MIS COSAS DE JACA

Estas páginas van destinadas a todas aquellas personas que quieren a su ciudad, como me sucede a mí con la mía, Jaca. Hablaré, pues, de “mis cosas” esperando que alguna de ellas pueda ser también la tuya o, sencillamente, compartas mi afición por “colarme” entre el pequeño hueco que separa la memoria de la historia, lo general de lo particular o lo material de lo inmaterial. Estas “cosas de Jaca” están construidas a base de anécdotas , fotos de ayer y hoy, recuerdos y vivencias mías y de mis paisanos y de alguna que otra curiosidad, que me atrevo a reflexionar en voz alta. No es mi propósito, pues, ocuparme de los grandes temas de los que ya han tratado ilustres autores, es más bien lo contrario: quiero hacer referencia a rincones ocultos, héroes anónimos, huellas olvidadas, sendas por las que ya no se pasa, lugares que fueron un día centro de atención y hoy han sido relegados a la indiferencia, al olvido o al abandono; a unos escenarios donde se sigue representando la misma obra pero con otros actores.

jueves, 7 de agosto de 2025

El PASEO DE LA CANTERA



     


    “A la sombra de los álamos”: historia y alma  del Paseo de la Cantera

 

      "No se encontrará en los alrededores de Jaca un pasaje más encantador. La naturaleza se empeñó en dotarlo de cualidades de primer orden difíciles de igualar por la sola voluntad del hombre” (Andrés Cenjor Llopis, La Unión, julio de 1924).   ..     

20025. Paseo de la cantera. Foto, V. Mairal

                                     

Hay rincones en Jaca que se nos cuelan dentro sin pedir permiso y uno de ellos es ese  balcón natural de 1010 metros  que es el Paseo de la Cantera. Tras su aparente serenidad, este camino encierra siglos de historia: fue tránsito del medievo hacia la ermita de la Victoria,  paso de cabañera, zona militarizada, límite urbano, hasta llegar a ser, finalmente, con tiempo, lucha y paciencia un espacio ciudadano.

Hoy lo recorremos casi sin pensar, como si hubiera estado así siempre, pero cada banco, cada árbol, cada sombra tiene su historia. Poco a poco se ha convertido en el lugar preferido por los jaqueses para pasear, y, para más de uno, en el último escenario de sus pasos, sabiendo que allí,  frente a ese horizonte limpio y eterno, la vida se despide en paz. 



2025. Fotos, V. Mairal



                                                   Un nombre con raíces milenarias



El origen de la palabra "cantera" en Jaca, "cantalera" en Hecho y en general en el Alto Aragón con significados como orilla, borde, lado... deriva de canto, que es justo lo que podemos observar en la Cantera de Jaca: ladera que por poniente recorre la meseta en la que se ubica la ciudad. Un balcón natural que se abre al cauce del río Aragón; nada que ver con la acepción castellana habitual "lugar de extracción de piedra". 

Tiene una orografía  que ha ofrecido una vista imperturbable a lo largo de millones de años y que, sin duda, ha elevado el espíritu a quienes han contemplado las vistas que desde ella se observan: las nieves del pico de Collarada, las huertas y el discurrir del río Aragón y el giro que hacia  el oeste abre el camino a Navarra por la Canal de Berdún, flanqueado por la Peña Oroel, los montes de San Juan de la Peña y el Cuculo de Vinacua. 

La primera referencia escrita  a este camino aparece en tiempos de Ramiro I (1035-1063) cuando "La condesa doña Sancha dio a Pedro de Lemotgas una tierra entre la viña del rey  y Santa María (de la Victoria)  según va el camino de Mucrones (1) (Mocorones) y que sale a las casas de los enfermos" (2) Banco de la Salud) . Camino que en la actualidad corresponde a los  cerca de 4 km que discurren entre la ermita de la Victoria, el paseo de Mocorones,  la Cantera y el Banco de la Salud.

 En este mapa de 1709 se observa el trayecto descrito en el siglo XI, desde la ermita de la Victoria hasta el Banco de la Salud. Camino al que en el siglo XIX  todavía se aludía  como paseo de la cantera de la Victoria. Lo que hoy está dividido en dos tramos: Paseo de Mocorones y Paseo de la Cantera, siempre fue uno solo hasta que la construcción del Paseo de la Constitución (Rompeolas), la carretera de Aisa y la urbanización de Villa Parsifal obstaculizaron su continuidad


                                                         Un paseo sin arbolado ni bancos 


Poco o nada alteró el aspecto de la Cantera, utilizado como camino carretero, hasta que, a principios del s. XVIII, se construyó un pequeño reducto de planta cuadrada colgado en la Cantera para vigilar la posible llegada por el río Aragón de tropas con la intención de tomar la Ciudadela; razón estratégica que se volvió a poner de manifiesto durante el sitio de la Ciudadela en 1813, cuando el general Espoz y Mina ordenó excavar tres galerías bajo el terreno actual del Paseo de la Cantera (subida de Tron) para,  mediante explosiones subterráneas, intentar la toma  del Castillo de San Pedro en ese momento en posesión de los franceses (3).  

Plano parcial de Nicolas Pistón. 

 Apartar el destino de la Cantera de las estrategias militares no iba a ser algo sencillo. Su aproximación a la Ciudadela la situaba bajo la influencia de la primera  Zona  Polémica,  (4) algo que le dificultaría su natural desarrollo, al quedar bajo la influencia de una legislación  muy estricta. Tanto que esta normativa impedía la libre plantación de arbolado, influía en la altura y anchura de los troncos de los árboles, en si estos eran de madera blanda o dura, en la distancia a la que se debían de plantar e incluso en la manera de alinearlos. También disponía los tipos de cultivo que se podían plantar... y, por supuesto,  prohibía todo tipo de edificación que fuera sólidoPor las mismas razones se proyectaron (sin llevarse a término) en el Paseo de la Cantera, trincheras, caminos de ronda y baterías como parte del complejo sistema defensivo del "campo atrincherado de Jaca" entre 1894 y 1901. 


                                                    Primeras iniciativas ciudadanas


 Escasean las noticias en el siglo XIX de actuaciones tendentes a transformar ese antiguo camino en un Paseo, pero sabemos que no faltaron alcaldes que se lo propusieron, a pesar de contar con dos serios inconvenientes, las aludidas zonas polémicas y la ausencia de agua. Esto quedó resuelto en parte cuando en 1891 se hizo el canal de riego para las huertas de Jaca, que pasaba a escasos 100 m de la Cantera. Lo que sí sabemos es que en agosto de 1886,  en sesión del Ayuntamiento, se trata del arreglo y embellecimiento del pintoresco paseo de la Cantera, en lamentable estado a juzgar por la observación de un paseante tres años más tarde en El Pirineo Aroragonésdel 11 de agosto de 1889: 

"¡Qué lástima, Sr. alcalde, que el piso descarnado y lleno de incrustados guajiros, los espinos que crecen  á su placer para "acariciar" los trajes y mortificar la carne de los transeúntes, y  una cortadura del terreno que casi intercepta  el paso amenazando derribar por su ladera al despistado, con peligro de su vida, nos tenga privados de frecuentar ese paseo llamado de "La Cantera de Aragón...!"

 La presión por dignificar el Paseo se puso de nuevo de manifiesto en el verano de 1896 con reflexiones como la reflejada en el periódico La Montaña que han resultado ser premonitorias:

  "Hoy tenemos abundancia de agua en el canal. Y es imperdonable el abandono... Los propietarios de las huertas avanzan con un surco cada año hacia el camino y se han apoderado de la mitad del paseo: "hay que delimitar lo privado de lo público". Y el paseo no debe terminar en las  Eras del Molino ( inicio de la carretera de Aísa) sino que debe continuar hasta el santuario de la Victoria, y pasando de ahí, á la Cantera del Río Gas ... y  prohibir el paso de  carros por el referido sitio". 

No fue hasta 1897 cuando el mando militar de la Plaza, por Real Orden, concedió al Ayuntamiento plantar árboles, pero  corría el año 1900,  y  tan solo se habían plantado en las plazas de las Monjas y  San Pedro. Y fue en 1902, bajo la presidencia en la alcaldía de Rufino Abad,  cundo se consiguió  "plantar  dos hileras de árboles en todo el trayecto comprendido desde la glorieta de San Marcos (Árbol de la Salud) hasta el Campo Santo (Ermita de la Victoria)". 

Rufino Abad Mainer, alcalde (1902-1904)



 La llegada del agua de riego a los huertos colindantes al Paseo de la Cantera había revalorizado los terrenos  y fomentado la actividad agrícola, algo que vino a ser un inconveniente añadido para el Paseo. Se quejaban con amargura los paseantes al ver cómo el paso público cada vez era más estrecho y dificultoso a causa de apropiaciones indebidas,  marcadas rodadas en el Paseo ocasionadas por la salida y entrada de carruajes y caballerías, cúmulos de piedras, hediondez de estercoleros, grandes charcos provocados por escapes de agua... Obstáculos que no empañaron el lento, pero constante impulso dado al Paseo de la Cantera llevado a cabo por los alcaldes hasta 1912: Ricardo Prado, José Lacasa,  Ramón Allué, Rufino Abad,  Manuel Ripa y Mariano Pérez Samitier con el plantado de árboles, ordenanzas reguladoras de derechos y deberes para propietarios de huertas y la desaparición de las zonas polémicas. 



                             El Parque frustrado (1915–1936)



 "El día de árbol", "El pinar de los Niños", "Beneficios del arbolado", "Plantemos árboles" son solo parte de los numerosos artículos de periódicos que mostraban la inquietud que había en la ciudad por la escasez de árboles. Entre los reivindicativos artículos publicados al respecto, destacaron los del corresponsal de El Noticiero y habitual colaborador de los periódicos locales, el escolapio padre Otal, Juan. Fruto de esas campañas, el 19 de marzo de 1918, día de  de San José, con motivo de la celebración de la Fiesta del Árbol, centenares de alumnos de todos los colegios, acompañados por sus profesores, los padres escolapios Juan Otal, Fernando Sanz, José Martín y el maestro de nacional Joaquín Celma plantaron, en terrenos que generosamente había cedido al municipio Javier Lacasa, en la parte septentrional de la Cantera, 400 pinos, en el lugar que desde entonces se llamó el "Pinar de los Niños". Acto que contó con la colaboración del forestal Miguel Callaved y del Ayuntamiento, en especial del concejal encargado del evento, José Mª Campo y del alcalde Antonio Pueyo. 


 Escolares jacetanos plantando pinos  el Día del Árbol con el padre Otal a la derecha. Habían salido cantando por la calle Mayor, acompañados de la banda municipal, el himno de la Fiesta del Árbol, que su maestro, Joaquín Celma, había compuesto. Junto con los cabezudos, enarbolaban cartelones  que ellos mismos habían hecho, con lemas como "El Pinar de los Niños inicia la repoblación forestal"" El Pinar de los Niños paraje delicioso para veraneantes". Al terminar, sentados en la hierba, fueron obsequiados con una merienda, para continuar después con una sesión de cine gratuita en el Salón de Variedades.(19 de marzo de 1918.Fotografia Francisco de las Heras)


 La década de los años veinte  transcurrió con un propósito casi obsesivo, transformar el Paseo en el Parque de la Cantera. Proyecto que comenzó con el allanado del piso, el aumento de arbolado y del número de bancos, por otra parte siempre escasos, a cargo del Ayuntamiento presidido por José Sánchez Cruzat y su mayor entusiasta, el farmacéutico militar Andrés Cenjor Llopis.  Una década que se vio envuelta  por el propósito de edificación, en el mismo paseo, de algunos propietarios en 1924 y que, de llevarse a cabo, según Andrés Cenjor, significaría "matar el parque antes de haber pensado en nacer por cuanto la parte que da vistas a Jaca quedaría sin otro horizonte que el que ofrezcan las paredes de esas futuras casas". 

1950. Chalet de Benito Campo. En la foto el autor de la foto, Jesús Bretos. 

 
A pesar de ello se permitió, en una altura discreta, sin impedir la vista del horizonte, la ampliación de la casa-fábrica de mosaicos de Antonio Ara en 1929 y la más polémica casa de Benito Campo(5) 
en instancia presentada el 9 de junio de 1930 al alcalde J.  M.ª Campo,  a pesar de la fuerte oposición llevada a cabo por
el activo Sindicato de Iniciativa y  Turismo de Jaca presentando a la Comisión Permanente Municipal las siguientes propuestas:  


"Instruir expediente de declaración de utilidad pública de los terrenos comprendidos entre la senda que conduce desde el paseo de la Cantera del río Aragón hasta las eras  del Molino... adquirir por parte del ayuntamiento ...todos los terrenos..o una faja paralela al paseo en una distancia de de cien metros; y procurar la repoblación forestal..." (La Voz de Aragón, 22 junio 1930)

Marzo  de 1931. Cortejo fúnebre por el fallecimiento de Antonio  Ara, miembro fundador de la Agrupación    Socialista de Jaca. Al fondo, a la izda. su casa-fábrica con camino de entrada. Foto cedida por Esteban Gómez.

Será en junio de 1933 cuando el Alcalde republicano Julio Turrau comenzará a declarar la zona de la Cantera como de "utilidad pública", con el fin de no autorizar en él nuevas edificaciones. Algo que no impidió construir la primera piscina pública de Aragón en 1933 que ocupaba 5000 metros cuadrados de las Eras del Molino (parte del actual parque canino). Con el asesoramiento de Martín Augustí, ingeniero Jefe de la Sexta División Hidrológico Forestal, se inicia la formación del "Parque de la Cantera", para lo cual, en este y en posteriores consistorios, aparte de seguir con la plantación de arbolado, incluido en los empréstitos municipales, se deja reservada la cantidad de 25.600, 82 pesetas para adecentar el Paseo de la Cantera:15602,82 para el año 1938 y 10000 para el año 1939.  Pero la Guerra Civil interrumpió todo avance, excepto la renovación de glorieta de San Marcos o Banco de la Salud, llevada a cabo por el Ayuntamiento presidido por Francisco García Aibar. Consistió en la elevación del muro con barandilla, para salvar el talud que da vistas a la Garisea  y en la colocación de un  banco octogonal de cemento que rodeaba el Árbol, con una inscripción en uno de sus lados que recordaba el año de construcción, 1938. 

  Glorieta de San Marcos con el Árbol de la Salud ("ulmus minor") en plena forma, rodeado del banco octogonal realizado en 1938. Se decía de él que transmitía calma y ayudaba a sanar a los peregrinos del hospital y de la leprosería. Enfermo ya en 1989, por una plaga de grafiosis que en sucesivas oleadas avanzaba desde el centro de Europa, el legendario símbolo espiritual, totalmente seco, fue talado en 1992. Había vivido un mínimo de 300 años y sustituyó a otro árbol que hubo en la Edad Media. (Fotografía tomada a finales de los años cincuenta  publicada en El Pirineo Aragonés, IA)     



                                Urbanización y consolidación (1953–1995)



Fue en el año 1953 cuando en sesión de la Corporación presidida por su alcalde Juan Lacasa se decidió retomar y mejorar el Paseo de la Cantera en su primera etapa, siguiendo el proyecto del arquitecto municipal Lorenzo Monclús Ramírez,  en el que se incluía una "medida estrella" tomada en 1954: permitir la construcción de chalets en los terrenos agrícolas situados entre el paso del canal y el Paseo de la Cantera.

1950.  En la foto, Jesús Brezos. 
Autor de la foto. 

 En esencia, en dicho proyecto se vislumbraba el aspecto que tendría con posterioridad el Paseo, con cuatro líneas de árboles. Se acometió el replanteo legal, se hicieron expropiaciones para dar más anchura al paseo, explanaciones, apisonamiento del terreno, engravillado del camino para peatones y construcción de un camino agrícola paralelo al canal de riego (futura calle de Pico de Collarada) que evitaba, en parte, aspectos incómodos del pasado. Además, el concejal y farmacéutico Mariano Gállego Roselló, aunque aprovechó los árboles existentes, principalmente álamos, introdujo gran variedad  de nuevos árboles traídos del vivero de Zaldibar: 
"Cipreses, abetos, cedros... descargados en camiones frente al chalet de Benito Campo cuando no había más que "treboletas" o álamos y los campos llegaban a todo lo que hoy es el paseo, pues por donde hoy pasan los coches era todo campos que ensanchamos a base de camionadas de tierra", nos recuerda el encargado de jardinería, Justo Pellicer. 


Un día soleado de verano de los años sesenta.  Obsérvese el camino de tierra peatonal flanqueado en toda su longitud por álamos blancos o treboletas. A la derecha el cerramiento de las piscinas municipales. Fotografía publicada por Nacho Sánchez Tapia.

Podría decirse que el Paseo  de la Cantera tal y como lo conocemos en la actualidad tomó su forma definitiva en 1967, bajo la alcaldía de Benigno Fanlo y el concejal Esteban Ausens encargado de gestionar trabajos como: la construcción de la caja y asfaltado de la carretera para vehículos en los primeros 250 metros iniciados desde el Árbol de la Salud; la ampliación a 18 metros de ancho; la instalación de una fuente y bancos; la composición de la zona verde central y la formación definitiva del andador peatonal, vestigio del milenario Camino.


Los 27 años siguientes (1968-1995) presididos por el alcalde Armando Abadía serán años de un firme propósito para embellecer la ciudad con arbolado y el Paseo de la Cantera no iba ser una excepción, aumentando la densidad arbórea  de forma considerable. Años de los que Justo Pellicer nos cuenta que:

 "Se continuó el asfaltado de la carretera, trozo a trozo, cada año, hasta terminarla. Regábamos de pie, cogiendo el agua de una pequeña acequia y echando el agua a manta. Pero a pesar de intentar salvar al  Árbol de la Salud durante dos o tres años, vimos morir el olmo afectado de grafiosis".


                                         La Cantera en los inicios del siglo XXI




 Los inicios del siglo XXI, bajo la presidencia en la alcaldía de  Enrique Villarroya (1999-2015), representaron para el vetusto Paseo años de modernización, mejoras, y sobre todo, de mantenimiento: sustitución del riego a manta por otro automático, mejora de iluminación, colocación de bancos, papeleras, labores de poda, señalización del carril bici ... Y el acondicionamiento y embellecimiento con especies vegetales del paseo de Mocorones. Sin embargo, quedó en el tintero, en 2005, el intento de prolongar el Paseo de la Cantera con un puente peatonal sobre la carretera de Aísa para darle continuidad por Mocorones hasta el llano de la Victoria.


Desde el 2007 el Monumento de la Jacetania se trasladó de
la Plaza de Biscós al Paseo de la Cantera. Foto, V. Mairal

Juan José Fernández Gastón, encargado de parques y jardines de Jaca durante los últimos 25 años nos comenta alguno de los pormenores de este periodo: 
"Se había llegado a un punto en el que la densidad de arbolado exigía urgentes actuaciones. Quitamos aquellos árboles  que por enfermos y viejos no gozaban de buen aspecto y aquellos que suponían un peligro para los viandantes.  Se realizaron tratamientos específicos para cada árbol y se actuó,  a "modo de bisturí", aclarando con podas selectivas los árboles de más valor, como los antiguos álamos blancos(6),de los que ya casi no quedan. También considero relevante la creación en 2007 de un Punto Focal al colocar el Monumento a la Jacetania en el extremo norte, de lo que fueron las antiguas piscinas municipales".




                                              Evolución de los terrenos adyacentes a la Cantera


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(1)  Mucrones, Mocsrons, Mocorones. Término arcaico , de ascendencia greco-latina, que viene a significar ... batalla, victoria. (En  Aznárez, Juan Francisco Estudios de Historia Jacetana, Huesca, 1960.

(2) Aznárez, Juan Francisco Estudios de Historia Jacetana, Huesca, 1960.  Las capillas o ermitas de San Esteban, San Andrés y San Marcos formaban una unidad arquitectónica. A su lado se levantaba el hospital, donde eran recogidos los peregrinos enfermos de contagio... de ahí que aún en el s. XI se decía casa de leproso, de san Andrés, enfermos de la Corona (cantera). Junto al árbol de la salud.  

(3) No hubo necesidad de utilizar las galerías.  La Ciudadela se rindió a las tropas españolas el 17 de febrero de 1814

(4) Desde mediados del s. XIX  las plazas fuertes como la de Jaca se regían por reglamentaciones que prohibían y reglamentaban cultivos, arbolados y edificios, en una franja paralela a las murallas de la ciudad y la Ciudadela. Era la llamada zona de exclusión o "zona polémica", que pudiera servir de cobijo a las tropas atacantes, y que abarcaba entre 1200-1500 m que era lo que alcanzaba una bala de cañón.    

(5) Benito Campo  propuso que se le abonara lo desembolsado en la construcción de la casa  o que le cediesen igual número de metros de terreno propiedad del Ayuntamiento en otro sitio que le conviniese. Y añade: "El deseado Parque lo tenemos hecho; difícilmente podría otro sitio aventajarle en grandiosidad y extensión, como en variedad de atractivo naturales; me refiero a Oroel; la Cantera debe dedicarse a Ciudad jardín; es su verdadero porvenir... reglamentense las edificaciones y tenemos resuelto el asunto... Como recuerdo de aquellas  disputas ha quedado un estrecho pasillo con puerta y llave, de su propiedad, que cruza desde  la Cantera  hasta la calle del Pico Collarada y un acceso con bordillo a su casa. 

(6)  De aquellos álamos"treboletas" que en su día fueron abundantes y dotaron de una personalidad inconfundible al Paseo de la Cantera, si no me he equivocado al contarlos, solo quedan 9 perdidos entre un "bosque" de unos 820  árboles de 40 especies distintas.  


Notas y fuentes consultadas1. Hemeroteca jacetana (1886–1936)


Recopilación de noticias y artículos procedentes de los periódicos locales La MontañaLa Unión y El Pirineo Aragonés, pertenecientes a una colección privada y completa en poder del autor. Incluyen referencias a proyectos municipales, denuncias vecinales, plantaciones, propuestas urbanísticas y reivindicaciones ciudadanas sobre el Paseo de la Cantera. Se han citado expresamente textos de autores como Paquito de la Montaña (P. Otal)Andrés Cenjor LlopisVicente GuaridoBenito Campo y otros colaboradores habituales.

2. Aznárez, Juan Francisco
Estudios de Historia Jacetana, Huesca, 1960.
Especial relevancia en la identificación toponímica del "camino de Mocorones" con el actual trazado de la Cantera. Cita destacada:

“La Vespra del primer viernes de maio fue enviado stadal (cirio) a Nª Sª de Mocorones, dicha de la Victoria... el camino que, pasando por Mucrones, termina en las casas de los enfermos”.

3. Mairal López, Valentín
Murallas de Jaca. Autoedición.
Referencias documentadas sobre el contexto urbano del Paseo de la Cantera, especialmente en relación con la demolición parcial de las murallas, el concepto de “zona polémica” y la evolución urbanística de Jaca en los siglos XIX y XX.

4. Diccionario Aragonés
Rafael Andolz, Diccionario Aragonés.
Define “cantera” como “extremo de un llano en el monte, loma poco alta”, y documenta usos aragoneses del término en contraposición a la acepción castellana de cantera como lugar de extracción de piedra.

5. Rohlfs, Gerhard
El euskera en el Alto Aragón.
Citado indirectamente para la raíz del topónimo “cantera” desde canto, con el significado de “orilla” o “borde”, común en el vocabulario tradicional del Pirineo.

6. Cartografía militar y documentación técnica (siglos XVIII–XX)

  • Plano de 1718: ubicación del reducto defensivo en el borde de la Cantera.

  • Galerías de zapa de 1813: excavadas por orden de Espoz y Mina durante el sitio de la Ciudadela.

  • Mapas del “Campo Atrincherado de Jaca” (1894–1901), escalas 1:5.000. Referencias a caminos de ronda, baterías y senderos de uso militar.

  • Legislación militar sobre “zonas polémicas de primer orden”.

7. Urbanización moderna (1951–1970)

  • Proyecto del arquitecto Lorenzo Monclús Ramírez (1953), bajo mandato del alcalde Juan Lacasa: incluye explanación, gravilla, andén peatonal.

  • Plantación de árboles del vivero de Zaldívar (Vizcaya), promovida por el farmacéutico Manuel Gállego Roselló.

  • Obras de mejora impulsadas por el concejal Esteban Ausens (1967): pavimentación, instalación de bancos, fuente y ampliación del trazado.

8. Actuaciones siglo XXI

  • Agenda 21 Local del Ayuntamiento de Jaca (2003): renovación del mobiliario urbano, riego automatizado, asfaltado del trazado.

  • Datos divulgativos extraídos de portales como ciudadeladejaca.esturismoruralpirineos.es y materiales de planificación urbana recientes.

9. Archivo gráfico y testimonios

  • Fotografías antiguas y modernas procedentes del archivo del autor.

  • Recuerdos y aportaciones orales de jaqueses nacidos entre 1940 y 1960.

  • Observaciones directas realizadas entre 2020 y 2025 en los tramos del paseo.

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domingo, 22 de junio de 2025

LA FLOR INSECTICIDA EN JACA.









     
 .                                                                              ANTECEDENTES  

Chrysanthemum cinerariefolium, Jaca. Foto, V. Mairal
Con mejor o peor fortuna, en distintas épocas históricas  se han empleado sustancias "plaguicidas". Plinio el Viejo escribía en sus tratados en el siglo I que  el uso de arsénico era bueno para exterminar las plagas. Y fue el médico, farmacológico y botánico griego, Dioscórides, también en el siglo I, quien  ya atribuyó al  "pyrethtron"  propiedades medicinales e insecticidas. 
Entre las plantas que contienen mayor concentración de piretrinas para extraer polvo insecticida se encuentran  el chrysanthemum carneum y el chrysanthemum cinerariefolium. La primera, originaria de la región Transcaucásica,  era usada  y conocida  como "Polvo del Cáucaso", y, en Asia central  (Irán) como "Polvo Persa" a finales del siglo XVIII.  La segunda, el chrysanthemum cinerariefolium  se venía cultivándo en secreto en Dalmacia (Croacia)  desde 1840; lugar del que se extraía  y exportaba el misterioso y estimadísimo "Polvo de Dalmacia" para venderlo primeramente en farmacias y luego como insecticida por todos los países de Europa. Fue a finales del Siglo XIX cuando comienza a decaer el monopolio Dalmático y  se inicia  el cultivo de  la flor del pelitre en otros lugares: primero en Italia, luego en la Provenza francesa y a principios del siglo XX, en España, Jaca.   

                                                                        EL PELITRE EN ESPAÑA


Vista parcial de ñas plantaciones de la flor del pelitre  de los establecimientos de A. Caubet e Hijos Fotografía de Photoart de Tolouse, 1910. (probablemente de F. de las Heras)
 

Su cultivo  comercialización llegó a España de la mano de Antonio Caubet marsellés que desde 1869  fabricaba su insecticida en las dependencias situadas en los números 9 y 11 de la calle Junot de Marsella. Los primeros ensayos experimentales los realizó en Barcelona en 1892, y 1894 en Granollers, donde plantó unas pocas hectáreas. Tras probar el cultivo de la flor del pelitre en varias regiones de España en 1904, Antonio Caubet y Enrique Fonquerní, natural de Barcelona, aparecieron en la ciudad de Jaca para contratar "en arriendo durante 15 años grandes extensiones de terreno a un rico propietario de esta ciudad (Manuel Gavín diputado provincial) para dedicarlo al cultivo que sirven de materia de su industria. Así como nos complace el ver que á nuestra población afluyen capiteles para aplicarlos al trabajo". (EPA, 28 agosto de 1904). El arriendo al que se refiere la noticia fue la Pardina de Larbesa (1)  en ese momento propiedad del diputado provincial Manuel Gavín. 

Así se anunciaban las plantaciones de la flor del pelitre de  JACA. En la misma, a la izda., dibujado, un insuflador de insecticida "fulminante" con una de las marcas "la Montenegrina" El producto se comercializaba en cajas fuelles, pulverizadores como como el que aquí aparece, latas a modo de salero para espolvorear y  fuelles de hogar
No sabemos cuantas veces A. Caubet había estado en Jaca con anterioridad pero  probablemente sí el porqué. La ciudad contaba con amplios terrenos a precios razonables, ferrocarril para el transporte, mano de obra abundante, altitud adecuada sobre el nivel del mar, una clima fresco y seco, y sobretodo, días luminosos con sol garantizados que resultaban perfectos para reproducir la chrysanthemum cinerariefolium dalmaciana.
La primera plantación se hizo a 3 km de la ciudad por la carretera de Oroel en los terrenos adyacentes de la pardina de Larbesa  donde se cultivaron 300 ha. A esta plantación siguieron  100 ha.  en el soto de la Venta de Charlé situado  a 3 km de Jaca por la carretera de Francia, y  25 ha. más en terrenos próximos a la Venta de Notefíes a 7 km de la ciudad en la carretera que conduce a Sabiñánigo. Un total de 425 ha que en 1913 situaban a las plantaciones jaquesas como la más importantes y pioneras a gran escala de España. Plantaciones, a las que años más tarde, se añadieron las de Santa Engracia situadas a 26 km de Jaca en la carretera que conduce a  Pamplona.
El producto resultante de las plantaciones no pudo ser más fructífero pues "la flor pirenaica" resultó  tan rica en piretrinas que superaba a las originales de Montenegro. De tal modo que la producción de A. Caubet se ganó el reconocimiento a nivel estatal poniendo a Jaca como  referente de esta actividad.  Desde entonces, el polvo amarillo del estimado insecticida, convertido en un artículo de primera necesidad tanto para la higiene doméstica: moscas, mosquitos, pulgas,  sarna, escarabajos, arañas etc.. como para cultivos agrícolas: naranjos, olivos, almendros, perales, melocotoneros, viñedos, hortalizas ... se pudo adquirir a  un precio razonable por ser un producto netamente nacional


 1910. En primer plano A. Caubet con las trabajadoras recolectando la flor insecticida del pelitre.  Un exuberante manto blanco, ahora de  "nieve" estival, cubría los alrededores de la ciudad fruto de las semillas sembradas en otoño. La floración plena y maduración escalonada se alcanzaba a  mediados o fines de verano. Se habían plantado en lineas distanciadas unas de otras 70 centímetros con una separación  entre planta y planta de 30 o 40 centímetros. La densidad resultante venía a ser  de unas 50.000 plantas por hectárea. La fotografía, tratada con IA y atribuida a  Phtoart de Toulouse con copia depositada en el Institut  Cartográfic de Catalunya, es probable que la hiciera el fotógrafo local  Francisco de las Heras.

 Vista  homóloga a la anterior  con la pardina de Larbesa y la Peña Oroel de fondo. Hoy se cultiva trigo donde otrora estuvieron esas "margaritas gigantes" de olor ligeramente aromático y sabor amargo y acre; planta perenne de una  altura que oscila entre  0,30 a 0,45 centímetros y que abierta alcanza entre  9 y 12 mm de diámetro. Fotografía, J. Y. Lascurain. Composición,  V. Mairal

 1910. Probablemente el mismo día el señor Caubet, en segunda fila,  se hizo esta fotografía para mostrar  el resto de su plantación, ahora con vista al  sur. Al fondo de la ciudad de Jaca y la cumbre de La Collorada todavía con neveros. La fotografía, con explicación en lengua francesa tratada con AI, probablemente  es obra de Francisco de las Heras.   


 La flor del pelitre con Jaca  y Collarada al fondo. Foto tomada el 24 de mayo en campo de Larbesa por  V. Mairal 


                                                                 ANTONIO CAUBET UN "JAQUÉS MÁS 



 La empresa del señor Caubet se había convertido en la mayor y en la que más puestos de trabajo estaba ofreciendo a la ciudad de Jaca. De allí que no resultara extraño que uno de los festejos de la Fiesta del Trabajo del 1º de Mayo de 1931 lo celebraran  "trabajadores de Jaca y otros importantes pueblos de las cercanías, yendo a comer y a merendar en abigarrada multitud a la finca de Larbesa, cedida gustosamente a tal objeto por su  propietaria la  señora viuda de Manuel Gavín (EPA, 2 de mayo de 1931). Para el acceso a dicho término se establecerá un servicio de autobuses  a partir de las 12 y media de la tarde que saldrán de  la escalinata del Paseo Galán(LU 7 de mayo de 1931). La fotografía con  el monte Mondaín tras Larbesa y la carretera que condude  a Oroel al fondo a la izquierda, la realizó Francisco de las Heras. 

 Ciertamente la llegada de A.  Caubet  a Jaca tuvo un significativo impacto en la riqueza local, contribuyendo a la diversificación de la economía y aportando  una notable fuente de ingresos adicional sobre todo para las mujeres en un un momento en que las oportunidades laborales eran limitadas. De ello se felicitaba El Pirineo Aragonés  al recordar en 1934 los 30 años que  llevaba conviviendo en la ciudad Antonio Caubet: "un hombre dinámico, de espíritu siempre joven y emprendedor, que proporcionó muchos miles de jornales a la clase menesterosa de nuestra comarca que supo captarse  con caballerosidad y  cortesía en el trato social, la consideración de "un jaqués" más".  Esta alusión  y reconocimiento a los puestos de trabajo creados por el señor Caubet a los que con frecuencia aludía el Pirineo Aragonés son dignos de reconocerse pues  se debe tener presente que a finales del siglo XX y Principios del XIX España era un país con un marcado retraso económico. Fueron muchos los campesinos y obreros montañeses los que emigraron a America,  en especial a Argentina, huyendo de la miseria  y de un  sistema de reclutamiento de quintas que enviaba a muchos hombres jóvenes a la Guerra de Marruecos con bastantes números para no volver.

  Jaca, 1930. Señalado los almacenes A. Caubet. Foto, Jesús Bretos 
 
Y sí, A. Caubet se le consideró como un jaques más del que se anunciaba la boda de su hija o la llamada a filas de su hijo para incorporarse a la Guerra.  
 Tanto es así que, como era costumbre del mismo periódico, no hubo año en el que no se anunciara la llegaba con su familia a veranear al igual que lo  venía haciendo con otros ilustres y habituales veraneantes: Santiago  Ramón y Cajal,  Germán Beritens,  Gustavo Fraudenthal, el marqués de Lacaden Dámaso Sangorrín...
En efecto, su implicación en la sociedad jaquesa se mostró con gestos patrióticos como el de entregar al capitán general de la  plaza 1.500 cajas de fuelle de insecticida para los hospitales de Melilla durante la Guerra de Marruecos o  de carácter social como donar dinero alguna viuda necesitada,  para la familia del chofer  Eugenio Longás o para las víctimas de los carabineros.                                    

 Desde 1934 no se tienen noticias de la presencia de A. Caubet  en la ciudad ni de la casa donde residía, el nº 17  de la calle del Sol ( hoy Ramiro I). Algo que nos lleva a pensar que las producciones comenzaron a decaer. De hecho, la nota aparecida en La Unión  en septiembre de 1933 poniendo a la venta "machos, arados y prensas para empacar paja" en sus almacenes del Paseo Galán parece anunciar el final de su negocio. Nada extraño si tenemos en cuenta que a finales de los años 20 había hecho irrupción en el mercado los primeros insecticidas sintéticos como el DDT y el HCH más resistentes a la luz solar y en consecuencia,  mermar las plantaciones y comercializaciones del insecticida natural extraído de la flor del pelitre. De cualquier manera, sus empresas continuaron con la producción de insecticidas pero, poco a poco, fue abandonando este campo para dedicarse a la venta de especias, café, té chino, té de Ceilán, y té de Vietnán.
 A. Caubet  fallecería en Barcelona en 1951 víctima de un ataque de apoplegia a los 85 años momento en el su familia mantenía las dos empresas: "Antonio Caubet, S.A." de Barcelona y "Etablissements A. Caubet & Fils" de Marsella. Hoy el pelitre natural todavía sigue siendo un producto importante en Nigeria y se viene utilizando en la agricultura orgánica y ecológica en Kenia, Ruanda y Australia por su baja toxicidad, biodegrabilidad  por ser más seguro para humanos y animales. 
 Fábrica de Insecticidas y Coloniales de Antonio Caubet, sala de empaquetaje y nave de molinos para triturar y pulverizar el insecticida.  Las flores una vez recogidas se cortaban por su base, se dejaban secar al sol y se ponían a cubierto por  la noche en almacenes ventilados donde se terminaban de secar. Un trabajo que duraba uso 4 o 5 días. Luego se transladaban a la estación del tren para transportarlas a las fábricas de Marsella y Barcelona.  Ya en fábrica se hacía el triturado y matizado  en molinos y aparatos especiales para que el polvo amarillo obtuviera  el grado de finura adecuado antes de empaquetarlo. Fotografías del semanario Mundo Gráfico30 de julio de 1913. 


 
Se resisten ea desaparecer. Echrysanthemum cinerariefolium importado de  Dalmacia fiel a su cita aparece  todas las primaveras por las inmediaciones de los cultivos iniciados en 1904 a lo largo de la carretera que sube a Oroel próxima a Larbesa. Foto V. Mairal, 5 de junio  de 2025. 

                                       
                                                      (1) PARDINA DE LARBESA


 Finca histórica de origen medieval documentada en el año 958. Según  Pedro Villacampa en sus Memorias nos dice : que acerca el anio 1400 se fizo la torre de Larbesa por guerras y la compró empues don García Latenda canónigo por C mil sueldos y ella costó de facer 20 mil..." La Pardina, explotación agrícola típicamente aragonesa, contaba  con viviendas graneros y cuadras. Tras la desamortización de Mendizabal pasó a ser propiedad de los Gavin. Para Graciano Lacasta Estaun el topónimo LARBESA  es de origen vasco:  "arri"= piedra o peña + BE = debajo de o  parte inferior. 
 Ciertamente, a ningún jacetano se le escapa donde está situada la torre de Larbesa: debajo de la Peña Oroe. Fotografía, J. Y. Lascurain.

                                                    BIBLIOGRAFÍA

D´O RÍO MARTÍNEZ  Bizén "Memorias de otro tiempo". Diario del Alto Aragón. Domingo, 19 de junio de 2016.

LACASTA ESTAÚN Gartzen EL EUSKERA EN EL ALTO ARAGON. Cuadernos de Sección. Hizkuntza eta Literatura 12. (1994) p. 141-278 ISSN: 0212-3223. Donostia: Eusko Ikaskuntza

LLABRÉS Y QUINTANA Gabril.  (1994): Revista de Huesca (1903-1905). Historia, Literatura, Ciencias, Artes. Ed. Facsimilar. Colección “Rememoranzas”, 5. Instituto de Estudios Altoaragoneses (Diputación de Huesca).

PRADERA, Carlos. Notas sobre el cultivo del pelitre en España. Barcelona. 05-10-2013.

PRADERA, Carlos. Insecticidas de Antonio Caubet de Barcelona, 24-02-2013

RIBERA, Tomás. "posibilidades del cultivo del pelitre", !942.

VV.AA. De las Heras. Una mirada al Pirineo (1910-1945). Ed. Pirineum. Jaca, 2000.


                                                                  PERIÓDICOS

LA UNIÓN (LU)

El Pirineo Aragonés (EPA)


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