LA CURVA DE TORRIJOS: “El STRELLICHNUS
JACAENSIS”
Esta curva, situada a unos 4 km. de
Jaca, en la carretera que conduce a Francia, es un lugar donde el tiempo ha ido
acumulando una serie de vivencias, recuerdos e historias que el caprichoso destino, por una causa u
otra, se ha empeñado en hacer coincidir
con mi vida.
Cuando era niño, esa curva era conocida con el nombre de “La Curva de la muerte” por la cantidad de vehículos que se accidentaban en este punto.
Cuando era niño, esa curva era conocida con el nombre de “La Curva de la muerte” por la cantidad de vehículos que se accidentaban en este punto.
Noticia del ABC DEL 13 DE agosto de 1961 |
De tal manera que, ante el calor tedioso
y la rutina de los meses de agosto, dicha curva llegó a transformarse en un aliciente más para los chavales de Jaca,
que cogíamos la bicicleta y nos desplazábamos hasta allí para ver cómo algún “Citroen Tiburón”, normalmente de un francés que despistado y casi siempre por la
noche, confundía la carretera con el Camino de Santiago y en vez de girar a la
izquierda, seguía de frente y se
estampaba contra las rocas del río.
Fueron numerosos los coches que cayeron en esa curva de 90º, justo debajo del sólido puente que, según reza en la parte superior del arco, fue construido en 1876 y que quedó fuera de uso y sustituido por otro nuevo allá por el año 1991. A escasos metros de allí, se encuentra un enorme paredón de piedra, una auténtica muralla de donde se extrajeron, entre otras cosas, todos los adoquines que sirvieron para pavimentar las calles de Jaca.
Se trata de una cantera de piedra caliza, todavía en
explotación, asentada sobre una formación en “flysch”. Una roca muy abundante
en la zona, que ha servido de material de construcción en multitud de casas de pueblos de la comarca y donde
residió el ser vivo más antiguo que
lleva como nombre el adjetivo “jaqués”: “El
ESTRELLICHNUS JACAENSIS”.
Fueron numerosos los coches que cayeron en esa curva de 90º, justo debajo del sólido puente que, según reza en la parte superior del arco, fue construido en 1876 y que quedó fuera de uso y sustituido por otro nuevo allá por el año 1991. A escasos metros de allí, se encuentra un enorme paredón de piedra, una auténtica muralla de donde se extrajeron, entre otras cosas, todos los adoquines que sirvieron para pavimentar las calles de Jaca.
Cantera de Torrijos |
“El ESTRELLICHNUS JACAENSIS”. |
Un artrópodo
que hace unos 50 millones de años vivió
en los fondos marinos del mar que bañaba el Alto Aragón y que estuvo
empotrado en dicha Cantera hasta el
2011, para pasar posteriormente al Museo Paleontológico de la Universidad de
Zaragoza y que se conoce así, con este nombre, por ser un “icnofósil” exclusivo
de la zona de Jaca.
LA FUENTE DE TORRIJOS
No se puede quejar Jaca de sus fuentes.
Según Madoz, a mediados del siglo XIX, “en la circunferencia de un cuarto de
hora de la c, se encuentran más de 20 fuentes en hermosas pilas de piedra en los
declives de los riachuelos”. De esas veinte que se citan, todavía están en uso la de Forranchinas, la de los
Baños, la del Gastón, la de Marchán, la de San Salvador etc... Y conocí de niño,
aunque ya han desaparecido, las de S. Juan, y S. Lure o Villa María.
Fuente de Torrijos |
La de Torrijos es la más alejada (4Km.), Emplazada debajo del paredón desnudo de la cantera, cercana del río. Es una fuente que frecuenté durante los veranos, en mis excursiones en bici cuando me remojaba de badina en "badina" pescando a “uñeta”; o en otoño cuando me iba de paso para acceder a los montes donde había unos buenos “cados” de setas. Para ello había que cruzar la vía del canfranero y el canal que suministra de agua potable a la ciudad de Jaca y después ascender a los "pacos" de los montes que están en las faldas de Bergosa..
Desde niño intenté beber esa agua que
olía y huele a huevos podridos sin conseguirlo. Sin embargo, observaba cómo la
gente mayor, con una fe inquebrantable,
se la llevaba a casa en botellas
o garrafas.
Ahora sé que ese manantial de ancestral uso medicinal fue
visitado por muchos viajeros antes que yo, que sirvió a los peregrinos del Camino de Santiago para sanarse durante muchos siglos, y que incluso mantuvo
baños, pues se tiene constancia de que al final del s.XVI, el ingeniero italiano Angelo Baguto, que por aquel entonces se encontraba levantando la Ciudadela de Jaca siguiendo el proyecto de Tiburcio Spanochi, realizó un muro de contención par que las riadas no los inundaran. A Madoz tampoco le pasó desapercibida,
en el 1845, la cita en su
“Diccionario, censo, padrón y datos de
los pueblos de España” y , tras loar
las bondades de las aguas de
Panticosa, habla de la Fuente de
Torrijos como un recurso más de los que podía presumir la ciudad de
Jaca. La destaca por sus propiedades ferruginosas y
sulfurosas, y le atribuye unas notables
propiedades curativas, tanto para el dolor de estómago como para las opilaciones.
Con mi kayack |
Debajo
del puente de Torrijos sigue existiendo
una buena "badina", muy accesible, a la que se puede llegar andando, en bici o en
coche. Es una de esas badinas que, junto con
la del “Puente S. Miguel”, la de
la “Presa del Puente Nuevo”, la del
“Muro”, la del “Puente las Grajas” y la de ”Charlé”, están inseparablemente
unidas a los muchos jacetanos que pasábamos las tardes de verano en el río,
refrescándonos con sus aguas frías y transparentes.
Con mi amigo Charli |
Treinta años después , durante la primavera , cuando llega el deshielo de las
cumbres nevadas y cuando los torrentes y barrancos hacen resucitar al río de su
letargo invernal , en compañía de mis amigos Abel, Charli , Jesús , Pili,
Héctor y Juancar, hemos aprovechado para pasar por esa curva de otra
manera, esta vez por debajo del puente, en sentido descendente , pero
con los mismos 90º, para poder
disfrutar de cerca de esa sonrisa que muestra el río cuando baja
“mayenco”, y experimentar el enorme placer que produce poder domar sus aguas bravas con los kayacks.
TORRIJOS
: EL LUGAR DE “IXÓS”
Termino
con este pequeño rincón de las afueras de Jaca, al que tengo un especial apego
desde la infancia, mostrando una tesela más de ese mosaico plagado de historia
que es el Valle del Aragón. El nombre del puente de Torrijos procede del lugar de Hijós
(“Ixós”). Los vestigios de ese lugar quedaron en el nombre de la torre que defendía el paso, la Torre de
Hijós, ubicada encima del paredón
de la actual cantera. La aldea de
Hijós debió de estar ubicada a menos de un kilómetro de la torre, en el mismo lado, en el camino que por la orilla derecha llegaba hasta Castillo.
Vista del puente de Torrijos desde la atalaya de la torre |
El Camino Real Jaca-Somport pasaba justo
por esa grieta que el hielo y el río
tajaron a lo largo de millones de
años entre los dos muros naturales de la
formación en “flysch”. Hubo camino por ambas orillas del río
convergiendo ambos en el puente de las Grajas. El de la izda. está hoy visible y relativamente bien conservado; no
así el que venía por la derecha desde Castiello , camino alternativo que debía
utilizarse cuando las las riadas destruían el
puente de Castiello y que los viejos del lugar recuerdan con el singular
nombre de “Camino Cartero Francia.” Esta Torre es citada ya en
documentos del Archivo de la Corona de Aragón en el 1302. En los siglos
XIV-XV, perteneció a los Jiménez de
Azlor (Azor), que eran los señores de
Hijós, hasta que en el año 1452 la
vendieron por 3000 sueldos jaqueses a las Caridades de Jaca ,institución que tenía por objeto dar albergue y socorro a los transeuntes pobres y que perduró hasta el siglo XVII, unida por sus rentas y servivcios, a la iglesia y hospital de Sancti spiritus de la ciudad de Jaca, para pasar, poco a
poco, al abandono y posterior olvido.
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