ciudad: el estilo Modernista.




Segunda renovación del edificio, en este caso la fachada. Proyecto de embellecimiento y tribuna de la casa propiedad de D. Francisco García Aibar. Calle Mayor 18, hoy 20 (J. Luis de León, junio de 1929). En el lugar que un día ocupara la Casa- Palacio de los Ximénez de Aragüés (AMJ).

          La ausencia de la chimenea en Jaca no pasó desapercibida para Ricardo del Arco (Granada,1888-Huesca,1955), quien, además, estaba perfectamente informado de dónde se encontraba y quién era su nuevo dueño, constatando que en 1918, en su segunda visita a Jaca, la chimenea ya no estaba en su lugar de origen, y afirmando que se encontraba en Sitges:
             Era muy notable la casa de Ximénez de Aragüés, sobretodo por su gran chimenea de piedra, del siglo XV, precioso ejemplar que adquirió mister Deering para su palacio Maricel, de Sitges, hace algunos años. Probablemente estará ya en camino de Norteamérica, con el resto del tesoro arqueológico de Maricel pese a los afectuosas manifestaciones de protesta de los vecinos de Sitges, que ven inermes como se expatrian tantos objetos recogidos en su solar, la mayor parte. ¿Para cuándo guarda el Estado enérgicas medidas restrictivas?... (Arco Garay, 1921,31).
          Efectivamente, la chimenea se encontraba en uno de los lugares más elegantes y exclusivos que en esos momentos podía haber en España, lugar a donde probablemente había llegado en junio de 1914. Pues en esos momentos, Miguel Utrillo, ingeniero, pintor, periodista y crítico de arte, hombre de tan extraordinaria sensibilidad como agudeza en los negocios, fue el encargado  de construir para Charles Deering el Palacio de Maricel en Sitges, comprando y reformando el viejo edificio del Hospital de Sitges, con su capilla de San Juan y los solares y casas de los alrededores. Obra que, tras tres años, se culminó en 1914 y que pasó a albergar una de las colecciones de arte privadas más importantes de España.  


   Miguel Utrillo (Biblioteca Santiago Rusiñol)


Además, Miguel Utrillo, uno de los mejores especialistas del momento en arte español, impenitente viajero, se encargó de vestir aquellas paredes desnudas, entre la que sobresalían las del "Salón de Oro". Inaugurado el 23 de octubre de 1915, con una selección de amigos y políticos locales, los cuales, entre otras, pudieron contemplar, obras de El Greco, Velázquez, Goya, Romero de Torres, Ramón Casas..., así como "nuestra Chimenea", que ocupaba una de  las paredes del fondo, junto a dos tablas que representaban a las santas mártires Santa Águeda y santa Lucía, obras del taller de los Vergós (siglo XV) que terminaron en el museo de Chicago. Y acompañada, en la pared de enfrente, por un cuadro de Goya y otro de Zurbarán.
La Chimenea de Jaca en una de las paredes del Salón de Oro, tomada en 1917 por Francesc Serra (Archivo Fotográfico del Archivo Histórico de la Ciudad de Barcelona) 
 
Salón de Oro  del Palacio en la actualidad, con otra chimenea


         
 Alrededor de ella, en inolvidables veladas que tuvieron como escenario el incomparable "Salón", se reunía una pléyade de intelectuales, poetas, pintores y escritores, llegados de todos los rincones del mundo, que  disfrutaban de fiestas deslumbrantes organizadas por la personalidad de mecenas y filantrópica de su dueño, mientras Europa ardía en plena Guerra Mundial.



Pared  opuesta a la de la Chimenea en El Salón de Oro, con un cuadro de Goya al fondo y otro de Zurbarán a la derecha (AFAHCB)
La misma pared del Salón de Oro en la actualidad. Sitges (Barcelona)
         Míster Deering, como se le conocía popularmente, rico industrial de Illinois, turista multimillonario, llegado en 1910 y que protagonizó durante poco más de una década uno de los más interesantes capítulos del coleccionismo en la España del siglo XX, no dudó en hacer viajes por toda España en busca de obras de arte de valor extraordinario, que seleccionaba Miguel Utrillo: pinturas, esculturas, retablos, tapices, relojes, cristalerías, claustros, ventanales góticos, portadas románicas, muebles del Renacimiento... y chimeneas como la que Miguel Utrillo se llevó de Jaca, o como los capiteles de forma troncopiramidal invertida de estilo gótico que, probablemente en el mismo viaje, compró en el palacio de los marqueses de Ayerbe para decorar una de las edificaciones del Palacio Maricel denominada el "Sarcófago".



Fachada porticada del edificio del Sarcófago que forma parte del Palacio Maricel. Los  capiteles, decorados con grifos, perros, ángeles y gigantes, proceden del palacio del siglo XV de los marqueses de Ayerbe.

           Hoy, en el  Palacio de Maricel, convertido a instancias del Ayuntamiento sitgetano en museo y anexo a otro museo, el del "Cau Ferrat", desde 1936, en el mismo Salón de Oro y en el mismo lugar que ocupó la chimenea de Jaca, se encuentra otra monumental chimenea de alabastro blanco, traída del Palacio de la Generalitat. En ambos museos, Maricel y Cau Ferrat, unidos desde 2014, junto a numerosas colecciones de gran valor también se encuentran dos piezas que en su día adornaron un retablo de la Catedral de Jaca: se trata de los reyes magos Gaspar y Baltasar.

 
Gaspar y Baltasar. Museo del Cau Ferrat de Sitges



          Estas piezas, para el Dr. Steven Janke, especialista en arte medieval español, son dos  figuras procedentes de un retablo de la Catedral de Jaca y que formaron parte de un grupo de nueve de una Epifanía, de la que afirma que "se trata del mejor ejemplo de España del tallado en madera franco-neerlandés del estilo gótico internacional".



Grupo de la Epifanía en madera policromada (1395-1405). Elementos del antiguo retablo de la Catedral de San Pedro, expuestos en el Museo Diocesano de Jaca, del que faltan dos piezas: Gaspar y Baltasar
 (hoy enel Museo del Cau Ferrat de Sitges).




          La ausencia de la chimenea en Jaca que, como hemos visto, no había pasado desapercibida a Ricardo del Arco, ahora se había tornado en preocupación, ¿qué será de ella?  
  Charles Deering (1852-1927)
          Por suerte, las sospechas de Ricardo del Arco no se vieron cumplidas. En efecto, en el verano de 1921 se apagó el esplendor de Maricel cuando Charles Deering tuvo un fuerte desencuentro con Utrillo, y el multimillonario de Illinois, añorando sus rascacielos, decidió volver a EEUU. Se  llevó con él todas las obras que  pudo, y lógicamente, la parte más destacada de la colección que fue embalada y embarcada.






                                     6. EN BARCELONA

          Pero, entre las obras que, bien por su peso o por estar empotradas en la pared, eran de costoso traslado, y que dejó en España, se encontraba la monumental chimenea gótica de Jaca, que va a aparecer en 1926 en el palacio de Pedralbes de Barcelona.
     Palacio de Pedralbes, Barcelona   
  No sabemos con exactitud dónde estuvo la chimenea entre 1921 y 1926, si permaneció en Sitges o pasó al castillo de Tamarit, junto a otras obras, para ser vendidas con posterioridad. De la misma manera que no nos queda claro si hubo una posterior venta o fue una donación lo que la hizo llegar al palacio de Pedralbes.
          Antonio Naval nos dice que
 … según información amablemente facilitada por Jorge Ortigosa, director del palacio, fue el propio Conde de Güell quien adquirió a sus expensas la chimenea donándola al palacio y en consecuencia al Rey (Diario del Alto Aragón, domingo 14 de octubre de 1990). 
          Sin embargo, Pérez Herminio, en el ABC, en 1972, había comentado que
Mr. Deering tuvo algunos detalles de generoso desprendimiento y la regaló a la residencia real de Pedralbes.

           Una opinión nada desdeñable si tenemos en cuenta que Mr. Deering sentía admiración por el monarca, y que en una de las habitaciones de Maricel colgaba un formidable retrato de Alfonso XIII montado a caballo pintado por Ramón Casas. Un regalo que el rey posiblemente acogería con agrado, pues no en vano, esa chimenea la había podido admirar personalmente cuando la vio en Jaca en 1903.
          Sea como fuere, tuvo suerte "nuestra Chimenea" y terminó decorando el Palacio de Pedralbes. 
          Un Palacio que, en 1918, el conde Güell y un determinado sector de la aristocracia catalana afín a la monarquía se propuso erigir, al entender que era impropio que la familia real tuviera que alojarse en casas particulares o en hoteles durante sus visitas a Barcelona.
          Por ello, Eusebi Güell, interesado en que las visitas de los reyes a Barcelona fueran más frecuentes de lo habitual, y, más si cabe, desde que Alfonso XIII le otorgó el título de Conde en 1910, donó parte de sus terrenos y finca a la familia real para construir el Palacio de Pedralbes con la finalidad de que los reyes tuvieran una residencia acorde a su condición. Esta residencia fue inaugurada en 1924 con la presencia de Juan Antonio Güell, que había heredado el título de su padre. 




La chimenea de Jaca en el Palacio de Pedralbes, hacia 1926

     En esta tercera ubicación, a pesar de encontrarse en una residencia real y brillar con luz propia, la Chimenea, en un primer momento, no iba a estar tan bien acompañada como lo había estado en el Palacio de Maricel. Pues a las dificultades de financiación de la obra del palacio, ahora se había añadido otro problema: el de amueblarlo y decorarlo. Hecho este que se realizó en gran medida a base de los donativos de aquellos objetos que les sobraban a parte de la burguesía barcelonesa, de manera que, sus interiores comenzaron a tener un aspecto acorde a su condición real hacia 1929, destinándose para biblioteca la sala donde se encontraba la Chimenea.
Fotografía tomada por Lucien Roisin, hacia 1930 (Postal)







          Ya con posterioridad, sobre todo después de que el General Franco utilizara el palacio como residencia en sus visitas a la Ciudad Condal, la chimenea jaquesa, ahora adornada con un tupido chispero y acompañada de un lujoso y noble mobiliario, luce de nuevo con todo su esplendor, decorando la biblioteca del Palacio Real para alegrar la vista de aquellos privilegiados a los que se les permite visitarla.


Imagen correspondiente a una tarjeta postal de 1980 del Palacio de Pedralbes, con la Chimenea jaquesa en una sala rectangular. Se trata de una no menos espectacular biblioteca con un mobiliario de roble, iluminada por amplios balcones con vista a los jardines del Palacio.


Concluiremos, pues, afirmando que esta chimenea nos habla de un artista experimentado, de una casa noble, de una muestra importante de la arquitectura civil por desgracia desaparecida, del poder de la burguesía jacetana que la construyó, y que se trata de una Chimenea excepcional para la época.

Chimenea gótica del siglo XV. Palacio de Rodrigo Mur de Graus, Huesca (Monserrat de Bondía, pág. 222)       
 
  Una chimenea que adquiere más notoriedad si tenemos en cuenta su temprana cronología (último tercio del siglo XV o principios del XVI), su laborioso y fino trabajo, así como el diseño de la misma. A lo que podemos añadir lo poco frecuente que resulta encontrar piezas similares en unas fechas en las que no fueron pocos los palacios y castillos que, siendo mayores y más suntuosos que la Casa-Palacio de los Ximénez de Aragüés, se conformaban con chimeneas adinteladas de granito en las que solo sobresalía de la pared una sencilla repisa para dejar algún objeto.


          Por último, me gustaría concluir expresando una ilusión que probablemente no veré cumplida, pero que podrían intentar conseguir las autoridades de mi ciudad. 
          Y es que si, como hemos visto, la chimenea jaquesa está acostumbrada a viajar de aquí para allá, a ser desmontada y montada, y a cambiar tanto de casa como de ciudad, no le importaría hacer un último viaje para alojarse, ahora por cuarta vez y para siempre, en el lugar donde nació y del que nunca debió haber salido. En una habitación donde se encontrara como en su propia casa: en una de las cuatro paredes del claustro de la Catedral de Jaca, donde  podríamos admirarla, junto a otras piezas del magnífico Museo Diocesano de su Ciudad. 





 La chimenea en el palacio de Pedralbes. Fotografía de Antonio Naval Más. Publicada en  Patrimonio Emigrado  (Diario Alto Aragón, 1990)


           He dicho que probablemente no la veré en mi ciudad y cuando estoy terminando este estudio, todavía lo encuentro más difícil. He intentado llamar por teléfono varias veces para entrar en ese recinto con la intención de hacer unas fotos y nunca me han cogido el teléfono. He seguido haciendo varias gestiones y nadie parece ser el responsable de dar una autorización. Sin embargo, sí se puede visitar el jardín y otros lugares, pero no esa sala.



Antena 3 TV. Reunión de urgencia de la Junta de Seguridad de Cataluña en la biblioteca del palacio de Pedralbes, delante de la Chimenea de Jaca. Entre otros: el Presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, el Conseller de Interior Joaquim Forn  y Josep Lluís Trapero, mayor de los Mossos. Al otro lado de la mesa: el Secretario de Estado de Seguridad, José Antonio Nieto, el coronel Diego Pérez de los Cobos y el delgado de del Gobierno en Cataluña Enric Millo.


         Y hoy, sentado en el sofá de mi casa, viendo la televisión, he reconocido al vuelo la chimenea en las Noticias de Antena 3 TV.
          De nuevo, y otra vez más, sirviendo de telón de fondo a uno de los actos que están sucediendo en Cataluña y que sin duda pasarán la historia. ¿Qué es lo que habrá pensado ese testigo mudo ante semejantes huéspedes, que más reclaman un buen aire acondicionado que el calor de los tizones encendidos de la chimenea?
           Seguro que para ellos ha pasado desapercibida su presencia, pero no para mí. Al fin, aunque solo sea hasta la mitad, he podido ver el elegante vestido de color gris oscuro de la chimenea, una prenda que se confeccionó con las piedras calizas de una cantera de los alrededores de Jaca. 
 
Siglas


AMJ: Archivo Municipal de Jaca. 

AHPH: Archivo Histórico Provincial de Huesca. 

MDJ: Museo Diocesano de Jaca.

ASR: Asociación Sancho Ramírez (Base de datos de J. Carlos Moreno Anaya).

AFCEC: Archivo Fotográfico Centro Excursionistas de Cataluña. 

BVMD: Biblioteca Virtual  del Ministerio de Defensa.

FDPH: Fototeca de la Diputación Provincial de Huesca.
 

                                                               BIBLIOGRAFÍA


ARCO GARAY, R. del. Aragón Monumental La ciudad de Jaca. Publicado en boletín de Sociedad Española de Excursionistas. Tomo XXIX- III Trimestre de 1921.

ARCO GARAY, R. del. "La casa Altoaragonesa: notas de Excursionista”. Revista arquitectura, Madrid, núms. 5, 6, 7, 8, 9 y 10. Verano de 1918.

AZNÁREZ, Juan Francisco. Estudios de historia jacetana. Huesca, 1970.

BASSEGODA, Bonaventura y DOMÉNECH, Ignasi. "Charles Deering y el palacio de Maricel de Sitges", e-art Documents, 2010: Núm.: 3 Seminario: La dispersión de objetos de arte fuera de España en los siglos XIX y XX, Bassegoda. Revista digital D´ Historia. Universitat Autónoma de Barcelona, 2010.

COLL I MIRABENT, Isabel. Charles Deering y Ramón Casas: Una amistad en el arte. Northwwestern University Press, evanson. Illinois, 2012.

FIERRO MACIÁ, Xavier. "Resultats de l´excavació realitzada a l´edifici del Palau Maricel anomenat del Sarcófag, Sitges". Servei de Patrimoni Arquitectónic Local de la Diputación Barcelona. Miscel-lánea penesenca, 1996.

GÓMEZ GARCÍA, Alberto. Santa Orosia, reliquias y mantos. Zargoza, 2012.

GONZÁLEZ CHICOT, Luis. “La chimenea gótica”. El Pirineo Aragonés. Jaca, 10 de diciembre de 1999.

JORDANA DE POZAS, F. El patrimonio Artístico de Aragón. Núm. 906.  Institución "Fernando el Católico". Zaragoza, 1983.

LLABRÉS, Gabriel. “Noticiario de Pedro Villacampa” (1350-1563) en Revista de Huesca. Edición Facsimilar. Colección Rememoranzas, 5. Huesca, 1994.

MONSERRAT DE BONDIA, S. y PLEYAN DE PORTA, J. Aragón Histórico, Pintoresco. Tomo I, HUESCA. Lérida, 1881.

NAVAL MAS, Antonio. "Chimenea Gótica de Jaca, en Barcelona". Diario del Alto Aragón. Cuadernos Altoaragoneses/V,  octubre de 1990.

PÉREZ FERNÁNDEZ, Herminio. "El Maricel, de Sitges, une al interés de sus colecciones la singularidad de su propia historia". A B C (domingo 30 de enero de 1972, edición de la mañana, pág. 53).   

QUADRADO, José María y PARCERISA, Francisco  Javier. Recuerdos y bellezas de España.  vol. II: Aragón, 1844.

REVILLA, Federico. "Simbolismo de un ocaso: El palacio real de Pedralbes". BSAA, Tomo XLVIII. Valladolid, 1982. 

Revista Aragón "De Huesca a Jaca". Capítulo VIII. Junio, pág. 115, 1932.

Blog http://orgullosademiciudad.blogspot.com.es/ sábado, 28 de junio de 2014 , publicado por Dovel. 



14 comentarios:

  1. Ana Cristina García. precioso artículo

    ResponderEliminar
  2. Maricarmen García.
    Fenomenal descubrimiento para mi que soy enamorada de de las "chamineras"Parece hay sillas a su alrededor! lástima con leñaencendida o mas luz al hacer la foto; tan oscura no se ven los detalles q tiene que son bonitos y sobrios.

    ResponderEliminar
  3. CRISTINA SANZ ROBLES:
    Muy interesant. Gracias a ti por a cercarnos a la historia de Jaca que yo desconocía totalmente. Si voy a Barna intentaré ir aal palacio de Pedralves y verla pero sin los independentistas que se ven en le foto.

    ResponderEliminar
  4. JUAN BAUTISTA.
    Excelente trabajo. Sin embargo, causa desazón, una vez más, comprobar el desapego y desarraigo que siempre se ha mostrado en Aragón por lo nuestro propio. De verdad que dan ganas de solicitar la inclusión en Navarra o en Cataluña lugares que, no solo valoran lo suyo sino también lo nuestro por haber compartido una historia común.

    ResponderEliminar
  5. Algo de razón tienes. Muchas gracias.

    ResponderEliminar
  6. Cristina Barón García28 de noviembre de 2019, 12:39

    Muchas gracias Valentín por tu rigor y trabajo tan documentado.
    No es fácil contrastar información y a base de tesón, tiempo y esfuerzo lo has conseguido.
    ¡Enhorabuena! y muchas felicidades, ya sabes que un libro es como un hijo.
    Un verdadero placer leerte.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias Cristina. !Me encendieron esos tizones apagados¡

      Eliminar
    2. Enhorabuena por el excelente trabajo y muy bien documentado;¡Me ha encantado leerlo!

      Eliminar
  7. Enhorabuena por el impresionante trabajo de investigación, conocía algo de esta historia pero una nimiedad.Muchas gracias por compartirlo y acercarnos a la historia de Jaca con este gran y exhaustivo relato.Un saludo M.José

    ResponderEliminar