Cada vez que paso por esta calle, donde nací y viví hasta
los siete años, el recuerdo de mi infancia me transporta a unas procesiones en
las que algunas personas de etnia gitana avanzaban lentamente, de rodillas por
toda la calle, hasta la Catedral. Probablemente sería para Semana Santa, pero
la imagen que se me quedó grabada para siempre fue la de sus rodillas
ensangrentadas. !Qué fe y sufrimiento el suyo!
Esta calle, por el este, daba a un murete de hormigón que
cerraba el Ferial por la parte superior, y a un enorme chopo más que centenario
que fue testigo de ferias de ganado, de partidos de fúfbol, de como aprendimos
a esquiar y que aún duró unos veinte años más hasta que fue vencido por el afán
constructor. Por el oeste y desde mi ventana, podía contemplar el vetusto y
espléndido ábside meridional de la Catedral de Jaca.
Años 30. Entrada a c. S. Nicolas por c/ de la Palma (actual Zocotín) . Foto M. Casabona
Esta calle que en los inicios del siglo XX, estaba habitada en su mayoría por agricultores, fue la más poblada de Jaca hacia el 1911. Pero en mi infancia, se había transformado en una calle con una actividad de lo más variado: allí hubo una fabrica de lejía , un almacén de pintura, la imprenta del Pirineo Aragonés (desde el 1963 al 1999), la panadería Jacinto , el bar Salamanca (luego Gregorio), el bar Zaragoza (luego Aragón), un afilador (Ochogavia) negocio que continúa en la actualidad, Frutas Bergua, el taller del tornero Dieste, los ultramarinos Juan José Beltrán, Frutas Elizalde, que vendía sus productos en la bajera de la esquina y luego fue joyería.
Esta calle que en los inicios del siglo XX, estaba habitada en su mayoría por agricultores, fue la más poblada de Jaca hacia el 1911. Pero en mi infancia, se había transformado en una calle con una actividad de lo más variado: allí hubo una fabrica de lejía , un almacén de pintura, la imprenta del Pirineo Aragonés (desde el 1963 al 1999), la panadería Jacinto , el bar Salamanca (luego Gregorio), el bar Zaragoza (luego Aragón), un afilador (Ochogavia) negocio que continúa en la actualidad, Frutas Bergua, el taller del tornero Dieste, los ultramarinos Juan José Beltrán, Frutas Elizalde, que vendía sus productos en la bajera de la esquina y luego fue joyería.
Imprenta del Pirineo Aragonés |
Recuerdo la costumbre, muy del Alto Aragón, de nombrar a cada casa
con su nombre propio; así, la forma habitual de nombrar a cada persona era
designando primero su nombre de pila y después, el nombre de su casa :“Justino,
de casa Sandias”… Reforzando el valor que en la montaña tiene la casa y la familia por encima de lo individual.
De dicha actividad agrícola, no se me olvida cómo, colgadas de unas antiguas roldanas y empujadas por los machos, alzaban unos fardos de hierba envueltos en unas "sábanas" de lona anudados con el sobrante de las cuatro puntas de dicha "sábana" para almacenarlas en lo alto del pajar. De la misma manera, aún tengo presentes algunas de sus
fincas que bordeaban el ferial por la parte oriental con unos
árboles frutales que eran visitados con frecuencia por los chavales que
vivíamos primero allí y luego, en el barrio de San Juan.
Paco Calabaceta con su macho "Lucero" |
Recuerdo a los
agricultores llegar con sus machos y carros ¡ni pensar en los tractores! con
los productos del campo para almacenarlos en esos portalones de los que todavía
queda alguno intacto. Sé que me voy a dejar alguna, pero recuerdo varios de los
nombres de esas casas: Casa Antonino, Casa Baltasarillo, Casa Moquitero, Casa
Gallina, Casa Calabaceta, Casa Lisardo, Casa Sandias ( una pensión donde los Primeros Viernes de Mayo, se reunían la escuadra de los "labradoers", Casa Tejero, Casa Puente, Casa Paleta, Cas Falcón, Casa Gaitero y Casa Malo.
Me parece un gran acierto su peatonalización y la
restauración de las fachadas y creo no pecar de chovinista si digo que, en la
actualidad, es una de las calles más bonitas de Jaca. Se ha hecho honor a una
calle con una antigua historia. Efectivamente, la calle de san Nicolás, formaba parte junto con la calle de "La Población", de un burgo nuevo, habitado por gentes venidas del otro lado del Pirineo (francos) , que se edificó a finales del s. XI y que pronto quedaría englobada en el interior de
les murallas. Tuvo su propia iglesia, la de San Nicolás, de estilo románico,
que subsistió hasta el s. XIII y de la que creo queda rastro en el portal número 21 de "Casa Gaitero"; el olmo concejil, una "Enfermeria", la de San Nicolás, para los canónigos y demás clérigos en el siglo XIV y hasta un cementerio, el ”Fossar de San
Nicolás”, ambos situados probablemente al este de la actual Catedral.
La calle
de San Nicolás está documentada, junto a diez más, ya en el s. XII y es, junto
con la c/ Mayor y la del Castellar, la única que ha conservado su nombre de
forma ininterrumpida hasta la actualidad, si exceptuamos el breve periodo en el
que el alcalde republicano Julián Mur (el 14 de marzo de1936) cambió el nombre
de San Nicolás por el de Aida Lafuente.
Una buena entrada has hecho de esta calle, nuestra calle. Soy de casa Baltasarillo y me parece un acierto lo escrito.Saludos!
ResponderEliminarGracias Cristina.Hermana de Miguel?
ResponderEliminarGracias Cristina.Hermana de Miguel?
ResponderEliminarPrima.
ResponderEliminarvale. Gracias.
EliminarY la casa del Bar Gregorio (antes Salamanca), casa Cubero con su taller al que se entraba por el callejón del arco. En sus bajos estuvieron la oficina de “contribuciones” (que luego pasó un tiempo a la acera de enfrente más adelante) y Seguros “la Mutua” Gestoría y hasta oficina de abogado. En la Casa Cubero que compró el abuelo Ángel Asún que llegó de Bolea nacieron (nacimos) muchos Asún y trabajaron en la oficina y el taller. ¡Qué maravilla viajar en el tiempo contigo! Desde Veracruz ¡Gracias Tino!
ResponderEliminarGracias por tus aportaciones que un día de estos incorporaré al artículo.
EliminarSaludos de tu paisano y vecino.