Pocos son los libros que hablan de la historia de Jaca en los que no aparece un espacio con una solitaria fotografía en blanco y negro de la magnífica “Chimenea de Jaca”, que embellecía la Casa-Palacio de los que fueron “Merinos de la ciudad de Jaca y sus Montañas” durante unos 160 años, entre los siglos XV y XVI, los Ximénez de Aragüés.
La visión de esta perseverante imagen,
acompañada de los escasos detalles que de ella se comentan, ha llevado al autor
a interesarse por el tema y a intentar desentrañar algo más sobre su origen,
ubicación, autor, valor artístico… así como a averiguar el camino que recorrió
hasta llegar al Palacio de Pedralbes de Barcelona, donde se encuentra en la
actualidad.
José Antonio Labordeta escribe: “Dicen que hay tierras al este / donde se
trabaja y pagan…”. Hoy, a estos versos de la canción “Aragón” se les podría
dar otro sentido y reconducirlos, pues no será por falta de trabajo y esfuerzo de los aragoneses; y
me temo que ni pagando, veamos volver
los bienes patrimoniales que por desidia emprendieron ese viaje hacia el este.
1. PRESENTACIÓN
En la
siguiente imagen se pueden observar con bastante precisión los laboriosos
detalles artísticos de la chimenea que F. J. Parcerisa dibujó cuando
llegó a Jaca, hacia 1840.
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Litografía
de F. J. Parcerisa, hacia 1840
|
Detalles que, con una elegante prosa
romántica, describió así José María Quadrado en las páginas que escribió sobre
Jaca y sus alrededores en el Volumen I, dedicado a Aragón, de Recuerdos y Bellezas de España
…
menos afortunada la grandiosa casa, que poseyó últimamente un caballero del
apellido de Hago, ha visto desaparecer toda su exterior belleza y acomodar su
interior á los usos de una tienda de comercio.
Pocos años hace que aun sostenían su gótico patio cuatro labradas
columnas, que se distinguía el sitio para colocar las picas, que se erguía la
torre; hoy los restos de la antigua escalera, algunas molduras en las puertas y
una suntuosísima chimenea en el piso bajo atestiguan únicamente su magnificencia.
Difícilmente habrá sobrevivido en regios alcázares un tipo más
espléndido de accesorio tan interesante en las costumbres feudales como la
chimenea; dos grifos sostienen su hermoso dosel de piedra trabajado con la
misma prolijidad que si debiera cobijar una sagrada efigie. Los calados góticos
que bordean su parte posterior, y las cinco pirámides que se cimbrean sobre sus
cuatro ángulos obtusos y una en el centro, no pertenecen tal vez al estilo más
puro, ni son del mejor trabajo los dos leones que sostienen los escudos de
armas divisados, el uno con las barras de Aragón, y el otro con una banda
diagonal y una estrella á cada lado: mas no por esto el conjunto resulta menos
hermoso é imponente.
En su vasto hogar, cuántas veces en las noches de invierno habrá
chisporroteado el robusto tronco, y cuánto de cacerías y lides habrá oído
referir á los barones, y cuánto de amor á las damas, y cuántos repetir
belicosos romances ó suspirantes "lais" de la vecina
Provenza...
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Fotografía de J. Soler y Santaló (1907/1908, AFCEC) |
En 1918, Ricardo del Arco
todavía relata y describe algunos detalles de la casa y de las transformaciones
que había sufrido el edificio, así como de la chimenea y de su desaparición
posterior.
…en la histórica
ciudad de Jaca quedan pocas casas antiguas por causa del embellecimiento(?) de
la población. En mi primera visita a Jaca conocí la de Ximénez de Aragüés, que
Quadrado llama de Hago. Era muy ostentosa, con gran escalera de piedra (en el
frente de ella el blasón de la casa) y en espacioso y hermosos salón con
artesonado muy prolijo, y en la cabecera una afiligranada chimenea de piedra(propia
del Siglo XV, como toda la casa), precioso ejemplar, de lo mejor del arte
gótico, que, según mis noticias, se halla hoy en Sitges. En recientes visitas
yo no he apreciado en tal casa ningún vestigio de antigüedad por causa de una afectada renovación. Así irán desapareciendo
muchos de estos memorables restos de arquitectura doméstica señorial, como
otros á fuerza de incuria y abandono de sus propietarios, que ni alcanzan ni
aprecian el valor de tales viviendas, ni su significación, que pueden competir
con ventaja, desde luego, con las insulsas construcciones que las rodean o las
sustituyen (Arco
Garay, págs. 206- 207, 1918).
Así pues, esta es la casa donde se
encontraba la chimenea en Jaca, que Quadrado llama de los Hago, y que R. del
Arco atribuye de manera más certera a sus anteriores dueños, los Ximénez de
Aragüés, ya que estos fueron los que mandaron construir o reconstruir el
Palacio y en su interior instalar la chimenea.
Por los detalles que nos han dejado
tanto Quadrado como posteriormente del Arco: "Una torre, cuatro
columnas bien labradas, sitio para las picas, restos de antigua escalera,
molduras en las puertas, blasón en el centro de la puerta, chimenea, salón
artesonado", y por las evocaciones que por tradición oral han llegado
de los habitantes de la ciudad, la Casa-Palacio de los Ximénez de Aragüés
pertenecería al tipo de casas solariegas propias de los siglos XV y XVI en el
Alto Aragón, como las de Graus, Benabarre, Abizanda, Roda, etc. y que parecen
seguir un patrón de tipo fortificado o protegido: un edificio de planta
rectangular, con un patio central por donde se accedía al primer piso, con una
gran torre cuadrada que emergía desde la parte superior del patio, donde
estaban las estancias para las caballerizas y carruajes de tiro.
La entrada principal, donde se
encontraba la puerta adornada por el escudo de armas, daba a la calle Mayor, y
en la parte posterior existía un “huerto-jardín” con corrales y almacén para
cereales que traspasaba el actual Callejón del Viento. En este espacio de la
parte posterior de la casa, por otra parte muy frecuente en el antiguo casco
urbano de la ciudad, todavía se pueden contemplar restos de la antigua
Casa-Palacio. Se trata de varios pilares de traza gótica que reutilizados
soportan la galería de la actual vivienda.
Así, la existencia en los siglos XV y
XVI de ricas familias de comerciantes y mercaderes, unida al tradicional peso
del clero, hacía frecuente en Jaca la presencia de artistas de relevancia, que
llegaban para realizar sus trabajos tanto en la Catedral como en otras
iglesias y conventos. Razón esta que nos lleva a pensar que esos mismos
maestros y canteros levantaron la Casa-Palacio de los Ximénez de Aragüés. Una
construcción civil, sin duda espectacular y que, a pesar de encontrarse los
restos en los últimos estadios de su existencia, todavía cautivaron a Quadrado,
Parcerisa y del Arco en el siglo XIX.
Una obra en la que se sabe con
certeza que participó el guipuzcoano Juan Landerri, pues tenemos constancia de
que en enero de 1553 se encontraba en Jaca y que capituló, con los Jurados de
la ciudad, la realización de obras para el Monasterio que se debía edificar en
la ciudad, destinado a albergar a las
monjas benedictinas de Santa Cruz de la Serós.
Y un año después, el 29 de enero de
1554, Juan Landerri recibió un encargo de Jerónimo Ximénez de Aragüés, Merino de Jaca y sus Montañas, para construir la escalera
para su Casa-Palacio:
… el
honrado mastre Juan Landerri hará una escalera en casa del merino Jerónimo
Ximénez de Aragüés.
Será de 4
ramos y rellanos, con sus antipechos hasta dentro el corredor a sus costas. Es
pactado y concertado que dicho mastre Juan sea tubido rancar la piedra en la
pedrera de Atarés o donde el senyor mas conbenyente le parecera.
El
merino es tubido de dar todo aparejo de piedras y calcina y arena al pie de
obra, y fustas para andamios y todas las dichas cosas necesarias que a los
susodichos andamios convendrá. Al principiar la obra le ha de dar mil sueldos:
500 en trigo y vino, los otros en dineros. No le dará más hasta que esté asentada
y acabada... (Texto
inédito de Luis Orús).
Parece ser que este maestro, Joan
Landerri, residió bastantes años en la ciudad, pues veinte años
después, en 1573, aparece su nombre y apellido cuando recibió del mercader
Martín Sarasa y de su esposa Juana de Aranda, ya fallecidos, por manos de su
hermana Orosia de Aranda, 27700 sueldos de un total de 48000 que obtuvo al terminar la capilla de la Santísima Trinidad de la Catedral de
Jaca. Y en el mismo año y en el mismo acto se hizo entrega al imaginero
guipuzcoano Juan de Ancheta de la
cantidad de 221 libras por la obra de su impresionante retablo.
Vemos así que la Casa-Palacio donde
se encontraba la chimenea hasta que desapareció fue habitada por una rama del
linaje de los Ximénez de Aragüés que bajaron de Aragüés del Puerto para
establecerse en Jaca y son continuas las referencias que de este apellido
encontramos en Jaca desde el siglo XV. A ellos se debe, como hemos comentado,
la obra que, en la segunda mitad de dicho siglo, mandaron construir o
reconstruir, sobre un solar ya existente en la carrera Mayor y en un lugar
cercano al espacio que ocupa en la actualidad la Casa Consistorial, la que
debió ser una brillante muestra de arquitectura civil gótica.
Y allí vivieron una larga saga de
personalidades cuyo desempeño estuvo ligado a labores de mando y jurisprudencia
de la ciudad: los Merinos de Jaca y sus Montañas que, en una ciudad de realengo
como era Jaca, encarnaban la representación del rey, con atribuciones
legislativas, administrativas y judiciales, al tiempo que garantizaban la
aplicación de las leyes forales.
Las primeras referencias en Jaca de
los Ximénez de Aragüés aparecen hacia 1437 y hacen mención a un tal
Pedro Ximénez de Aragüés quien fue jurado en 1445. Y el último varón de la
misma familia que vivió en Jaca, y del que tenemos noticia se remonta al siglo
XVII, en concreto a 1606, fecha en la que muere el que casualmente
también se llamaba Pedro, Pedro Ximénez de Aragüés, dejando
heredera universal a su hija Francisca, quien terminará vendiendo todas las
propiedades de la familia.
De modo que, durante unos 160 años,
los portadores del apellido Ximénez de Aragüés tuvieron en Jaca un marcado
protagonismo, pues el nombramiento del Merino de la ciudad fue recayendo de forma hereditaria en esta
familia. Al primer Pedro, Jurado, le sucedieron:
Miguel, Doctor en leyes (1445);
Miguel "Menor", Justicia de Jaca (1483), Prior de Veinticuatro (1497)
y Merino de la ciudad y sus Montañas (1486-1515); León, Merino (1525); Pedro,
también Merino y procurador, asistente a cortes de Monzón (1528); Jerónimo,
Merino al menos entre 1554 y 1558, aparece mediando en pleitos e
interviniendo en insaculaciones hasta 1584; su hermano Joan, Canciller del rey
en Aragón, Prior y Deán en la Seo de Tarragona.
Para terminar con el anteriormente
citado, y último varón, Pedro, Merino representante en Cortes por el brazo de
infanzones de la ciudad de Jaca, quien vende la Torre, luego Torre del Reloj,
para el servicio de la ciudad en 1599.
Con posterioridad, en 1624, algunas que
fueron casas principales, entre las que se encontraba la Casa-Palacio de los
Ximénez de Aragüés, aparecen a nombre del mercader, infanzón y ciudadano Francisco
Domec Bonet, quien, junto con sus descendientes y herederos, mantuvieron la
propiedad hasta 1659, si bien antes, en 1645, habían desmantelado la escalera
de la Casa-Palacio para utilizar parte de sus piedras como cantera para la
capilla que el obispo Vicencio Domec había mandado realizar en la Catedral de
Jaca:
...piedras de unas casas del Bornao y la de
la escala de la casa de Bernardino Domec para la realización de un
carnario, dos sepulcros, la sacristía con su puerta, una ventana y paredes de
manpostería (Texto inédito de Luis Orús).
A partir de esta fecha,1659, la Casa-Palacio
comenzará a llamarse de los Hago, por haber sido comprada por 23000 sueldos,
junto a otras pertenencias, por Miguel de Hago (casado con la jaquesa María
Nolivos) y por su hijo Lucas Pablo de Hago Nolivos, infanzón, procedente
de la casa de infanzones de Canfranc.
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Posesiones
de los Hago junto al río Gas (6-Itinerario topográfico Zaragoza-Canfranc, 1851,
BVMD)
|
De esta forma, la Casa-Palacio siguió
siendo habitada por personas que desempeñaban cargos de relevancia en la
ciudad. Así, Lucas Hago Nolibos fue infanzón, justicia, juez, y diputado del
"reyno" (1679); Lucas Hago Bonet, justicia de la ciudad (1704); Joseph
Hago Miranda, diputado en Sala de Millones por lo tocante a la Corona de
Aragón (1724 y 1734); Joseph Hago Portugués, caballero del hábito de Santiago y
secretario de S.M. en villa y corte de Madrid; Antonio de Hago Portugués,
regidor perpetuo por S.M., administrador de los bienes y rentas del condado de
Larrosa (1789); su hermano Joaquín, canónigo; su otro hermano, fray
Alberto, reverendo presidente maestro del convento de los Carmelitas
descalzados; Antonio de Hago, regidor (1807). Y, por último, Joaquín Hago Pérez
que murió soltero en 1821 y fue hijo único.
Este último Hago, en su testamento,
dejó dicho que, tras el disfrute de sus familiares y allegados, su casa
principal, en la calle Mayor,
...será
vendida en pública subasta para sufragio de su alma y de las de sus padres
teniendo preferencia su tío Orencio Pérez y sus hijos en el precio que se
remate" (Texto
inédito de Luis Orús).
Según lo anteriormente expuesto, cuando José María Quadrado
visitó Jaca, hacia 1840, habían transcurrido 19 años desde que la Casa y la Chimenea
habían dejado de pertenecer a la familia de los Hago, que como hemos visto la había
tenido en propiedad alrededor de 162 años. Esto explica que Quadrado les
atribuyera su autoría, refiriéndose a ella como la Chimenea de los Hago. Error
que con posterioridad han repetido algunos otros autores al dar referencias de
la Chimenea.
Es el mismo Quadrado quien nos
advierte que la casa de los Hago ha perdido su aspecto palaciego, que quedan
restos de lo que fue y que el exterior sufrió bastantes transformaciones,
afirmando que la planta baja "está ocupada por locales dedicados
al comercio".
Calle Mayor de Jaca hacia 1880. A la izda. y tras la Casa Consistorial, enmarcada en amarillo, la
reformada fachada del antiguo Palacio (sin las transformaciones añadidas en
1929). Grabado de J. Serra (Monserrat de Bondía, pág. 582)
También sabemos que el portal de la
casa número 18 (hoy 20) de la calle Mayor comenzó a cambiar su aspecto, al
menos externamente, en el último tercio del siglo XIX, al transformarse
en un nuevo edificio también con locales comerciales en la planta baja y que ya
todos la conocían como “Casa Baltasarillo”.
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Huerta "Baltasarillo". Junto al río Aragón, debajo de Asieso. Fue propiedad de Julián García Aibar y hoy de su hija, Petra García Ara |
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Mostrador de la farmacia
actual |
Fallecidos Francisco García Lagarda,
en 1913, y su hijo Tomás García Aibar, en 1915, quedó como propietario de la
Casa su hermano Francisco García Aibar.
La farmacia tras pasar por varios
dueños ha permanecido abierta de forma ininterrumpida; en la actualidad es
propiedad de la Lda. Mª Carmen Borau.
3. LA CHIMENEA
A pesar de los cambios de dueño y de las
transformaciones que fue sufriendo la original Casa-Palacio, la chimenea se
mantuvo en el mismo lugar; no es de extrañar que la chimenea impresionara al
verla, pues a su singular y original atractivo se unían sus atrevidas
proporciones. Se trataba de una obra: … trabajada en piedra caliza de 3,55 m de
alto por 3,05 de ancho, una profundidad de 1,80 m y un hueco para leña de 1,45
x 1,55 m (Naval A.).
La chimenea en cuestión pertenece,
por su forma y disposición, a las que posteriormente se conocerán como de
"gusto francés", por estar pegadas a la pared, muy distintas de las
"chamineras" tradicionales, troncocónicas, más populares, instaladas
en la cocina; en torno al calor de sus tizones giraba la vida de la casa.
Muy distinta, la chimenea de los
Ximénez de Aragüés parece ser una clara transposición del arte
gótico religioso, adaptado a las necesidades de la arquitectura civil; en
concreto, de los sepulcros y retablos existentes en las iglesias donde parece
haberse inspirado su autor.
En efecto, la composición de la obra
está concebida como una simbiosis entre un
"dosel-baldaquino", en la parte inferior, y elementos propios de
retablos de la época, en la parte superior.
Así, la parte inferior en vez de
albergar una estatua, asiento o litera, está ocupada por un "hogar",
enmarcado a ambos lados por dos finas pilastras que descansan sobre unas
amplias basas geometrizadas en las que sobresalen dos espléndidos grifos, que
parecen haber cambiado su función habitual de gárgolas por el de pequeños
capiteles; elogiando, de paso, la nobleza, la fuerza y el valor de
los propietarios de la Casa-Palacio.
Los laterales los ocupan molduras y
finos baquetones que terminan en basas labradas alternativamente a distinta
altura, con lo que se consigue dar más profundidad y anchura.
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Toma parcial de la
garganta ocupada por un elaborado "friso" (litografía de F.J.
Parcerisa)
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Como elemento de transición
entre la parte inferior y la superior se encuentra la garganta de la
chimenea ocupada por un fabuloso "friso" finamente decorado, en el
que el autor nos ha dejado su habilidad y sello personal.
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Foto parcial de la garganta de la chimenea ocupada por un elaborado "friso" (Julio Soler i Santaló) |
Un "friso" que,
dividido en cuatro bandas horizontales, recorre la parte central y las
laterales del hogar de la chimenea con un ritmo y simetría maestros: la
inferior está recorrida por 21 rosetas circulares, 13 al frente y 4 en cada uno
de los lados; la segunda banda la recorren 21 arcuaciones ojivales y sobresalen
tres detalles decorativos que acentúan caracteres propios del gótico tardío: la
anécdota y el naturalismo. Un duendecillo, justo en el centro, encima de
séptima rosa de las trece que ocupan el frente, y dos grandes caracoles en cada
una de las esquinas que parecen deslizarse por la tercera banda, ocupada por un
trenzado de tres cordones; la cuarta banda enmarca las anteriores a modo de
cornisa, de la que sobresalen merlones dentados, que imitan la forma de rematar
algunos edificios civiles como la Lonja de Palma de Mallorca, o, sencillamente,
que recuerdan al arte mudéjar.
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Campana de la chimenea (detalle, Julio Soler i Santaló) |

Escudo del abad D. Alonso de Aragón sujetado por dos leones. Ubicado en el sotabanco del retablo y realizado por Gil de Morlanes el Viejo (1506-1511) para el Castillo-monasterio de Montearagón, hoy en el museo de Huesca.
Sobre el
elegante "friso" reposa la "campana" de la chimenea.
En ella aparecen los elementos claves que nos indican quiénes fueron los dueños
que mandaron realizarla. Son dos casetones inspirados en las predelas y
sotabancos que, de forma habitual, configuraban el ornamento de los retablos
aragoneses: como el realizado por el escultor catalán Pere Johan para la Seo de
Zaragoza entre 1434-1445, o el del Juicio Final del Castillo-monasterio de
Montearagón, obra ya datada entre 1506 y 1511, de Gil de Morlanes el Viejo; y
que el escultor que realizó la chimenea ha cambiado de su lugar habitual,
para colocarlos en la parte más visible y centrada como si de un cuerpo
de retablo se tratara.
Así, en estos casetones, entre pilastras, bajo sendos arcos conopiales y sostenidos por dos
leones rampantes, aparece el blasón del linaje de los Ximénez de Aragüés,
quienes mandaron construir el palacio gótico y la chimenea.
Los leones muestran los elementos que son propios del
linaje de los Ximénez de Aragüés de Jaca: el de la izquierda muestra unas
bandas paralelas inclinadas, con dos estrellas de cinco puntas en los huecos
exteriores, y el de la derecha aparece con las cuatro barras de Aragón, motivo
este de trascendencia no desdeñable, pues nos habla tanto del permiso real
para incorporarlas a su escudo de armas como de los méritos contraídos por los Ximénez
de Aragüés para poder exhibirlas.
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Sello y firma de Joan Ximénez de Aragüés, 5 de marzo de 1563, AMJ (fotografía de Luis Orús) |
La anchura de la campana parece
decrecer a medida que se acerca a la pared, gracias a los cuatro ángulos
obtusos que facilitan el tiro de la chimenea.
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Detalle de la parte superior de la chimenea (Julio Soler i Santaló) |
El resto de la chimenea está ocupado
por una laboriosa decoración a base de una intrincada tracería
curvilínea, hojarasca, calados y elementos combinatorios de arquerías
propias del gótico flamígero, que acentúan la verticalidad y la altura de todo
el conjunto. Lo rematan cinco pináculos: uno, el más elevado, que, a modo de
"calle central" de un retablo, surge desde el centro, y los otros
cuatro que emergen desde cada una de las esquinas. En definitiva, se trata de un
elemento eminentemente funcional, diseñado y ejecutado con esmero. Pero que al
mismo tiempo exhibe la relevancia de los Ximénez de Aragüés, su posición social y los valores positivos que el propietario quiere
hacer evidentes: tanto la nobleza y proximidad al rey, representada en el
escudo de armas, como la fuerza y el valor, en los grifos.
4. SOBRE EL AUTOR
La ubicación de Jaca, cercana a
Francia y al reino de Navarra así como la proximidad del Camino de Santiago
facilitó el asentamiento de artistas franceses y de otros lugares de Europa,
que se establecieron en aquellos lugares que como Jaca ofrecían una
posibilidad de trabajo; motivo este por el que en la Ciudad no fue extraña ni
la aparición en una temprana fecha de las renovaciones artísticas, ni la
factura de obras maestras y originales como la que nos ocupa.
Aunque del autor nada sabemos, y sin
descartar que fuese un maestro de la zona, se puede especular con que hubiera
venido de fuera y estuviera haciendo alguna otra obra en San Juan de La
Peña, en el convento extinguido de San Francisco o en alguna capilla gótica
anterior a las existentes en la Catedral del siglo XVI.
Sí me parecen evidentes los
conocimientos que el autor tiene de otras obras del gótico civil y religioso, y
de artistas llegados del oriental levantino que, a partir del XIV, van a dejar
su impronta por los estados que conformaban la Corona de Aragón. El estilo que
observamos en la chimenea, propio de del gótico tardío o flamígero, nos podría
llevar a relacionarla con algún maestro que estuviera trabajando en alguna de
las capillas que en el siglo XV les brindaban Jaca y su entorno: la capilla de San Victorián, construida por el abad Juan Marqués,
entre 1426 y 1433; y las capillas del lado izquierdo, o del evangelio, de la
Catedral: la de la Santa Cruz y la de Santa Orosia, en las que todavía quedan
huellas de las realizadas en el siglo
XV. La primera sirve de acceso al Museo Diocesano y la segunda, a su izquierda,
es de homóloga factura, pero solo queda
un pilar de la original, ya que fue destruida cuando se hizo la actual capilla
de Santa Orosia.
Sin embargo, y dado que la relevancia de los
Ximénez de Aragüés en Jaca comienza a ser notoria de 1450 en adelante, las
fechas nos conducen a buscar a algún maestro que trabajara con posterioridad.
En este sentido no se puede descartar que el autor de la chimenea fuese
alguno de los maestros que venían trabajando en la Catedral como
…Micer
Joan de Segura, habitante de Jaca, cantero, maestro de iglesias, quien,
en 1515, acusa recibo de los sozdeán, canónigos y capítulo de la Seo de 400
sueldos, a cuenta de los seze mil trescientos sueldos que se le deben pagar por
razón de la obra de las capillas y cruzeros (Texto inédito de Luis Orús).
Así, el hecho de que Joan de Segura
fuera habitante de Jaca le confiere una alta probabilidad de que fuese a él a
quien le encargaran los poderosos hombres de la ciudad trabajos para embellecer
sus casas.
Balcón de la casa que en el
siglo XV pertenecía a doña Dolça de
Santa Fe, en la plaza de la Catedral
En
este sentido, es notoria la similitud entre el león rampante del
escudo de armas que aparece en la Chimenea y el que se encuentra en la
casa que en el siglo XV pertenecía a doña Dolça de Santa Fe, en la plaza
de la Catedral. Una casa decorada con un precioso balcón en el que
sobresale un amplio ventanal decorado con el
mismo estilo que la chimenea: el gótico flamígero, y que, según Juan
Francisco
Aznárez
… parece que fue trabajado por los artistas Juan de Segura y Martín Larola, los cuales, a la vez que Moreto,
levantaban las capillas y bóvedas de la Catedral...
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Detalles del anterior balcón gótico de la casa de Doña Dolça de Santa Fe, de la Plaza de la Catedral de Jaca (fotografía de L. Orús) |
En
ambos casos el autor decora el blasón y los grifos con los mismos
animales: el león y el ave. Y en ambos casos giran la cabeza hacia el
espectador mostrando una cara humanizada con amplia sonrisa , grandes
ojos melena y garras muy semejantes; rasgos que se acercan más al
simbolismo románico que al naturalismo dell gó tico tardio. Razones
estas que nos conducen a sospechar que el autor de la chimenea pudiera
ser Juan de Segura. De la la misma manera que no podemos descartar que
Juan de Segura también fuese el que realizara la capilla que se
encontraba en el desaparecido monasterio de San Francisco de Jaca,
propiedad de la familia de los Ximénez de Aragüés y donde sabemos se dio
sepultura a Pedro el último varón del linaje.
"En
1606 ya enfermo, hace testamento el merino Pedro Ximénez de Aragüés,
quien moriría en el mismo año, dejando dispuesto que se le enterrara en
su capilla del monasterio de san Francisco" ( Texto inédito de de Luís
Orrús).
5. LA CHIMENEA EN EL EXILIO
En
cualquier caso, la chimenea, que había pasado sus días en esa
Casa-Palacio de la calle Mayor desde finales del siglo XV o principios
del siglo XVI, hasta principios del siglo XX, siempre tuvo la estima de
los jaqueses, sabedores de que se trataba de una pieza importante del
legado artístico de la ciudad. Pero nada hacía presagiar el itinerante
recorrido al que se le iba a someter.
Los
inicios del siglo XX todavía eran tiempos en los que la valoración del
patrimonio brillaba por su ausencia. Tiempos en los que los que el
tráfico y la venta de obras de arte quedaba impune ante las
administraciones públicas al no existir ninguna ley que limitara el
expolio, traslado y robo de obras de arte. Lo cual no significaba que
las mentes sensibles no se percataran del valor de objetos y obras
singulares como es el caso de la chimenea gótica, pues, llegado el
momento, la chimenea era una muestra de orgullo para los jaqueses, y
visita obligada para aquellas personas ilustres que visitaban la ciudad.
Así sucedió en 1893 cuando el obispo de Bayona visitó la casa donde se
encontraba la chimenea, por aquel entonces propiedad de Francisco García
Lagarda.
"El
pasado miércoles, acompañado de distinguidos sacerdotes llegó a la
ciudad el venerable obispo de Bayona siendo cumplidamente recibido por
todo el clero u autoridades en el palacio de nuestro querido prelado...
el jueves visitó la urna de los sagrados restos de nuestra patrona
admirando las notabilidades artísticas de nuestra catedral... el
seminario...el colegio de PP. Escolapios, casa consistorial y la antigua
chimenea de nuestro convecino farmaceútico D. Francisco García Lagarda,
famosa obra gótica del siglo XIV, justamente celebrada por todos los
inteligentes en arte..." (Diario de Huesca de 30/05/1893, pag.7)
O cuando el rey Alfonso XIII en su visita a Jaca, en septiembre de 1903, "Tras dirigirse a pie a la Ciudadela, donde el el Ilmo. Sr. obispo celebró una misa de campaña que ha resultado de gran solemnidad. El monarca, despues de revisar las diferentes dependencias de la Ciudadela, pasó á contemplar la célebre chimenea gótica de la casa de nuestro amigo el farmaceútico D. Francisco García..." (El Pirineo Aragonés 6/IX/1903)
O cuando el rey Alfonso XIII en su visita a Jaca, en septiembre de 1903, "Tras dirigirse a pie a la Ciudadela, donde el el Ilmo. Sr. obispo celebró una misa de campaña que ha resultado de gran solemnidad. El monarca, despues de revisar las diferentes dependencias de la Ciudadela, pasó á contemplar la célebre chimenea gótica de la casa de nuestro amigo el farmaceútico D. Francisco García..." (El Pirineo Aragonés 6/IX/1903)
También
podemos constatar que la chimenea todavía se encontraba en la ciudad en
1912. Así , al menos, lo atestigua el hecho de que el 10 de septiembre
de ese año en una visita relámpago que hicieron a la ciudad los
Príncipes de Baviera (la infanta Paz de Borbón y su esposo el Príncipe),
acompañados por el alcalde Pérez Samitier y otras autoridades, tras
visitar la catedral, el Ayuntamiento, el paseo de Alfonso XIII, el
Teatro y el Templete de Santa Orosia, entraron en la casa del señor
García Aibar (hijo de F. García Lagarda) quien con sumo gusto les mostró
su chimenea.

De
la posterior salida de Jaca de la Chimenea, de las condiciones en que
se hizo la operación, del destino y del nuevo propietario, muy poco se
dijo en su momento en la ciudad. Pero una nota, "justificadora" y
ambigua, sí nos aclara la fecha en la que la chimenea partió de Jaca:
junio de 1914.
"En
diferentes ocasiones había sido solicitada por cultivadores y amantes
del arte la venta de la admirada alcobilla gótica perteneciente al siglo
XVI, que en su casa de esta ciudad conserban nuestros buenos amigos los
Sres. García Aibar, y recientemente se han decidido á ceder dicha
artística joya á un amigo nuestro, gran perito en toda clase de obras
arqueológicas, sólo por la garantía de esta no saldrá de España, por ser
destinada á figurar dignamente en un suntuoso Museo de arte selecto,
que se está ordenando en una importante y rica población de Barcelona,
donde mejor que en Jaca podrán contemplarla y hacerla objeto de sus
investigaciones científicas cuantos sientan aficiones por el arte
antiguo" (El Pirineo Aragonés, 13 de junio de 1914)
A tenor de la noticia aparecida en El Pirineo Aragonés, el redactor parece
no tener los datos suficientes o no considera necesario dar más detalles de la
operación, pero la nota en cuestión, además de quitarle importancia al asunto,
resulta poco aclaratoria y menos creíble.
Parece ser que había habido algún
conato o intento de venta de esa la chimenea, que no se movió de su sitio
mientras vivió D. Francisco García Lagarda, fallecido en 1913. Resulta también
algo desconcertante que la noticia no hace alusión a la monumental chimenea,
nombrándola con el diminutivo "Alcobilla gótica", si bien es
cierto que luego la califica de "joya".
¿Realmente fue una "cesión",
una especie de regalo desprendido a unos forasteros? ¿Qué hace un perito, por definición persona cualificada para
tasar valores en dicha operación... tasar un regalo? Si nos atenemos al destino que luego tuvo la chimenea, más cierto parece que se tratara
de una operación económica, nada despreciable para la época, para poder
compensar y justificar la salida de Jaca de una pieza que se sabía singular y
que, como hemos visto, era visita obligada para aquellas personas a las
que se les suponía un interés por los monumentos de los que podía presumir la
ciudad.
Y la noticia sí que habla de algo que,
a la postre, resultó cierto y que posiblemente iba en el contrato de la
presumible venta de la chimenea: "la garantía de que esta no saldrá de
España"; pues bien, fuera por esta razón o por otras, la
chimenea ciertamente no salió del país.
La operación que terminó con la chimenea en manos de coleccionistas catalanes e incorporada al patrimonio del multimillonario estadounidense Charles
Deering, se realizó un año y
medio después de la muerte de Francisco García Lagarda y en vida de sus hijos
los hermanos García Aibar, si bien uno de ellos, Tomás, que tenía la
farmacia en la Casa, ya se encontraba gravemente enfermo y falleció el 27 de agosto de 1915. Y otro de los tres hermanos,
Francisco, subdelegado de farmacia del partido de Jaca en 1913, alcalde entre
1926-1929 y 1937-43, y residente en la Casa, fue quien
reconstruyó el nuevo edificio según el gusto burgués que se estaba esparciendo
por otras zonas de la ciudad: el estilo Modernista.
Segunda renovación del edificio, en este caso la fachada. Proyecto de embellecimiento y tribuna de la casa propiedad de D. Francisco García Aibar. Calle Mayor 18, hoy 20 (J. Luis de León, junio de 1929). En el lugar que un día ocupara la Casa- Palacio de los Ximénez de Aragüés (AMJ).
La ausencia
de la chimenea en Jaca no pasó desapercibida para Ricardo del Arco (Granada,1888-Huesca,1955), quien,
además, estaba perfectamente informado de dónde se encontraba y quién era su
nuevo dueño, constatando que en 1918, en su segunda visita a Jaca, la chimenea
ya no estaba en su lugar de origen, y afirmando que se encontraba en Sitges:
Era muy
notable la casa de Ximénez de Aragüés, sobretodo por su gran chimenea de
piedra, del siglo XV, precioso ejemplar que adquirió mister Deering para su
palacio Maricel, de Sitges, hace algunos años. Probablemente estará ya en
camino de Norteamérica, con el resto del tesoro arqueológico de Maricel pese a
los afectuosas manifestaciones de protesta de los vecinos de Sitges, que ven
inermes como se expatrian tantos objetos recogidos en su solar, la mayor parte.
¿Para cuándo guarda el Estado enérgicas medidas restrictivas?... (Arco Garay, 1921,31).
Efectivamente, la chimenea se
encontraba en uno de los lugares más elegantes y exclusivos que en esos
momentos podía haber en España, lugar a donde probablemente había llegado en
junio de 1914. Pues en esos momentos, Miguel Utrillo, ingeniero, pintor,
periodista y crítico de arte, hombre de tan extraordinaria sensibilidad como
agudeza en los negocios, fue el encargado de construir para Charles
Deering el Palacio de Maricel en Sitges, comprando y reformando el viejo
edificio del Hospital de Sitges, con su capilla de San Juan y los solares y
casas de los alrededores. Obra que, tras tres años, se culminó en 1914 y que
pasó a albergar una de las colecciones de arte privadas más importantes de
España.
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Miguel Utrillo (Biblioteca
Santiago Rusiñol) |
Además, Miguel Utrillo, uno
de los mejores especialistas del momento en arte español, impenitente viajero,
se encargó de vestir aquellas paredes desnudas, entre la que sobresalían las
del "Salón de Oro". Inaugurado el 23 de octubre de 1915, con una
selección de amigos y políticos locales, los cuales, entre otras, pudieron
contemplar, obras de El Greco, Velázquez, Goya, Romero de Torres, Ramón
Casas..., así como "nuestra Chimenea", que ocupaba una de las
paredes del fondo, junto a dos tablas que representaban a las santas mártires
Santa Águeda y santa Lucía, obras del taller de los Vergós (siglo XV) que
terminaron en el museo de Chicago. Y acompañada, en la pared de enfrente, por
un cuadro de Goya y otro de Zurbarán.
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La Chimenea de Jaca en una de las paredes del Salón de Oro, tomada en 1917 por Francesc Serra (Archivo Fotográfico del Archivo Histórico de la Ciudad de Barcelona) |
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La misma pared del Salón de
Oro en la actualidad. Sitges (Barcelona) |
Míster Deering,
como se le conocía popularmente, rico industrial de Illinois, turista
multimillonario, llegado en 1910 y que protagonizó durante poco más de una
década uno de los más interesantes capítulos del coleccionismo en la España del
siglo XX, no dudó en hacer viajes por toda España en busca de obras de arte de
valor extraordinario, que seleccionaba Miguel Utrillo: pinturas, esculturas,
retablos, tapices, relojes, cristalerías, claustros, ventanales góticos,
portadas románicas, muebles del Renacimiento... y chimeneas como la que Miguel
Utrillo se llevó de Jaca, o como los capiteles de forma troncopiramidal
invertida de estilo gótico que, probablemente en el mismo viaje, compró en el
palacio de los marqueses de Ayerbe para decorar una de las edificaciones del
Palacio Maricel denominada el "Sarcófago".

Fachada porticada del edificio del Sarcófago que forma parte
del Palacio Maricel. Los capiteles,
decorados con grifos, perros, ángeles y gigantes, proceden del palacio del
siglo XV de los marqueses de Ayerbe.
Hoy, en el Palacio de Maricel,
convertido a instancias del Ayuntamiento sitgetano en museo y anexo a otro
museo, el del "Cau Ferrat", desde 1936, en el mismo Salón de Oro y en
el mismo lugar que ocupó la chimenea de Jaca, se encuentra otra monumental
chimenea de alabastro blanco, traída del Palacio de la Generalitat. En ambos museos,
Maricel y Cau Ferrat, unidos desde 2014, junto a numerosas colecciones de gran
valor también se encuentran dos piezas que en su día adornaron un retablo de la
Catedral de Jaca: se trata de los reyes magos Gaspar y Baltasar.
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Estas
piezas, para el Dr. Steven Janke, especialista en arte medieval español, son
dos figuras procedentes de un retablo de la Catedral de Jaca y que
formaron parte de un grupo de nueve de una Epifanía, de la que afirma que "se
trata del mejor ejemplo de España del tallado en madera franco-neerlandés del
estilo gótico internacional".
Grupo
de la Epifanía en madera policromada (1395-1405). Elementos del antiguo retablo
de la Catedral de San Pedro, expuestos en el Museo Diocesano de Jaca, del que
faltan dos piezas: Gaspar y Baltasar
(hoy enel Museo del Cau Ferrat de Sitges).
La ausencia
de la chimenea en Jaca que, como hemos visto, no había pasado desapercibida a
Ricardo del Arco, ahora se había tornado en preocupación, ¿qué será de ella?
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Charles Deering (1852-1927) |
Por suerte, las sospechas de Ricardo
del Arco no se vieron cumplidas. En efecto, en el verano de 1921 se apagó el
esplendor de Maricel cuando Charles Deering tuvo un fuerte desencuentro
con Utrillo, y el multimillonario de Illinois, añorando sus
rascacielos, decidió volver a EEUU. Se llevó con él todas las obras
que pudo, y lógicamente, la parte más destacada de la colección que fue
embalada y embarcada.
6. EN BARCELONA
Pero, entre las obras que, bien por
su peso o por estar empotradas en la pared, eran de costoso traslado, y que
dejó en España, se encontraba la monumental chimenea gótica de Jaca, que va a
aparecer en 1926 en el palacio de Pedralbes de Barcelona.
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Palacio de Pedralbes, Barcelona |
No sabemos con exactitud dónde estuvo la
chimenea entre 1921 y 1926, si permaneció en Sitges o pasó al castillo de
Tamarit, junto a otras obras, para ser vendidas con posterioridad. De la misma
manera que no nos queda claro si hubo una posterior venta o fue una donación lo
que la hizo llegar al palacio de Pedralbes.
Antonio Naval nos dice que
… según información amablemente facilitada por
Jorge Ortigosa, director del palacio, fue el propio Conde de Güell quien
adquirió a sus expensas la chimenea donándola al palacio y en consecuencia al
Rey (Diario del Alto Aragón, domingo 14 de
octubre de 1990).
Sin embargo, Pérez Herminio, en el ABC, en 1972, había comentado que
Mr.
Deering tuvo algunos detalles de generoso desprendimiento y la regaló a la
residencia real de Pedralbes.
Una opinión nada desdeñable si
tenemos en cuenta que Mr. Deering sentía admiración por el monarca, y que en
una de las habitaciones de Maricel colgaba un formidable retrato de Alfonso
XIII montado a caballo pintado por Ramón Casas. Un regalo que el rey posiblemente acogería con agrado, pues no en vano, esa chimenea la había podido admirar personalmente cuando la vio en Jaca en 1903.
Sea como fuere, tuvo suerte
"nuestra Chimenea" y terminó decorando el Palacio de Pedralbes.
Un Palacio que, en 1918, el conde Güell
y un determinado sector de la aristocracia catalana afín a la monarquía se
propuso erigir, al entender que era impropio que la familia real tuviera que
alojarse en casas particulares o en hoteles durante sus visitas a Barcelona.
Por ello, Eusebi Güell, interesado en
que las visitas de los reyes a Barcelona fueran más frecuentes de lo habitual,
y, más si cabe, desde que Alfonso XIII le otorgó el título de Conde en 1910, donó
parte de sus terrenos y finca a la familia real para construir el Palacio de
Pedralbes con la finalidad de que los reyes tuvieran una residencia acorde a su
condición. Esta residencia fue inaugurada en 1924 con la presencia de Juan
Antonio Güell, que había heredado el título de su padre.
La chimenea de Jaca en el Palacio de Pedralbes, hacia 1926
En esta tercera ubicación, a pesar de
encontrarse en una residencia real y brillar con luz propia, la Chimenea, en un
primer momento, no iba a estar tan bien acompañada
como lo había estado en el Palacio de Maricel. Pues a las dificultades de
financiación de la obra del palacio, ahora se había añadido otro problema: el
de amueblarlo y decorarlo. Hecho este que se realizó en gran medida a base de
los donativos de aquellos objetos que les sobraban a parte de la burguesía barcelonesa,
de manera que, sus interiores comenzaron a tener un aspecto acorde a su condición
real hacia 1929, destinándose para biblioteca la sala donde se encontraba la Chimenea.
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Fotografía tomada por Lucien Roisin, hacia 1930 (Postal) |
Ya con posterioridad,
sobre todo después de que el General Franco utilizara el palacio como residencia
en sus visitas a la Ciudad Condal, la chimenea jaquesa, ahora adornada con un
tupido chispero y acompañada de un lujoso y noble mobiliario, luce de nuevo con
todo su esplendor, decorando la biblioteca del Palacio Real para alegrar la
vista de aquellos privilegiados a los que se les permite visitarla.
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Imagen correspondiente a
una tarjeta postal de 1980 del Palacio de Pedralbes, con la Chimenea jaquesa en
una sala rectangular. Se trata de una no menos espectacular biblioteca con
un mobiliario de roble, iluminada por amplios balcones con vista a los jardines
del Palacio.
Concluiremos, pues, afirmando que esta chimenea nos habla de un artista experimentado, de una casa
noble, de una muestra importante de la arquitectura civil por desgracia
desaparecida, del poder de la burguesía jacetana que la construyó, y que se
trata de una Chimenea excepcional para la época.
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Una chimenea
que adquiere más notoriedad si tenemos en cuenta su temprana cronología (último
tercio del siglo XV o principios del XVI), su laborioso y fino trabajo,
así como el diseño de la misma. A lo que podemos añadir lo poco frecuente que
resulta encontrar piezas similares en unas fechas en las que no fueron pocos
los palacios y castillos que, siendo mayores y más suntuosos que la
Casa-Palacio de los Ximénez de Aragüés, se conformaban con chimeneas
adinteladas de granito en las que solo sobresalía de la pared una sencilla
repisa para dejar algún objeto.
|
Por último, me gustaría concluir
expresando una ilusión que probablemente no veré cumplida, pero que podrían
intentar conseguir las autoridades de mi ciudad.
Y es que si, como hemos visto, la
chimenea jaquesa está acostumbrada a viajar de aquí para allá, a ser desmontada
y montada, y a cambiar tanto de casa como de ciudad, no le importaría hacer un
último viaje para alojarse, ahora por cuarta
vez y para siempre, en el lugar donde nació y del que nunca debió haber salido.
En una habitación donde se encontrara como en su propia casa: en una de las
cuatro paredes del claustro de la Catedral de Jaca, donde podríamos admirarla,
junto a otras piezas del magnífico Museo Diocesano de su Ciudad.

La chimenea en el palacio de Pedralbes. Fotografía de Antonio Naval Más. Publicada en Patrimonio Emigrado (Diario Alto Aragón, 1990)
He dicho que probablemente no la
veré en mi ciudad y cuando estoy terminando este estudio, todavía lo
encuentro más difícil. He intentado llamar por teléfono varias veces para
entrar en ese recinto con la intención de hacer unas fotos y nunca me han
cogido el teléfono. He seguido haciendo varias gestiones y nadie parece ser el
responsable de dar una autorización. Sin embargo, sí se puede visitar el jardín
y otros lugares, pero no esa sala.
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Antena 3 TV. Reunión de
urgencia de la Junta de Seguridad de Cataluña en la biblioteca del palacio de Pedralbes,
delante de la Chimenea de Jaca. Entre otros: el Presidente de la Generalitat,
Carles Puigdemont, el Conseller de Interior Joaquim Forn y Josep Lluís Trapero, mayor de los Mossos. Al
otro lado de la mesa: el Secretario de Estado de Seguridad, José Antonio Nieto,
el coronel Diego Pérez de los Cobos y el delgado de del Gobierno en Cataluña Enric
Millo. |
Y
hoy, sentado en el sofá de mi casa, viendo la televisión, he reconocido al
vuelo la chimenea en las Noticias de Antena 3 TV.
De nuevo, y otra vez más, sirviendo
de telón de fondo a uno de los actos que están sucediendo en Cataluña y que sin
duda pasarán la historia. ¿Qué es lo que habrá pensado ese testigo mudo ante
semejantes huéspedes, que más reclaman un buen aire acondicionado que el calor
de los tizones encendidos de la chimenea?
Seguro que para ellos ha pasado
desapercibida su presencia, pero no para mí. Al fin, aunque solo sea hasta la
mitad, he podido ver el elegante vestido de color gris oscuro de la chimenea, una
prenda que se confeccionó con las piedras calizas de una cantera de
los alrededores de Jaca.
AMJ: Archivo Municipal de Jaca.
AHPH: Archivo Histórico Provincial de Huesca.
MDJ: Museo Diocesano de Jaca.
ASR: Asociación Sancho Ramírez (Base de datos de J. Carlos
Moreno Anaya).
AFCEC: Archivo Fotográfico Centro Excursionistas de Cataluña.
BVMD: Biblioteca Virtual del Ministerio de Defensa.
FDPH: Fototeca de la Diputación Provincial de Huesca.
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Revista Aragón "De Huesca a Jaca". Capítulo VIII. Junio, pág.
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Blog http://orgullosademiciudad.blogspot.com.es/ sábado, 28
de junio de 2014 , publicado por Dovel.