De la calle “D´enmedio” (Burnao) a la actual Avda. de Francia
El arrabal del Burnao fue destruido en 1136 y 1141 en sendos ataques dirigidos por reyes navarros contra la ciudad de Jaca, por aquel entonces capital del reino de Aragón.
Este barrio, el del Burnao (Barrio nuevo), desapareció definitivamente cuando Felipe II mandó construir la Ciudadela, en 1592, con el objetivo de dejar la zona despejada y evitar que, desde dicho barrio, se pudieran lanzar ataques contra la reciente construcción.
El Burnao había surgido en el siglo XI a las afueras de las murallas de Jaca. Dejando atrás la actual glorieta del Banco de la Salud, se continuaba por la "Calle D´enmedio" y, tras atravesar casas y mesones, se llegaba a la Puerta de Francia o de San Pedro para acceder a la ciudad.
El destino quiso ser caprichoso con esa calle, pues volvió a "resucitar" a principios del siglo XX, cuando, con el nombre de Carretera de Francia, surgió el primer vial que se realizó en Jaca fuera de su recinto amurallado.
Se trataba de una calle con casas adosadas a un solo lado, que iba desde el primer edificio, el teatro conocido popularmente como Salón de Variedades construido en 1905, hasta la novedosa y elegante "Casa Cebollero", terminada en 1908. La casa que se ve en la fotografía a la derecha y que pone "GARAGE"
era el lugar donde se guardaban las diligencias y automóviles
de los clientes que se hospedaban en el primer hotel que hubo en Jaca, el Hotel Mur.
10 de junio de 1910. Parada militar, el Capitán General de la Región militar D. Luís Puertas revistando al Galicia nº 19 en la misma calle, Carretera de Francia.
Instantánea tomada en invierno de 1912 en el mismo lugar. Con la entrada del siglo XX llegaron a Jaca los primeros vehículos de motor que compartían espacio con los tradicionales carros de tracción animal. La ausencia de techo en el vehículo que se ve a la izquierda (en este invierno duro y largo con temperaturas bajo cero) tenía una razón de ser: la de no añadir más peso al conjunto del coche dada su escasa potencia (3-10 cv). Este vehículo podía moverse a una velocidad de entre 13 y 25km/h, con gasolina comprada en farmacias y droguerías.
Actual Avda. de Francia, en 2016 Entrada en la Calle Mayor |
Esta imagen del exterior de Jaca, atravesado por la Carretera Francia, se debió de tomar hacia 1910. A la izquierda se observan las escaleras de acceso al Paseo de Alfonso XIII, realizado en 1903. A la derecha se ve parte de la fachada occidental de la muralla de Jaca, todavía en pie, con el Torreón de la Moneda: lugar donde se fabricaron los dineros y sueldos jaqueses que corrieron por todo el Reino de Aragón. Junto a él, la entrada a la calle Mayor por la Puerta de San Francisco y su correspondiente fielato de madera.
De esta foto a la siguiente, tomada en el mismo lugar, tan sólo van unos 17 años, lo suficiente para
observar la sustitución de aquellas construcciones medievales por
modernas edificios de cuatro pisos de altura. Con estas nuevas casas se iniciaba el avance a la
"modernidad" y, con ella, la revalorización de los terrenos y la
fuerte especulación urbanística que tuvo su máxima expresión entre 1960 y 1980.
Fotografía del 4 de marzo de 1927.
Desfile por la carretera de Francia visto desde el Paseo de Alfonso XIII. Se trataba de 82 soldados del Batallón Galicia nº 19 que volvían de la Guerra de Marruecos. Estos valerosos infantes, repatriados de África, recibieron el cordial y cariñoso reconocimiento del pueblo de Jaca, tras cantar en su honor un solemne Te Deum en la Catedral.
Anteriormente, el 25 de marzo de 1926, habían salido 170 soldados del Regimiento Galicia para África. En su despedida fueron obsequiados por parte del Casino Unión Jaquesa con una peseta para cada soldado, y el Ayuntamiento y el Casino de Jaca distribuyeron cigarros y tabaco entre la tropa.
Al fondo, los nuevos edificios que habían aparecido tras el derribo de la parte correspondiente del recinto murado de la ciudad.
Desfile por la carretera de Francia visto desde el Paseo de Alfonso XIII. Se trataba de 82 soldados del Batallón Galicia nº 19 que volvían de la Guerra de Marruecos. Estos valerosos infantes, repatriados de África, recibieron el cordial y cariñoso reconocimiento del pueblo de Jaca, tras cantar en su honor un solemne Te Deum en la Catedral.
Anteriormente, el 25 de marzo de 1926, habían salido 170 soldados del Regimiento Galicia para África. En su despedida fueron obsequiados por parte del Casino Unión Jaquesa con una peseta para cada soldado, y el Ayuntamiento y el Casino de Jaca distribuyeron cigarros y tabaco entre la tropa.
Al fondo, los nuevos edificios que habían aparecido tras el derribo de la parte correspondiente del recinto murado de la ciudad.
1950. Otros uniformes, otros tiempos y el mismo lugar unos 25 años después. Desfile militar ("vista a la derecha") el día de la Inmaculada por la que entonces se llamó Avda. de José Antonio, con banda de música en frente de las autoridades militares y civiles que se encontraban a la entrada del antiguo paseo de Alfonso XIII, en ese momento llamado Paseo del del General Franco.
Diciembre de 2016. Sigue la tradición ("vista a la derecha"). Desfile del Regimiento Galicia nº 64, entre la Avda. del Primer Viernes de Mayo y la Avda. de Francia, con motivo de la festividad de la Inmaculada, patrona
de la Infantería española y de España. Hoy, desde una pequeña plataforma de madera, situada en paseo de la Constitución, las autoridadesd civiles y militares, con la la banda de música militar enfrente, presencian el desfile.
Entre el Templete, el Campo del Toro y la plaza de Biscós
Foto de Ignacio Coyne, AHPZ, Archivo Coyné, 4130V) |
Campo del Toro con el antiguo veneratorio de Santa Orosia del siglo XV. Día de la celebración de de su patrona del mismo nombre, un 25 de junio de 1896.
Diría
que esta foto bien podría ser del último año de la existencia de ese
maravilloso Templete que, con evocaciones clasicistas, islámicas y
orientales, mandara construir en 1908 la Hermandad de Santa Orosia y que
el Consistorio jaqués ordenó destruir en 1968 para hacer una nueva
plaza. Y es que ¡no tenemos remedio! Tan solo lo supimos conservar 60 años.
Templete de Santa Orosia |
Un edificio que se construyó para sustituir el antiguo veneratorio de Santa Orosia, del siglo XV, y que
se levantó con humildes aportaciones de 25 y de 10 céntimos que recaudaba la propia
Hermandad de Santa Orosia y en las que colaboraron los habitantes de Jaca y de los
pueblecitos de los alrededores. También hubo otras aportaciones más significativas, como las realizadas por Victoriano Biscós.
Fue un espacio que durante mucho tiempo hizo las veces de un inexistente "Hogar del Jubilado". Un remanso lleno de paz y tranquilidad, pues los alrededores del antiguo Campo del Toro, en el que desde la Edad Media se celebraron multitud de festejos taurinos, tenían y siguen teniendo un atractivo especial para las personas mayores. Allí, ayer como hoy, las personas de edad avanzada pasan buena parte de las mañanas luminosas del invierno jacetano, contemplando a su inseparable compañera, la Peña Oroel, que desde el horizonte, abriga sus últimas tertulias.
No me lo ha dicho nadie, pero sé que entre las personas de edad avanzada y la Peña Oroel existe un diálogo que solo entienden ellos, y que, aunque lo llevan en silencio, existe. No en balde, la Peña Oroel les ha servido de ángel de la guarda y de vigía a lo largo de toda su vida. Probablemente ellos habrán cambiado de casa, habrán ido y vuelto a la ciudad, pero ella no se ha movido de su sitio, y creo adivinar que estarán pensando, si desde el "kilómetro dos", el Campo Santo, podrán seguirse viendo y hablando toda la eternidad.
No me lo ha dicho nadie, pero sé que entre las personas de edad avanzada y la Peña Oroel existe un diálogo que solo entienden ellos, y que, aunque lo llevan en silencio, existe. No en balde, la Peña Oroel les ha servido de ángel de la guarda y de vigía a lo largo de toda su vida. Probablemente ellos habrán cambiado de casa, habrán ido y vuelto a la ciudad, pero ella no se ha movido de su sitio, y creo adivinar que estarán pensando, si desde el "kilómetro dos", el Campo Santo, podrán seguirse viendo y hablando toda la eternidad.
Bajo el aireado enlosado de esta plaza estuvo el antiguo Cementerio Mayor. Lugar en el que nuestros antepasados pensaban poder descansar en paz, hasta que su sueño de más de 800 años fue interrumpido para hacer un moderno parking.
A ellos se les desalojó del lugar del lugar que habían elegido para su descanso, y a nosotros nos cambiaron nuestro Templete por otro de hormigón de nueve pisos; y no contentos con eso, posteriormente, nos privaron de poder contemplar en ese lugar, rodeado de los mismos abetos, el Monumento a la Jacetania: una escultura de de Ángel Orensanz que nosotros llamábamos coloquialmente "Estatua de Belfegor".
Monumento a La Jacetania
Desde el Banco de la Salud
Instantáneas del Árbol de la Salud con nuestro viejo olmo en plena forma. Se decía de él que transmitía calma y ayudaba a sanar a los peregrinos del hospital y de la leprosería. Se tienen datos de un árbol de la Salud desde la Edad Media. Y constancia de que el olmo de la fotografía fue plantado en el siglo XVI. Víctima de la grafiosis fue talado definitivamente en 1992. La tristeza que causó su pérdida reclamó de la ciudadanía alguna medida para no olvidarlo; se depositó en un almacén municipal parte del tronco ( de más de 3 metros y 3000 kilos) con el objetivo de hacerle un tratamiento contra la humedad y colocarlo en el mismo sitio, pero finalmente, se optó por plantar un castaño de indias en 1997 rodeándolo de otro banco octogonal de madera. Un acto de vandalismo truncó al joven árbol que fue sustituido por otro igual en el 2012.
A ellos se les desalojó del lugar del lugar que habían elegido para su descanso, y a nosotros nos cambiaron nuestro Templete por otro de hormigón de nueve pisos; y no contentos con eso, posteriormente, nos privaron de poder contemplar en ese lugar, rodeado de los mismos abetos, el Monumento a la Jacetania: una escultura de de Ángel Orensanz que nosotros llamábamos coloquialmente "Estatua de Belfegor".
Monumento a La Jacetania
Desde el Banco de la Salud
En la fotografía de la izquierda, tomada en los años 50 del siglo pasado, el tradicional hábito de recrearse de una formidable vista y de la tradicional paz interior que respira el lugar.
En la segunda, de 1988, un atrevido concierto al aire libre de unos viejos amigos rockeros jacetanos: "Cebada Express", entre los que se encuentran Mariano, "Lanas" y Pedro.
Hoy
sigue siendo un lugar muy frecuentado que se llama de la misma forma: "Banco o Árbol de la Salud":
"La Sauld es sinónimo de hospital, de casa de enfermos, porqué allí se va a buscar la salud. Grande sería el gozo sentido por los peregrinos cuando al llegar al puente de las Grajas avistaban la institución de la Salud, erguida en el balcón de la Cantera o corona de Jaca".
( Estudios de Historia Jacetana, J. F. Aznarez, 1960).
Allí estuvo la leprosería de la Corona o Casa de Enfermos, citada ya en el siglo XI, donde se aislaba y cuidaba a los leprosos para evitar un posible contagio.
Además, muy próximas al otro lado de la carretera, se construyeron "en el mismo lugar variando su advocación y función a lo largo de los siglos las iglesias de San Esteban (siglos XII-XIII), el Hospital de la Magdalena (siglos XIII-XIV), el Monasterio de de San Andrés (siglos XIV-XVI y la iglesia de San Marcos (siglos XVI-XVIII)" (Publicado por Alberto Gómez García en el nº 50 de Laestela.verano de 2023).
"La Sauld es sinónimo de hospital, de casa de enfermos, porqué allí se va a buscar la salud. Grande sería el gozo sentido por los peregrinos cuando al llegar al puente de las Grajas avistaban la institución de la Salud, erguida en el balcón de la Cantera o corona de Jaca".
( Estudios de Historia Jacetana, J. F. Aznarez, 1960).
Allí estuvo la leprosería de la Corona o Casa de Enfermos, citada ya en el siglo XI, donde se aislaba y cuidaba a los leprosos para evitar un posible contagio.
Además, muy próximas al otro lado de la carretera, se construyeron "en el mismo lugar variando su advocación y función a lo largo de los siglos las iglesias de San Esteban (siglos XII-XIII), el Hospital de la Magdalena (siglos XIII-XIV), el Monasterio de de San Andrés (siglos XIV-XVI y la iglesia de San Marcos (siglos XVI-XVIII)" (Publicado por Alberto Gómez García en el nº 50 de Laestela.verano de 2023).
Como huella de aquellos tiempos, nos ha quedado un capitel románico cuya dimensión siempre he sospechado incompatible con cualquiera de los edificios citados. De ello nos pone luz Alberto Gómez " se trataría de un capitel románico de igual formato y tamaño a los que sustentan la lonja Mayor de la Catedral".
Del cómo llegó hasta allí dicho capitel, se puede especular, pero no del por qué. Se reutilizó invertido como pedestal de Cruz de Término. La también llamada Cruz de San Marcos todavía estaba jalonando por el norte la Capilla de San Marcos en el siglo XVIII y sus restos se dan por desaparecidos en 1836.
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Vista del valle del río Aragón desde el Banco de la Salud. De la foto de la izquierda a la de la derecha ha pasado justo un siglo. En primer plano, la casa de la Garisea y los campos que la rodean, vistos desde un auténtico balcón desde el que se contemplan el valle del río Aragón y las cumbres pirenaicas que, como Collarada, parece que se van a dejar tocar con la punta de los dedos.
No cabe la menor duda de que esta vista ha atrapado a jacetanos, peregrinos, viajeros y a todo aquel que visita la ciudad, un paisaje que se pierden en la noche de los tiempos.
No cabe la menor duda de que esta vista ha atrapado a jacetanos, peregrinos, viajeros y a todo aquel que visita la ciudad, un paisaje que se pierden en la noche de los tiempos.
En el momento que plasma la fotografía en blanco y negro, en 1916, la casa de la Garisea constaba de una sola torre que servía de residencia para los dueños de la propiedad agrícola. Pero anteriormente, dada su ubicación, forma y presencia de aspilleras, no se puede descartar que tuviera función de vigilancia y defensiva.
Se sabe ese espacio que fue propiedad de los Templarios, pues en el siglo XV, los notarios, repitiendo formularios antiguos, aluden a que sus propietarios contribuían con una "Caballería" (tributo que debían pagar bien con un caballero armado cuando era solicitado para la guerra o con dinero) al Comendador del Temple de Huesca.
Fue también una antigua posesión de los Abarca.
En el siglo XVII seguía en posesión de los Condes de Larrosa quien la vende a Elías Roldán. Su penúltimo propietario, Lorenzo Pueyo Ipiens, adquirió la finca en una partida de cartas y posteriormente la compró Roque Castán Ara del que descienden sus actuales herederos. deros. la heredó y en el siglo XX era propiedad de "Casa Castán".
Fue también una antigua posesión de los Abarca.
En el siglo XVII seguía en posesión de los Condes de Larrosa quien la vende a Elías Roldán. Su penúltimo propietario, Lorenzo Pueyo Ipiens, adquirió la finca en una partida de cartas y posteriormente la compró Roque Castán Ara del que descienden sus actuales herederos. deros. la heredó y en el siglo XX era propiedad de "Casa Castán".
La finca de la Garisea en plena explotación hacia 1930. |
A la vista de esta fotografía ya con la casa ampliada y en plena recogida de la cosecha de trigo, parece procedente especular sobre la etimología del nombre GARISEA.
Para Manuel Alvar: voz prerromana, del vasco “Gari” que significa trigo. Pero no es descartable, al contrario yo lo encuentro muy posible, que la palabra en cuestión, tenga relación con paños de importación. Así al menos nos la describe Cobarrubias en su diccionario de la lengua española del siglo XVII, GARISEA : “un paño delgado a manera de estamenete, labrase en Inglaterra, y truxo de allá el nombre Garisea, y acá le mudamos en Carisea. Así le nombró Cornelio de Iudaeis, en su mapa de la Europa, refiriendo las diferencias de paños que se traen de Inglaterra, tomaría el nombre de algún lugar”. Y que parece refrendado por el comentario de Ignacio Jordán de Asso en su Historia de la Economía Política de Aragón de 1789 cuando afirma “que los paños de primera suerte nunca se han fabricado en Aragón dependiendo siempre de la industria agena”. En la Edad Media 1331, Siglo XIV “también se introducía por la parte de Jaca la lana Inglesa" (2, Cabreo de peajes, fol.14) y eso me inclina a creer, que tal vez nuestros pelaires se veían precisados á usar de la estrangera en los texidos de superior calidad”.
De la plaza de la Estrella a la de Ripa
Manuel Ripa Romero |
La que en el siglo XIX y hasta febrero de 1930 se conociera como Plaza de la Estrella cambió su nombre por el actual en honor a D. Manuel Ripa Romero (1850-1931) auténtico prócer jacetano, diputado provincial, alcalde de Jaca (11894-1895 y 1904-1909), director del periódico La Montaña y promotor de importantes reformas destinadas a embellecer y modernizar la ciudad. Bajo su mandato se realizaron entre otros logros: la Plaza del Marqués de La Cadena, la instalación del teléfono en la ciudad, la escalera, balaustrada y quiosco de la música del Paseo de Alfonso XIII, así como la reparación de la Casa Consistorial y la prolongación del cementerio.
Foto tomada en un rincón de la Plaza de la Estrella, posterior Plaza de Ripa.
El comienzo del siglo XX fue muy duro para la clase obrera en Jaca, por lo que fueron
frecuentes las instituciones que ayudaban a los pobres, como "El Pan de San
Antonio", "La Olla de los Pobres", El "Pan de los Pobres" o las llamadas "Suertes del Boolar", una fundación social que el Ayuntamiento puso en ejecución para que las familias pobres de la ciudad disfrutaran gratuitamente de tierras de labor.
Quizás transportadas desde la estación del ferrocarril en el carruaje de la derecha, con la finalidad de alimentar las estufas de algún hogar jacetano, esas traviesas, tan desgastadas como las rodillas del mendigo, sirven de hogar y asiento a un tal "CÁNOVAS, POBRE VERGONZANTE" que, ataviado con sombreo y alforjas, con una olla a sus pies y dos inseparables bastones que él mismo se ha confeccionado, es objeto de la atención de un fotógrafo anónimo allá por el año 1920.
De la anterior foto en blanco y negro a esta en color, tomada en 2016, ha pasado casi un siglo.
Y a pesar de que los cambios son evidentes, en la parte de la derecha, el alerón del tejado de la que yo conocí como "Casa Burro" y las balconadas en estado ruinoso de las casas del fondo son perfectamente reconocibles.
Tras el abeto sigue estando el mismo edificio de factura noble al que se le ha añadido un tejado a dos aguas. Un edificio con contrafuertes, canecillos y un vano gótico que nos lleva a sospechar que tuviera algún uso anterior al de albergar la sacristía de la Catedral. Bien pudiéramos estar en presencia de lo que queda de la antigua iglesia románica de San Nicolás y que el portal románico que hoy se encuentra el nº 21 de la calle San Nicolás ( "Casa Gaitero") fuera el de la puerta de acceso de esa iglesia.
Tras el abeto sigue estando el mismo edificio de factura noble al que se le ha añadido un tejado a dos aguas. Un edificio con contrafuertes, canecillos y un vano gótico que nos lleva a sospechar que tuviera algún uso anterior al de albergar la sacristía de la Catedral. Bien pudiéramos estar en presencia de lo que queda de la antigua iglesia románica de San Nicolás y que el portal románico que hoy se encuentra el nº 21 de la calle San Nicolás ( "Casa Gaitero") fuera el de la puerta de acceso de esa iglesia.
Otra foto donde se observa a "CÁNOVAS, POBRE VERGONZANTE" ante la mirada de dos jacetanos.
Esta perspectiva nos deja ver mejor el cerramiento encalado que aislaba la Catedral del resto de la plaza. Así como el desproporcionado ábside mayor, tambien encalado, con uno de sus tres gigantescos óculos. Este ábside sustituyó al original en 1790, y en su interior, posteriormente, se colocó la sillería del coro.
En esta foto de G.Beritens y J.Lacasa, también de principios de siglo, en la que se ve la calle que da acceso por levante a la Plaza de la Catedral, todavía se mantiene el muro que impide ver la totalidad del ábside derecho o de la epístola, único que ha llegado hasta la actualidad en su original factura.
Son los años sesenta.
Por aquel entonces ya podíamos contemplar mejor la joya del ábside de la epístola y su rico decorado escultórico, pues se ha quitado la tapia y se ha sustituido por un muro bajo de piedra con una verja de hierro. Y la plaza de Ripa se adorna con un jardín en el centro. A la izquierda, donde se ve la niña, estuvo la casa cuartel de la Guardia civil.
Cuartel de la Guardia civil. |
Así es como yo recuerdo (falta el abeto que lució en el centro del jardín) la plaza de Ripa. En esta fotografía, ya había cerrado la carnicería de Burro, ubicada a la izquierda de la entrada principal de la casa y donde, por cierto, se hacían las mejores tortetas y morcillas de Jaca. Se había quitado por completo la tapia alta que impedía ver el ábside central de la Catedral. Y se observa un inoportuno negocio de maquinaria agrícola, "Comercial Tello", que aumentó la altura de la tapia decimonónica privándonos ( durante unos 50 años) de una vista mucho más agradable.
La plaza de Ripa se renueva.
Aislada por el hormigón contemporáneo de la plaza de Biscós y abrazada a una antigua vecina, la Catedral, que vio cómo pusieron sus cimientos, la "Casa Burro" parece estar pidiendo a gritos algo más que una mano de pintura.
Esta casa, en opinión de Alberto Gómez, en su "Estudio inédito sobre el Barrio Episcopal de Jaca", "se construyó en la segunda mitad o finales del siglo XVI y correspondía al palacio del Arcediano de Gorga, canónigo encargado de administrar el Arcedianato de Gorga ( de Guarga)"
Año 2015, obras en la plaza de Ripa, fotografía del Museo Diocesano de Jaca. |
La plaza de Ripa se renueva.
Aislada por el hormigón contemporáneo de la plaza de Biscós y abrazada a una antigua vecina, la Catedral, que vio cómo pusieron sus cimientos, la "Casa Burro" parece estar pidiendo a gritos algo más que una mano de pintura.
Esta casa, en opinión de Alberto Gómez, en su "Estudio inédito sobre el Barrio Episcopal de Jaca", "se construyó en la segunda mitad o finales del siglo XVI y correspondía al palacio del Arcediano de Gorga, canónigo encargado de administrar el Arcedianato de Gorga ( de Guarga)"
Año 2015. Estado actual de la Plaza Ripa.
De izquierda a derecha: un establecimiento comercial situado en el lugar en que estuvo la casa cuartel de la guardia civil; el mural que reproduce algunas pinturas románicas que se encuentran en el interior del Museo Diocesano y que sirven para ocultar la casa en ruinas donde se encontraba la antigua funeraria "El Paraiso", cuyas letras gigantes, pintadas en azulete, ocupaban la pared de la funeraria más antigua de la región, la de Manuel Gonzalez ; los ábsides de la Catedral: el derecho o de la epístola, el ábside mayor y el ábside izquierdo o del evangelio "restaurado" con dudoso criterio; la antigua iglesia de San Nicolás; la "Casa Burro", y en primer plano, la fuente que tras rondar de una plaza a otra (yo la conocí con el nombre de fuente de la Palma a la entrada y a la derecha del la actual calle de Zocotín) y de un lugar a otro de la plaza, me transporta a aquellas tardes-noches de agosto, en las que mis padres me mandaban por agua fresca para la cena, de la que bajaba desde San Salvador, y yo llenaba mi botijo, tras esperar pacientemente una larga cola.
De izquierda a derecha: un establecimiento comercial situado en el lugar en que estuvo la casa cuartel de la guardia civil; el mural que reproduce algunas pinturas románicas que se encuentran en el interior del Museo Diocesano y que sirven para ocultar la casa en ruinas donde se encontraba la antigua funeraria "El Paraiso", cuyas letras gigantes, pintadas en azulete, ocupaban la pared de la funeraria más antigua de la región, la de Manuel Gonzalez ; los ábsides de la Catedral: el derecho o de la epístola, el ábside mayor y el ábside izquierdo o del evangelio "restaurado" con dudoso criterio; la antigua iglesia de San Nicolás; la "Casa Burro", y en primer plano, la fuente que tras rondar de una plaza a otra (yo la conocí con el nombre de fuente de la Palma a la entrada y a la derecha del la actual calle de Zocotín) y de un lugar a otro de la plaza, me transporta a aquellas tardes-noches de agosto, en las que mis padres me mandaban por agua fresca para la cena, de la que bajaba desde San Salvador, y yo llenaba mi botijo, tras esperar pacientemente una larga cola.
Fantástico reportaje, Tino...
ResponderEliminarHola Sergio.Sé como tu sabes, que por esa plaza, rondaste mucho. ¡Y mira que te caía lejos!Gracias por tu comentario. Feliz Navidad.
EliminarHola Tino valió la pena esperar fenomenal (FELICES FIESTAS)
ResponderEliminarPues hola de nuevo, da gusto saludar a viejos amigos y conocidos.Te deseo lo mejor, de momento que te sienten bien los turrones. Un abrazo.
EliminarHola Valentín: muy interesante la entrega. Lo del Templete en particular y la plaza Biscós en general no tiene nombre. Si los del "Hogar del Jubilado" se sentasen al otro lado de la plaza podrían ver de propina, en lugar de la Peña Oroel, una horrenda torre de telecomunicaciones sobresaliendo mucho por encima de los tejados, más alta y voluminosa incluso que el pequeño edificio en el que se ubica. Por lo menos el "Belfegor" se lo han llevado al fin donde antes estaba la piscina municipal, aunque yo lo hubiera puesto mejor en lo alto de Rapitán. Lástima que a Felipe II no se le hubiera ocurrido la idea, pues hubiese espantado a los albigenses mejor que con la construcción de la ciudadela. Un fuerte abrazo y felices fiestas. PLV.
ResponderEliminarHola Paco. Me alegré mucho de verte por Jaca. Ya ves, no me salgo mucho del guión. A otros les da por jugar al guiñote. A mi no se me ha dado bién ese juego en le que tienes que estar tanto tiempo setado . Y eso que lo de CANTAR, y más las CUARENTA, siempre me ha gustado. Un abrazo, y felices fiestas.
ResponderEliminarHola, me llamo Laura y soy de Jaca. Aunque llevo muchos años fuera, sigo yendo con bastante frecuencia.
ResponderEliminarHace mucho tiempo que entré en tu blog por primera vez y me quedé totalmente fascinada por la cantidad de información que tienes sobre Jaca y lo bien documentada que está.
Soy seguidora del blog: El bosque de Trimbolera, en su post de hoy hablaba de la finca La Garisea y buscando información he vuelto a entrar en tu blog y me he permitido copiar un texto que publicaste creo que en Diciembre de 2016, por supuesto diciendo que lo había copiado de tu blog.
Espero que no te moleste, te doy las gracias por ello y también mi enhorabuena por tu magnífico blog.
Un cariñoso saludo
Gracias a ti, Laura. Un placer poderlo compartir con vosotros.
EliminarHola Valentín, soy de Pamplona y visito Jaca con cierta regularidad, por ocio y turismo. Suscribo tu opinión sobre el feo y aparatoso bloque de apartamentos de la plaza. También me resulta impropia y estridente la loseta y mobiliario urbano empleados en su urbanización tras la construcción del párking.
ResponderEliminarPor otra parte, creo que Jaca tiene una oportunidad de oro, paradójicamente derivada del estado de abandono de la "Casa Burro": Como el valor arquitectónico de esta es, se mire por donde se mire, muy inferior al del claustro catedralicio que tapa, me parecería excelente idea su derribo con incorporación del solar al espacio público.
Y "la casa en ruinas donde se encontraba la antigua funeraria "El Paraiso", cubierta con el mural que reproduce algunas pinturas románicas que se encuentran en el interior del Museo Diocesano", (según tu propia descripción), pues exactamente lo mismo, compra forzosa del solar para hacer más ancha esa calle, importante nexo de unión y funcionalidad en ese punto de la ciudad.
Felicidades por tu estupendo blog y gracias por dejar que nos expresemos en él.
P.D.: La "casa del burro" se anuncia a la venta por 1.000.000 de euros, madre mía, bastaría una triple declaración administrativa de ruina, fuera de ordenación e interés público del solar para hacer aterrizar a sus propietarios en un justiprecio de 100.000: http://www.homeandhome.es/ad/34731167
Hola Jesús.Esa casa en realidad formaba parte, junto a las casas contiguas, del barrio en el que se encontraban la casa del obispado y de los canónigos. Es cierto que en estos momentos y de la manera en que se encuentra, en estado de ruina, se podría hacer alguna actuación en el sentido que tu expones o restaurarla. !Todo menos verlo como ahora¡. Y gracias a ti por leerlo y comentar. Un saludo.
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